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sábado, julio 5, 2025

Dyhzy revela su transformación: “El gym me salvó la vida. Tuve bulimia durante años, pero hoy me siento fuerte y atractiva”

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Para Dyhzy, el arte drag es libertad pura, una performance en donde no hay reglas fijas ni cuerpos obligatorios. Ella rompe con los mandatos de la feminidad tradicional y lo deja clarísimo: “El drag es una performance, entonces, ¿por qué voy a tener que moldear mi cuerpo para eso?”. 

En lugar de amoldarse a un ideal estético, eligió levantar pesas, entrenar todos los días y convertir su cuerpo en el de una culturista: «Tengo el cuerpo más robusto, mucha espalda y bíceps y piernas grandes”. Hoy despliega su identidad con músculos, fuerza y presencia, demostrando que la femineidad puede ser también potencia física, y que el drag no responde a ningún molde: de hecho, no duda en desarmarlo y reinventarlo.

Hace un tiempo atrás, también en charla con GENTE, la DJ, diseñadora gráfica y artista drag que brilla en Club 69 se había explayado sobre “lo chocante” que era para otros verla montada teniendo ese físico. “Tengo cara de princesa y cuerpo de gladiador. Y eso es lo divertido”. Y tan “viejo” es el concepto de que el drag debe ser “la exageración de la femineidad”, que lo consideraba “completamente misógino”. “Lo que tiene de maravilloso este arte es que nadie tiene nada resuelto, y todo se construye”, compartía. 

En el marco de la fiesta de +GENTE, el jueves 26 de junio pasado en Palacio Alsina, y vestida despampanante cual diva de la MET Gala, Dyhzy fue más lejos y contó cómo el cambio de hábitos fue impulsado, en parte, por los trastornos alimenticios que afortunadamente logró superar. Lo que, para más, le abrió una nueva posibilidad laboral.

Dyhzy, Tani en el DNI y también DJ Tiesa, retratada en la fiesta +GENTE con un diseño haute couture firmado por Gustavo Pucheta y Fabián Paz.

–¿Cuál fue la inspiración de este súper vestidazo que elegiste para el evento del Orgullo? Parece muy la cola del outfit de Rihanna en la MET Gala del 2015. 

–¡Buena refe esa! Pero me siento más Ariana Grande. Bah, Ariana Grande clase Z, una que no pasó el control de calidad (risas). Y acá estoy, con tanto vestido que no podía faltarles el respeto a Pucheta Paz… porque casi que tuve una crisis de pelo antes de venir, porque me peiné sola, pero lo superé. 

Lo gracioso es que el vestido era tan grande que, cuando me lo mandaron, lo tenía en una funda en el sillón y literal parecía un muerto en una bolsa. Estaba en una videollamada por laburo y me preguntaron: “¿Tenés un muerto atrás?”. Y yo: “No, amor, es un vestido”.

–Hablemos del cambio físico que tiraste.

–Pará, que quede claro: soy entrenadora.

–Ah, ya convertido en una nueva profesión. 

–¡Y con certificado! Esto es en serio. Estoy cursando para la matrícula internacional.

“Todo este volumen es puro entrenamiento, si no me drogo con drogas de fiesta, ¿me voy a meter cosas que me afecten hormonalmente? Ni en pedo», dice Dyhzy sobre el físico trabajado que supo conseguir.

–¿Y cuál es el título que vas a tener?

–Hice dos cursos: soy personal trainer certificada por Fitness y Musculación Argentina. Y ahora estoy haciendo el curso para obtener la matrícula de Olimpia, que es un organismo internacional, uno de los que organiza competiciones de culturismo. Lo hago para poder entrenar en cualquier parte del mundo.

–¿Y cómo convive esa transformación física con la drag que hay en vos?

–Convive bien. Pero muchas han tenido el tupé de decir: «¿No se le conflictúa?». Y yo pienso: los cuerpos existen. Si vamos a hablar de feminidad, de pura feminidad, hay mujeres de todos los tipos: musculosas, gordas, flacas. Hay de todo.

El drag es una performance, entonces, ¿por qué voy a tener que moldear mi cuerpo para eso? Para eso están las espumas, las tetas, los peinados… Últimamente me conflictúa muy poco. Mejor dicho, nada. Yo me siento muy bien. Amo entrenar. Entreno hace años. Y este año decidí estudiar para poder orientar a otras personas.

–¿Ya estás entrenando gente?

–Sí, tengo un par de alumnes. Yo creo en eso: en transmitir que el fitness, la actividad física, el culturismo, el deporte, está buenísimo. Todo el mundo debería entenderlo y absorberlo.

“Me empecé a sentir atractiva, increíble, con fuerza. Por primera vez en mi vida, me gustó mi cuerpo”, confiesa Dyhzy acerca de los resultados que obtuvo a partir de su persistencia con el ejercicio.

