En entrevista exclusiva para VIVE, Eduardo “Dylan” Martí (1950) habló del libro inédito que recopila sus fotos de El Flaco Spinetta – desde 1969 hasta su muerte -, recordó singulares sesiones que realizó con Luis Alberto, Fito Páez, Soda Stéreo y Charly García, y se refirió a la música propia que lanzó a través de dos EPs en 2024.
En noviembre de 1969, el fotógrafo hizo click por primera vez en un concierto al retratar a los músicos de Almendra en el festival Pinap, que se realizó los sábados de ese mes en un anfiteatro ubicado en Av. Libertador y Av. Pueyrredón (ciudad de Buenos Aires).
“Yo entré en la fotografía porque no tenía trabajo”, relató Eduardo en diálogo telefónico. “Mi madre me facilitó ir a estudiar en el Fotoclub Buenos Aires. Tenía algún conocimiento, y el que en ese momento era el fotógrafo de Diego Maradona: Bernardo Acuña, tuvo la deferencia de hacerme ingresar a trabajar al laboratorio de Editorial Abril”. Era 1973, revelaba las fotos que hacían otros y comenzó a relacionarse “con todo el mundo”. Allí terminó de formarse, aseguró Martí, “y a partir de ahí empecé a desarrollar una carrera fotográfica”.
Al iniciar los 70s tuvo un trío llamado Pacífico, que lo llevó a contactarse con muchos de los que después fueron sus amigos rockeros.
“He tenido la suerte de generar un contacto muy fuerte, muy grande y que todo el mundo de la música y todo se transformara en una forma de vivir, estar muy relacionado y muy involucrado con todo eso”, agregó Dylan, que retrató a bandas como Aquelarre, Invisible, Divididos, Soda Stéreo, Virus, Los Abuelos de la Nada y solistas como Gustavo Cerati, Charly García, Fito Páez e Indio Solari, entre muchos otros.
“Ahora ya no trabajo porque tengo afectada la vista por una enfermedad que se llama maculopatía.”, explicó Eduardo: “Perdí la mitad de la visión, hay un ojo del que ya no veo, el derecho, pero bueno, ahí andamos”.
A Martí (apellido catalán que lleva tilde en la í) el apodo Dylan se lo puso un amigo del barrio de Mataderos porque desde que era joven le gustaba Bob Dylan. Prácticamente todos lo llaman Dylan.
Recuerdos con Luis Alberto Spinetta, Fito Páez y Soda Stéreo.
Dylan hizo fotos que son parte de la historia gráfica del rock hecho en Argentina y que se destacan por su originalidad: las portadas de Durazno sangrando y El jardín de los presentes (Invisible), La la la (Spinetta-Páez), Nada personal (Soda stéreo), Fabrico cuero y Horno para calentar los mares (Illya Kuryaki and the Valderramas), entre otras; fotos para entrevistas a músicos en diarios y revistas y material de prensa para grupos: Charly García, Los Abuelos de la nada, Divididos, Miguel Abuelo, Virus, Fito Páez, etc.
Así que se le pidió a Eduardo que rememore algunas de esas sesiones. Una foto icónica para los seguidores de Luis Alberto Spinetta data de la época de su álbum Téster de violencia (1988), y en ella se lo ve a El Flaco detrás de pirámides, cubos y esferas de colores que realizó su hermano, Gustavo Spinetta. Así recuerda el fotógrafo esas tomas:
“En algunas está en cuero y en otras está con un chaleco de esa gente que se pone a dirigir el tránsito (se ríe). Luis se involucraba, abría el placar y sacaba sus prendas para fotografiarse y lookearse y todo eso, era muy divertido. Me acuerdo perfectamente de esa foto. La hice en mi casa, en la época que vivía con Mercedes (Villar) y los chicos ahí en la calle Billinghurst, y Luis vino a casa y la hicimos ahí. Incluso los objetos estaban apoyados arriba en una plancha de acrílico, negra. Sí, hicimos muchísimas cosas con Luis, no solamente eso, hemos hecho videoclips.»
¿Qué pasó con la foto junto a Charly que fue portada de la Rolling Stone? Spinetta se quejó porque no usaron una en la que tenía puesta la remera de Conduciendo a conciencia.
Claro, yo te voy a decir: Luis era tan impulsivo. Un día me suena el teléfono como a las 12 de la noche, y era él que me estaba llamando, totalmente ofuscado, diciéndome: “Me cagaste, esta no es la foto que yo había pedido”, le digo: “¿En qué te cagué, boludo?” (se ríe). “Yo no te cagué en nada.”, “Sí, yo quería la foto en la tapa, tengo acá la revista y acaba de salir la foto…”.
