Eduardo Costantini vivió un cumpleaños muy especial en la intimidad de su hogar, rodeado del amor de su esposa Elina, de su hija Kahlo Milagro —que en el momento del festejo dormía plácidamente— y de su inseparable perro Gino, un pomerania que lo acompaña a todas partes.
El empresario comenzó la velada con una sorpresa que lo dejó sin palabras: al ingresar a su living encontró un camino de rosas rojas que lo guiaba directamente hacia la mesa principal, donde lo esperaba una gran torta de chocolate, globos y una carta especialmente preparada por su mujer. Conmovido por el detalle, no pudo ocultar su felicidad y expresó: “Wuau, qué lindo. Gracias”.

El clima de emoción se potenció al descubrir que la torta había sido hecha por Azucena, alguien muy cercana al círculo familiar, lo que reforzó el carácter íntimo y artesanal de la celebración. “La torta la hizo Azucena”, recordó la modelo con orgullo al mostrar cada detalle de la mesa.

El punto más alto de la noche llegó con la lectura de la carta que Elina escribió en nombre propio, de Kahlo y de Gino. En ella, le manifestó a su esposo un profundo reconocimiento y admiración: “Hoy celebramos tu vida y con ella todo lo que significás para nosotras. Quiero que sepas que cada instante contigo es un regalo».
En voz alta, Elina siguió leyendo: «Tu presencia ilumina nuestros días, tu amor sostiene nuestro hogar. Kahlo, Gino y yo te admiramos con el sentido más puro. Yo con gran gratitud por el compañero de vida que sos, ella con esa inocencia y felicidad que reflejan un amor sin condiciones porque sos su héroe, su refugio y su todo».
«Deseamos que este cumpleaños te recuerde la gran familia que tenés y cuánto te amamos y cuánto te necesitamos y que sientas que todo lo que nos das vuelve multiplicado en amor, risas, y complicidad y también la certeza absoluta de que nosotras, tu familia, es tu más grande obra de amor. Feliz cumple, Kahlo que duerme en primero, Elina y Gino”, cerró la famosa modelo.
El empresario intentó leer en voz alta las palabras, pero la emoción lo superó. Con lágrimas en los ojos, le confesó a su mujer: “Quiero que sepas que me estoy emocionando”. Fue entonces Elina quien se encargó de leer cada párrafo de la carta, dándole aún más fuerza al momento.

Como regalo, la modelo eligió sorprenderlo con una obra de arte, un gesto más que simbólico para Costantini, coleccionista reconocido a nivel internacional y apasionado del mundo artístico. El video compartido en redes sociales culminó con un brindis con champagne, que selló una noche cargada de emociones.

De esta manera, Eduardo Costantini celebró un nuevo año de vida en un clima de amor y calidez familiar. Con el afecto de Elina, la ternura de Kahlo —aunque no estuviera despierta en ese instante— y la presencia de Gino, el empresario disfrutó de un cumpleaños íntimo, sencillo y profundamente significativo.