La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, dijo que los acuerdos que había firmado con los gobiernos de Guatemala y Honduras en la gira de esta semana incluían que los países centroamericanos ofrecerían refugio para personas de terceros países que de otro modo buscarían asilo en Estados Unidos. Los gobiernos de esos países lo niegan.
Los supuestos acuerdos revelados por Noem amplían los esfuerzos del gobierno de Donald Trump para contar con flexibilidad para devolver a los migrantes no solo a sus propios países, sino también a terceros, en su intento por aumentar las deportaciones.
Noem lo describió como una manera de ofrecer a los solicitantes de asilo opciones distintas a la de venir a EEUU.
Añadió que se trabajó durante meses en los acuerdos, y que el gobierno estadounidense estaba presionando a Honduras y Guatemala para que los cumplieran.
“Honduras, y ahora Guatemala a partir de hoy, serán los países que acogerán a esas personas y también les otorgarán el estatus de refugiados”, declaró Noem.
“Nunca hemos creído que EEUU deba ser la única opción, sino que la garantía para un refugiado sea que vaya a un lugar seguro y protegido de cualquier amenaza que enfrente en su país. No necesariamente tiene que ser EEUU”.
Guatemala y Honduras niegan haber acordado ser «tercer país seguro» con EEUU
Sin embargo, tras los comentarios de Noem, ambos gobiernos centroamericanos negaron haber acordado actuar como «tercer país seguro».
La presidencia guatemalteca afirmó que el gobierno no firmó ningún acuerdo relacionado con inmigración durante la visita de la funcionaria.
Reafirmó que Guatemala, en cambio, sí seguirá recibiendo a los centroamericanos enviados por EEUU como escala temporal en su regreso a sus países.
En este país, se realizó una ceremonia pública de firma de un memorando de entendimiento que establece un Programa Conjunto de Seguridad para desplegar oficiales de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de EEUU en el aeropuerto internacional de la capital guatemalteca con la misión de ayudar a capacitar a agentes locales en la detección de sospechosos de terrorismo.
“No se firmó ningún acuerdo en tema migratorio. El acuerdo que se firmó es de seguridad y no incluye el tema migratorio. Yo tengo la fuente primaria y no hay ninguna cosa del tema migratorio. ¿De dónde sacaron eso? No tengo ni la menor idea”, señaló el ministro de Gobernación guatemalteco, Francisco Jiménez.
Por su parte, el director de inmigración de Honduras, Wilson Paz, negó la firma de dicho acuerdo y la Secretaría de Relaciones Exteriores no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios por parte de la agencia AP.
Noem dijo que «políticamente, este es un acuerdo difícil de lograr» para los dos gobiernos, y afirmó que durante su reunión en Guatemala se le entregó el acuerdo ya firmado.
Tanto Guatemala como Honduras tienen recursos limitados y muchas necesidades, lo que dificulta la promoción interna del apoyo a los solicitantes de asilo de otros países.
Trump ya firmó acuerdos migratorios con Centroamérica durante su primer mandato
El desafío práctico radicaba en que, en ese momento, los tres países centroamericanos veían cómo un gran número de sus ciudadanos se dirigían a EEUU para escapar de la violencia y la falta de oportunidades económicas. Además, contaban con sistemas de asilo con recursos extremadamente limitados.
Pero en el caso de Guatemala, se trataba únicamente de un punto de tránsito para migrantes que luego regresarían a sus países de origen, no para solicitar asilo allí. En El Salvador, la medida fue más amplia, permitiendo a EEUU enviar migrantes para ser encarcelados allí.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, aseguró este martes que México no firmaría un acuerdo de tercer país seguro, pero al mismo tiempo, su país ha aceptado a más de 5,000 migrantes de otros lugares deportados de EEUU desde que Trump asumió el cargo. La mandataria explicó que México los aceptó por razones humanitarias y los ayudó a regresar a sus países de origen.
Washington también tiene acuerdos con Panamá y Costa Rica para recibir migrantes de otros países, aunque hasta ahora las cifras enviadas a estos lugares han sido relativamente pequeñas. El gobierno de Trump envió a 299 a Panamá en febrero y menos de 200 a Costa Rica.
Los acuerdos ofrecen más opciones a las autoridades estadounidenses, especialmente para expulsar a los migrantes de países donde no es fácil para EEUU devolverlos directamente.
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