En las fronteras y puntos de entrada a Estados Unidos se han intensificado los controles en respuesta a la política antimigratoria del Gobierno de Donald Trump. Sin embargo, el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) parece estar apretando las tuercas no solo con respecto a los migrantes irregulares.
La prensa se ha hecho eco, sobre todo, de los casos de dos turistas alemanes que fueron detenidos al intentar ingresar en Estados Unidos. Tras permanecer privados de su libertad por 46 días y 16 días, respectivamente, -incluso aislados e incomunicados temporalmente- fueron expulsados del país.
¿Riesgo para turistas latinoamericanos?
¿Cuán probable es que también sean detenidos turistas latinoamericanos en un viaje a Estados Unidos?
«El riesgo de detención existe si las autoridades migratorias detectan irregularidades o inconsistencias en la información proporcionada por el viajero, y esto generalmente se observa en el primer contacto que el turista tiene con el oficial de migración, y en la capacidad de respuesta que tiene a las preguntas que le hacen», señala Francisco Orgaz-Agüera, doctor en Turismo y profesor de la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR).
De ahí la importancia de que «los viajeros de América Latina cumplan rigurosamente con todos los requisitos de entrada, incluyendo la documentación adecuada y la claridad en el propósito de su visita», prosigue en entrevista con DW.

Venezuela y Cuba en «lista roja»
Actualmente, Washington está evaluando la implementación de nuevas restricciones de viaje que afectarían a ciudadanos de hasta 43 países, indica el español Orgaz-Agüera.
«Entre los países latinoamericanos, Cuba y Venezuela se encuentran en la ‘lista roja’, lo que implica una prohibición total de entrada a Estados Unidos. Además, Haití está en la ‘lista naranja’, lo que conlleva fuertes restricciones de visado. Otros países de la región están en la ‘lista amarilla’ (Dominica, San Cristóbal y Nieves, y Santa Lucía), y están cumpliendo el proceso de 60 días para mejorar sus procesos de seguridad y control migratorio para evitar futuras sanciones», explica el experto en turismo.
Al respecto, Maureen Meyer, directora de Programas de la organización de derechos humanos estadounidense WOLA, agrega que aún no está claro si las restricciones también se aplicarán a personas procedentes de estos países, con visas de trabajo estadounidenses, o incluso a residentes permanentes.
«Varias universidades y empresas han recomendado a sus estudiantes y empleados extranjeros, de cualquier país que podría estar en la lista, no salir de Estados Unidos por el temor de no poder entrar de nuevo», dice a DW.
La experta aclara que no ha habido cambios legales para obtener una visa de turista y que cualquier persona de América Latina con una visa válida puede viajar a Estados Unidos. Al mismo tiempo, advierte que las revisiones en cualquier punto de entrada al país son ahora más amplias.
Crisis diplomática y guerra comercial
En 2024, los turistas procedentes de México fueron el segundo mayor grupo de visitantes extranjeros (15.403.505) detrás de Canadá. También Brasil (1.685.001), Colombia (930.971), Argentina (627.025), República Dominicana (481.166) y Ecuador (452.567) figuran en el top 20, según la Administración de Comercio Internacional (ITA, por sus siglas en inglés).
No obstante, la restrictiva política migratoria en forma de redadas, para llevar a cabo deportaciones masivas de migrantes irregulares, ha creado «la percepción de un ambiente menos acogedor y posibles dificultades en los procesos de visado», asegura el profesor de UNIR Francisco Orgaz-Agüera. De ahí que potenciales turistas latinoamericanos estén optando por destinos alternativos.
«Esta tendencia ha afectado negativamente a la industria turística estadounidense», señala. De acuerdo con el centro de análisis Tourism Economics, los viajes internacionales al gigante del norte disminuirán este año un 5 por ciento con respecto a 2024, lo cual equivale a una pérdida de 64.000 millones de dólares para el sector de turismo.
Asimismo, la guerra comercial y el hostil tono diplomático de Washington afectan negativamente los viajes de ocio y negocio a Estados Unidos. Tras los reiterados anuncios del presidente Trump de convertir a Canadá en el «estado 51», los canadienses, por ejemplo, están reduciendo drásticamente sus viajes al país vecino. En febrero de 2025 se registró una caída de un 23 por ciento en los viajes en automóvil desde Canadá a Estados Unidos, en comparación con el año anterior.
«Todavía es pronto para tener más detalles», observa el académico español, convencido de que, en unos meses, se podrá «ver realmente el impacto que están teniendo las políticas actuales impuestas en Estados Unidos».
(cp)