–Hay muchas personas que no se animan a ir al gimnasio por vergüenza…

–Exacto. Hay mucha gente que no se anota porque no quiere verse en los espejos o porque el ambiente no es amigable. Por más que los gym bros digan: “Recibimos a cualquiera”, ¡es mentira!

Yo creo que simplemente hay que ir y hacerlo. Y que te chupe un huevo el resto. Toda la gente que está en el gimnasio empezó por algún lado.

–Y tu cambio es 100% natural.

–Sí. A diferencia de lo que dicen muchas personas, yo soy natural. No me pinché nunca, no tomé nada. Y pretendo que así se mantenga. O sea, si no me drogo con drogas de fiesta, ¿me voy a meter cosas que me afecten hormonalmente? Ni en pedo.

Pero tampoco juzgo a quien lo hace, cada une tiene su proceso. Sólo digo: no es algo seguro para los cuerpos.

–Mucha gente se sorprende con tu cambio físico en poco tiempo.

–¡Pero cuatro años no es poco tiempo, amor! ¡Cuatro años es un montón! Y además entreno todos los días, de lunes a domingo.

“Ya tengo título de trainer y estoy entrenando personas y ya tengo alumnes», asegura sobre su nueva profesión, que combina con la de DJ y performer.

–Todo el descubrimiento del ejercicio como estilo de vida también tiene que ver con trastornos alimenticios, ¿verdad?

–Sí, yo tuve bulimia. Así, simple y llanamente: bulimia. Muchos años. Cuando tenía 11 o 12, mi pediatra me diagnosticó tipo «obesidad incipiente», por así decirlo. O sea, si para ser obesa tenías que pesar 100 kilos, yo pesaba 105. No es que pesaba 150, pero bueno…

Después crecí, me estiré, fui bajando. Pero en la adolescencia me agarró como una cosa nerviosa de no soportar la comida en mí. Y eso es una enfermedad muy jodida. La mantuve mucho tiempo.

–¿Cómo era para vos vivir con eso?

–La bulimia es rara. Mucha gente piensa que vomitás cada comida. Y no. Con que lo hagas un tiempo, ya lo tenés. Con que lo pienses, ya lo tenés. Son cosas mentales, dismorfias, desórdenes. Lo tenés o no lo tenés, y convivís con eso toda tu vida. No es que te curás. Pero a mí lo que me ayudó a superarlo, después de mucho tiempo, fue entrenar.

“Yo tuve bulimia, simple y llanamente, y el gimnasio me salvó la vida”, revela Dyhzy.

–¿Cómo fue ese proceso?

Después de la pandemia estuve en una relación que terminó muy mal. Terminé en una crisis re grande conmigo misma, que me dio un rebrote de bulimia. Y ahí me di cuenta de que había empezado a entrenar. Y fue como: “Si quiero crecer de cuerpo, no puedo vomitar”. Empecé a frenar, a organizar mis comidas.

El primer año y medio subí 20 kilos, entre músculo, grasa, todo. Después, entrenando, limpiando, acomodando todo con constancia y dedicación… por fin, después de tanto tiempo, me empecé a sentir bien con mi cuerpo.

–¿Bien en qué sentido?

–Me empecé a sentir atractiva. Me sentí increíble. Tenía fuerza. Podía darlo todo. Empecé a levantar pesos que ni se me ocurrían. Me lesioné tres veces: 130 kilos en sentadillas, 150 de peso muerto. Y acá estoy. Y sí: el entrenamiento me salvó la vida… y me dio este cuerpo impresionante.

Fotos: Chris Beliera y Diego García
Retoque fotográfico: Gustavo Ramírez
Video: Ramiro Palais
Total look: Atelier Pucheta Paz

Las marcas aliadas de la gran celebración +GENTE

Dove acompañó a la fiesta +GENTE para celebrar lo más auténtico de cada persona: su piel. Con su campaña “Toda tu piel importa”, la marca invita a abrazar con orgullo las cicatrices, texturas y huellas que cuentan nuestra historia.

La coctelería de la noche estuvo a cargo de Aconcagua, un gin con altura, elaborado con agua de deshielo, que acompañó la fiesta con una propuesta ideal para brindar por el orgullo y la autenticidad.

Norton estuvo presente en la fiesta +GENTE con Libre, su línea de vinos pensada para quienes se expresan libremente y a su manera. Con una propuesta completamente distinta a lo tradicional, Norton Libre invita a disfrutar, compartir y brindar por aquello que nos conecta con lo que somos y nos hace felices.

Agradecemos a Plan Out, que hizo posible un ingreso ágil y sin complicaciones al evento. Gracias a su modalidad con QRs, cada invitado pudo acceder de forma rápida y segura para comenzar a disfrutar de la experiencia +GENTE desde el primer momento.

Redacción

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