Qué revela la psicología sobre los dueños de mascotas inusuales, y qué diferencias existen con los dueños de mascotas tradicionales.

Foto: Commons.
Redacción El País
Muchos estudios sobre mascotas se han centrado entre quienes prefieren a perros y quienes optan por los gatos, pero poco se sabe sobre los dueños de mascotas inusuales o mascotas exóticas, como serpientes, arañas, ratas o lagartos.
Investigaciones muestran que los rasgos de personalidad pueden influir en el tipo de mascota que elegimos y en el nivel de apego emocional que desarrollamos con ella.
Para muchos, tener una mascota poco convencional es una forma de destacar y afirmar su individualidad. Es una declaración que dice: «No soy como los demás«.
Otras personas se pueden sentir intrínsecamente atraídas por la rareza del mundo natural que los animales tradicionales no representan. Además, esas personas también pueden tener poca necesidad de muestras de afecto. Mientras que los perros y gatos ofrecen una interacción táctil y afectiva muy intensa, muchos animales exóticos (como los reptiles) son más distantes. Esto puede atraer a personas que valoran la observación por encima del contacto físico constante, o que tienen estilos de apego menos demandantes.

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Motivaciones prácticas
- Alergias: Esta es una razón muy común. Las personas alérgicas al pelaje de perros y gatos pueden encontrar en un reptil, un pez o una araña una alternativa viable para tener un compañero animal.
- Espacio limitado: Vivir en un apartamento pequeño puede hacer que un jaula para una araña sea más manejable que un perro grande que necesita espacio para correr.
- Restricciones de vivienda: Muchos propietarios prohíben específicamente perros o gatos, pero a menudo no mencionan casos como peces, hámsters o pequeños reptiles.
- Menor demanda de tiempo (en algunos casos): Aunque muchos exóticos requieren cuidados muy especializados, algunos no necesitan paseos diarios y socialización constante, lo que se adapta mejor a estilos de vida ocupados o solitarios.

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Factores sociales
Tener una mascota inusual permite el acceso a un grupo social muy específico y unido donde se comparte un interés profundo. Esta comunidad ofrece validación y apoyo.
El lado B: Consideraciones éticas
Es clave mencionar que la tenencia de mascotas exóticas conlleva una gran responsabilidad y potenciales problemas, como por ejemplo:
- Procedencia: Muchos animales son traficados ilegalmente de la naturaleza, lo que diezma poblaciones silvestres.
- Bienestar animal: Es extremadamente difícil replicar las condiciones de vida óptimas para un animal salvaje en un hogar. Muchos sufren de estrés, malnutrición y enfermedades en cautiverio.
- Expectativas vs. realidad: Algunas personas pueden idealizar la tenencia de un animal exótico sin entender sus verdaderas necesidades, lo que lleva al abandono (por ejemplo, de iguanas que crecen demasiado).
Mono tití. Foto: Wikimedia/Commons.
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