La neurociencia destaca el papel clave de la actividad física y los desafíos cognitivos para mantener la memoria y prevenir el deterioro cognitivo. Claves para cuidar la salud cerebral a cualquier edad.

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Redacción El País
El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que afecta la memoria, el pensamiento y el aprendizaje. Si bien no existe una cura definitiva, la ciencia ha demostrado que adoptar hábitos saludables puede reducir el riesgo de desarrollar esta afección.
En este sentido, tanto el ejercicio físico como los entrenamientos mentales cumplen un rol fundamental en la protección del cerebro.
Ejercicio físico: un aliado clave
La actividad física no solo fortalece el cuerpo, sino también el cerebro. Investigaciones han demostrado que moverse regularmente ayuda a modificar la estructura del hipocampo, la zona del cerebro encargada de la memoria.
Incluso si una persona no ha sido físicamente activa durante su vida, comenzar a hacer ejercicio a los 60 años, al menos 150 minutos semanales, puede generar cambios positivos en esta área.
Retos mentales para fortalecer la memoria
Además del ejercicio físico, los desafíos cognitivos pueden mejorar el pensamiento lateral, la fluidez verbal y la memoria. Entre los más efectivos se destacan:
- Unir puntos sin levantar el lápiz: Este reto consiste en conectar una serie de puntos con líneas rectas sin despegar el lápiz del papel. Ayuda a desarrollar el pensamiento lateral y fomenta la capacidad de encontrar soluciones fuera de los enfoques convencionales.
- Formación de palabras: Se trata de combinar sílabas de diferentes columnas para crear nuevas palabras. Este ejercicio fortalece la memoria, mejora la fluidez verbal y estimula el uso del lenguaje, un componente clave en la inteligencia.
- Definir palabras de complejidad creciente: Un método utilizado en pruebas de inteligencia consiste en definir términos de distintos niveles de dificultad, desde palabras simples como «mesa» hasta conceptos más elaborados como «panegírico». Esta práctica contribuye a ampliar el vocabulario y mejorar las habilidades cognitivas.

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Hábitos saludables para cuidar el cerebro
Más allá de los ejercicios físicos y mentales, adoptar un estilo de vida saludable es clave para reducir el riesgo de Alzheimer. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan:
- Mantenerse físicamente activo.
- Controlar enfermedades como la diabetes y la hipertensión.
- Cuidar la audición.
- Evitar el consumo excesivo de alcohol y el tabaco.
Incorporar estos hábitos en la rutina diaria puede marcar la diferencia en la salud cerebral y contribuir a mantener una mente ágil y activa a lo largo de los años.
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