Pobre Luis, él no se daba cuenta. Yo le mandé la foto con la remera que él quería, la de Conduciendo a conciencia, obviamente, pero él no tuvo en cuenta que los tipos cuando tienen que montar esa foto en una página de revista, donde aparte van a sumar otra información, de otras notas, se les mezcla la gráfica de tu remera con los anuncios de todo el contenido de la revista que ponen en tapa, y le borraron todo. Y aquel se volvió loco, se pensó que yo le había borrado la foto; ni en pedo. Estaba ofuscado Luis, tenía razón, pero a la vez también me parece que eso es un teléfono descompuesto entre la persona que organiza la nota, y el entrevistado y la revista, me parece que el problema estuvo ahí.
Sí, y el entrevistador seguramente no pueda opinar en lo que es el diseño de la portada…
No, no tiene nada que ver, son departamentos distintos; quien trabajó en una revista sabe que hay alguna conexión, pero en general los que hacen diseño gráfico hacen el diseño gráfico, y el que entrevista, entrevista y escribe. No es que no haya una cierta conexión, pero son áreas distintas.
Contame de la foto de portada de El amor después del amor (1992), de Fito Páez.
Es el disco más vendido de Fito, bah, es el más vendido de la historia del rock, de la música en la Argentina. Sí, bueno, corresponde. Todas las fotos tienen el impulso de los fotografiados, porque yo me involucraba mucho con ellos, no solamente por el tema de la foto sino por la pasión que nos unía por la música, así que uno le ponía mucha polenta a todo lo que uno hacía, sea para el que sea. Me acuerdo el día que hicimos la sesión de fotos en el estudio de Hugo Bey, en la calle Bonpland. (Se rie)
Me acuerdo que Fito había llevado el grabador y uno de los temas -creo que Tráfico por Katmandú- y yo me había comprado una filmadora MAN V8 (Sony) y dijimos: hagamos un pequeño clip, cantando el tema y pusimos las cosas a un volumen que se alarmó todo el barrio. Pero bueno, fue muy divertido. Con Fito hemos hecho un montón de cosas, tuve la suerte de que me eligiera desde Ciudad de pobres corazones. Antes yo ya había trabajado con él en La, la, la, eso fue el primer trabajo, que hice con Fito y con Luis, y después, él me convocó para hacer Ciudad… y hubo toda una seguidilla de cosas que hice para él hasta Rey Sol creo, que todo lo hice yo, o por lo menos la mayoría de las cosas.
Hiciste las fotos para Nada personal (1985), con el tipo trajeado y gafas que sostiene un retrato de los de Soda Stéreo.
Sí, parece como un inspector de migraciones, alguien de los servicios secretos, ¿no? Seve que era un amigo de alguien que contactaron para hacer de Inspector Clouseau ahí en la foto. Lo hicimos en la oficina de Alberto Ohanián, me parece, porque yo en esa época creo que todavía no tenía ni estudio. Me acuerdo de Lorange, que empujaba un carrito lleno de televisores (en al afiche de los shows en Astros); ahí había trabajado Alfredito Lois y Carlos Alfonsín, que es Dj. Hicimos un poco la estética para los anuncios del evento y después con eso se armó un programa también. Las fotos son en blanco y negro.
¿Qué se necesita para obtener fotos que comuniquen y también conmuevan?
Es difícil porque han cambiado tanto las herramientas. Yo tengo una foto acá en mi casa, divina de Charly García flotando en una pileta; es una foto que hicimos para la revista 7 Días, con Renata Schussheim como realizadora, y la foto captó un momento tan excepcional, tan inesperado. Porque eso es lo que tenía la fotografía antes, había un intervalo entre que vos hacías la foto y ver los resultados, que en ese momento había como un momento de oscuridad, hasta que lograbas ver lo que habías hecho y todo tomaba sentido. Y esta es una foto analógica, como la mayoría de las fotos que yo hice en mi vida, y el momento es tan mágico que, yo qué sé, hay cosas que son inexplicables. Pero solamente cuando ves la foto y alguien te dice: “No, esto no está hecho con Photoshop”, esto fue el momento. Y qué loco, porque años después él se termina tirando en Mendoza de una habitación a una pileta. Es todo muy raro.
¿Dónde sacaste la foto de portada de Fabrico Cuero (IKV, 1991)? Detrás de Dante y Emmanuel se ven dos vacas.
(Se rie) Sí, esa foto la hicimos en la provincia de Buenos Aires, me acuerdo el día. Los chicos eran muy pequeños, todavía, eran dos adolescentes maleducados, digamos. Sí, muy divertido, eso lo hicimos en una cantera, un lugar de esos donde sacaban tierra y que se termina armando una laguna, y lo habían transformado en un lugar de recreo.
Música propia y compartida con Spinetta.
Aparte de las canciones que publicó en 1972 con el trío Pacífico: La bella época, y tres temas en coautoría con Luis Alberto en discos de Spinetta, la música que hacía Martí con su amigo no salía de los encuentros privados que mantenía con su amigo guitarrista. Hasta que en 2024 Dylan se decidió a mostrar sus composiciones.
