El acuerdo comercial que negocian Estados Unidos y Argentina en Washington, y cuyo cierre se había anunciado como “inminente”, está como hace días en la “recta final”, pero se demora en medio de fuertes debates internos en EE.UU. sobre la ayuda al país.
La salida del canciller Gerardo Werthein, que venía piloteando las tratativas desde abril junto con otros funcionarios, agrega incertidumbre al panorama, aunque se mantiene en su puesto hasta el lunes y ya se sabe que será reemplazado por el secretario de Finanzas Pablo Quirno. Werthein pasará la posta del cierre al nuevo canciller y lo pondrá al tanto de los detalles.
El acuerdo bilateral se viene negociando desde abril, cuando el presidente Donald Trump implantó aranceles recíprocos a todos los países que comercian con EE.UU., entre ellos la Argentina. Al país se le aplicó un 10% de impuestos a todos los productos que exportan a suelo estadounidense, un número de los más bajos que aplicó Trump, ya que algunos países afrontaron hasta un 70% o más.
Las conversaciones fueron timoneadas por Werthein, el embajador en Washington Alec Oxenford, Luis María Kreckler, y funcionarios técnicos de la embajada y de Economía con la contraparte estadounidense: el representante comercial Jamieson Greer y el secretario de Comercio Howard Lutnick y expertos de sus oficinas.
Según fuentes al tanto de las negociaciones dijeron a Clarín, el pacto está “en la recta final”, “cerrado en un 98%”, «faltan definir dos o tres cosas», una situación que es similar a la de hace 10 días, cuando el presidente Javier Milei visitó a Donald Trump en la Casa Blanca. Esta reunión, donde el argentino recibió grandes elogios del republicano, terminó en medio de una confusión por una declaración de Trump sobre el apoyo financiero a la Argentina tras las elecciones, que impactaron en los mercados.
Al salir de la reunión, varios funcionarios argentinos, entre ellos el embajador Oxenford, dijeron que el acuerdo era inminente. «Vamos a tener novedades en breve» señaló el jefe de la sede diplomática. “Se habló en detalle de este tema en la reunión en la Sala de Gabinete y el presidente Trump participó activamente en estos temas, no solamente el resto del gabinete. Vamos a tener noticias muy buenas en poco tiempo. No puedo comentar, pero vamos a tener novedades en breve».
Pero con el paso del tiempo la inminencia pareció disminuir y el anuncio se demora. Es que la Argentina pasó estos días a ser un tema caliente en la agenda doméstica estadounidense, con críticas de varios sectores a la ayuda del Tesoro que anunció el secretario Scott Bessent (por US$20.000 millones a través de un swap y otros posibles 20.000 millones de préstamos privados), más las protestas de los productores de soja porque Argentina vende ese cultivo a China, más el fuerte rechazo de ganaderos por un posible aumento de la cuota de importación de carne argentina.
Anunciar ahora un acuerdo con Argentina para Estados Unidos quizás no sea buen momento. “Se mezcló el swap, las ventas de soja a china, la carne y rebalsó el vaso”, dijeron a Clarín fuentes al tanto de las conversaciones, que señalan que igualmente podría sellarse pronto.
Ignacio Albe, experto en Argentina del Atlantic Council, dijo a Clarín que “fuentes en ambos lados nos dicen que todo está finalizado y acordado. Si bien en Argentina se habla de los problemas que surgieron en cuanto a la Ley de Patentes, en Washington el acuerdo ya está listo y solo falta la firma del presidente Trump”.
“Dicho eso –agrega Albe– vale pensar por qué no lo ha firmado aún: el ruido político interno, la frustración de los agricultores, el foco de los medios, y la incertidumbre electoral son algunas de las razones que pueden estar demorando el acuerdo en el escritorio presidencial”.
“Todo apunta a que es un problema de timing: para Argentina el anuncio esta semana hubiera sido un éxito, pero en los Estados Unidos el cálculo del presidente sobre tiempos es otro. Esa diferencia es lo que lleva a la especulación en Buenos Aires, sobre todo en el contexto de la puja por el gabinete, pero la realidad es que el acuerdo sigue siendo inminente, pero pendiente de la última, y la más importante, firma del eslabón”, señala el experto.
La relación con la Argentina se ha convertido en un tema cotidiano para los estadounidenses, que leen y miran noticias en la TV sobre la relación con el país porque funcionarios estadounidenses son siempre consultados sobre los motivos de la ayuda al país, cuando Trump promueve la política de America First (Estados Unidos primero).
El paquete de ayuda del Tesoro despertó fuerte rechazo entre la oposición, pero también entre legisladores republicanos y los agricultores y ganaderos, un sector que mayoritariamente votó por Trump. Legisladores demócratas, entre ellos la senadora Elizabeth Warren y la representante Nydia Velázquez, enviaron cartas a Bessent pidiéndole explicaciones sobre por qué se ayudaba a la Argentina cuando había sectores estadounidenses que sufrían por el impacto de los aranceles.
Bessent respondió diciendo que la ayuda es una “acción crucial” para la seguridad nacional de Estados Unidos y la estabilidad financiera global.
El tema de la carne aumentó la presión. Trump dijo que estaban negociando aumentar la cuota de carne de argentina y los ganaderos se pusieron en pie de guerra con fuertes críticas a esa apertura. Este jueves trascendió que la cuota podría elevarse de 20.000 toneladas a 80.000.
Greer, el representante comercial de Estados Unidos que es uno de los negociadores, dijo en una entrevista el lunes que tiene el celular abarrotado de llamadas de legisladores republicanos preocupados por el ingreso de más carne argentina, pero intentó tranquilizar a los ganaderos: “No veo toneladas de carne extranjera ingresando a Estados Unidos”. «No veo un mundo en el que haya millones y millones de toneladas métricas inundando este mercado», dijo Greer a CNBC. «Eso simplemente no es parte del programa”.
Sin embargo, la presión de los ganaderos continúa: en un comunicado, la National Cattlemen´s Beef Association, fundada en 1898, dijo: “Los ganaderos no pueden apoyar al presidente Trump mientras socava el futuro de las familias de agricultores y ganaderos al importar carne argentina. Es imperativo que el presidente Trump y la secretaria Rollins permitan que los mercados ganaderos funcionen sin interferencias”. “Le pedimos que abandone este esfuerzo por manipular los mercados”, agregaron.
En este contexto, el acuerdo comercial se demora.
SN