“Son dos discos los que saqué”, aclara Eduardo, “uno se llama Centrifugados por la ola y el último, que es el más nuevo, que lo arranqué en el 2021 se llama Buscando oro en el lugar equivocado”. Ambos EPs -lanzados a través del sello Los Años Luz- los produjo el músico, Dj y amigo Nico Cota (IKV, Spinetta, Páez, etc.) y participan también Javier Malosetti, Hernán Jacinto, Mariano Domínguez, Fernando Lupano, Javier Martínez Vallejos, Fermín Merlo, Nicolás Cattaneo, Sergio Verdinelli, Lucio Lupano, Alejandro Castellani, Baltasar Comotto, Theo Lefleur, Claudio Cardone, Patán Vidal y su hijo Lucas Martí.
Me dijo el Mono Fontana que Mariano López mezcló y masterizó un montón de material de Spinetta y hay canciones de las que grabaron ustedes dos.
Impresionante el dato de lo que me estás diciendo. Sí, seguro, porque yo tocaba mucho con Luis. Y creo que tocamos muchos años juntos, incluso llegamos a editar tres canciones, dos en Kamikaze (1982): “Almendra” y “Quedándote o yéndote”; y hay una tercera que grabamos en el disco en vivo, en Miami (Estrelicia MTV Unplugged, 1997), que se llama “Garopaba”. Creo que fue una sociedad muy linda, justamente porque no teníamos ningún objetivo de que eso se transformara en un disco ni en nada. Y una vez que Luis decidió marchar de este planeta, como me quedé un poco solo, porque con el que yo tocaba era con él, decidí emprender el avance sobre estos dos discos.
El libro con fotos de toda la vida de Luis Alberto
“Y ahora estoy haciendo un libro de Luis”, dijo Eduardo Martí del otro lado de la línea, cuando parecía que la recopilación fotográfica dedicada a su amigo iba camino a concretarse (en septiembre de 2023), y amplió:
“Es un negocio en el que la participación de uno, más allá de haber hecho las fotos y el diseño, un poco del libro y todo, después entras en una maquinaria de fabricación donde aparecen otros actores. Así que estamos tratando de hacerlo en las mejores condiciones posibles. No quiero un libro metido adentro de una bolsita de nylon y que esté colgado de un kiosco, quiero hacer un libro que esté a la altura de Luis. Ya tuvimos una experiencia con el catálogo que hice para la Biblioteca Nacional, con la colaboración del desaparecido y querido Horacio González, eso fue un primer approach a hacer un libro.«
¿Solo de fotografías o tiene textos también?
Todas fotografías, hay un texto breve de Juan Carlos Diez, que es la misma persona que lo entrevistó a Luis para el libro Martropía: conversaciones con Spinetta. Arranca en el año ’69 con una foto de Luis y Rodolfo (García) en el festival Pinap, y llega hasta el final de los días.
¿Todas fotografías tuyas?
Sí, es todo mío. Y tiene fotos inéditas. Obviamente que el proyecto está compartido y consensuado con la familia de Luis y con el resto de los amigos, sobre todo con todos los músicos que han colaborado con él, históricamente.
¿Qué pensaría el Flaco de este libro?
La verdad que no me imagino qué se le podría ocurrir a Luis, pero en principio supongo que… sentiría alegría de que por lo menos yo esté recopilando todos esos años que nos tocó compartir juntos.
¿Hay alguna fecha tentativa de edición, hay editorial?
No sé por qué razón industrial no se puede hacer acá, si se concreta esto, el libro lo terminan mandando a hacer a China, porque resulta menos oneroso económicamente, y parece que sale mucho más barato que hacerlo acá, lo cual es lamentable, porque a mí me hubiese gustado hacerlo acá, para que el trabajo quedara en manos de argentinos. Y calculo que se tarda un año en todo el proceso, entre que mandas el libro, hacen las pruebas, te mandan, supongo que un ejemplar para que lo veas y des el ok, así que eso va a demorar todavía.
“Con suerte lo podremos tener para fin del 2024, si es que logramos que todo se concrete ahora mismo”, expresó Martí antes del 10 de diciembre de 2023, cuando Javier Milei asumió como presidente de Argentina. “Es un momento de malas noticias, porque ya teníamos todo cerrado, pero es lo que está sucediendo, lamentablemente: lo del libro, por ahora, está en punto muerto”, informó con un mensaje de WhatsApp al día siguiente de la asunción presidencial.
“Es un bajón, pero bueno, ya estamos acostumbrados los argentinos (se ríe) a que nos pasen estas cosas”, agregó. “Ojalá que en algún momento lo podamos concretar, y sino lo que va a terminar pasando es que lo voy a subir a la web y Buenas noches y muchas gracias.”
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Producción, entrevista y redacción: Fernando CHatarra Fauszleger | IG: @soyfernandoabel | Imágenes: gentileza Jorge Klinoff (con la foto de Charly), La Voz (con el catálogo de la expo de Spinetta) y Eduardo Martí.
¡¡Toda una leyenda!!
Así es, Melanie. Muchas gracias por leer, y sentíte libre para compartirla con quien quieras. Saludos, Fernando.