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martes, febrero 11, 2025

El arquitecto olvidado que modernizó Barcelona

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Un nuevo libro rescata del olvido la figura del arquitecto municipal Pere Falqués, uno de los impulsores de la modernización de Barcelona durante el modernismo en un momento de una actividad frenética constructiva en el Eixample tras el derribo de las murallas. Se trata de una figura “muy importante, pero a la vez bastante desconocida”, comenta Joan Molet, autor de Pere Falqués, l’arquitecte municipal de la Barcelona modernista (editado por el Ayuntamiento de Barcelona y la editorial Àmbit). 

Y es que los grandes arquitectos modernistas del momento, con Antoni Gaudí como máximo exponente, eclipsaron en parte la labor de Falqués, caracterizado por una “arquitectura ecléctica, es decir, una evolución del historicismo en la que se buscaba una estética nueva a su tiempo a partir de elementos del pasado”, detalla Molet, doctor en Geografía e Historia y profesor de Historia del Arte de la Universitat de Barcelona (UB), especializado en historia de la arquitectura del siglo XIX y principios del XX.

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Interior del mercado municipal de Sants, una de las obras del arquitecto Pere Falqués

Ana Jiménez

Falqués fue arquitecto municipal de Barcelona durante casi tres décadas, entre los años 1889 y 1916, justo después de la Exposición Universal de 1888, en la que también dejó su huella con la construcción de los ya derruidos palacio de la Ciencias y pabellón de la Agricultura. Vivió desde pequeño el mundo de la construcción. Su padre y su tío fueron contratistas de obras. Estudió en la Escuela Especial de Arquitectura de Madrid, donde tuvo como compañeros a Lluís Domènech i Montaner o Josep Vilaseca, pero una enfermedad le obligó a finalizar los estudios en Barcelona, coincidiendo con Gaudí.

Antes de dar el salto a la Casa Gran, trabajó como arquitecto municipal en Sant Andreu de Palomar, municipio todavía independiente de Barcelona, donde tuvo un trágico incidente que casi le costó su carrera. Dimitió tras el derrumbe de la cúpula de la iglesia parroquial que construyó y causó la muerte de siete personas y numerosos heridos. Falqués se repuso a esta desgracia y trabajó posteriormente como arquitecto municipal de Sant Martí de Provençals y arquitecto asesor del Ayuntamiento de Badalona.

Perspectiva del conjunto de la plaza de Catalunya, según la segunda reelaboración del proyecto de Falqués, acordada en convenio con la Sociedad Gran Hotel Continental.

Perspectiva del conjunto de la plaza de Catalunya, según la segunda reelaboración del proyecto de Falqués, acordada en convenio con la Sociedad Gran Hotel Continental.

Archivo Histórico de la Ciudad de Barcelona (AHCB). Fondo Pere Falqués Urpí. AHCB3-294/5D27-27835

Luego empezó a forjarse un nombre con proyectos como la reforma de la sala de espectáculos del Gran Teatre del Liceu, tras visitar los teatros principales de Francia, Bélgica y Alemania. Otro concurso de envergadura que ganó fue el de la urbanización de la plaza de Catalunya. Tal como destaca Molet, una “victoria envenenada”, ya que pese a que su proyecto se impuso en el concurso de 1887 organizado por el Consistorio con el lema Plaza, al final no se ejecutó. El proyecto inicial contemplaba una plaza porticada y en medio una columna conmemorativa coronada por una estatua, inspirándose en la columnata de Bernini de la plaza de San Pedro del Vaticano.

Este proyecto ni las otras versiones que el Ayuntamiento solicitó a Falqués “a lo largo de las dos décadas posteriores al concurso, cuando ya era arquitecto municipal, llegaron a materializarse y todo quedó en papel mojado”, recuerda Molet. Por ejemplo, en algún momento se estudió la opción de hacer en este emplazamiento un edificio público-el de Correos y Telégrafos-,  una galería comercial con viviendas o un hotel. “Lo único que se puede considerar de lo que hay ahora en la plaza de Catalunya del proyecto de Falqués sería un poco la traza. Esta idea de plaza con los árboles que dibujan una forma ovalada y los pedestales con las esculturas que derivan de los pórticos”, apunta Molet. Para documentarse, el autor ha buceado en los diferentes archivos municipales de Barcelona y en otros, como el archivo general de palacio de Madrid. El libro incluye numerosos documentos, desde fotografías a alzados y planos originales de Falqués.

Esbozos del proyecto de las farolas del paseo de Gràcia. Pere Falqués Urpí. (1889-1892)

Esbozos del proyecto de las farolas del paseo de Gràcia. Pere Falqués Urpí. (1889-1892)

Archivo Histórico de la Ciudad de Barcelona (AHCB) Fondo Pere Falqués Urpí AHCB3- 294/5D27-C30-46.4

Falqués sustituyó a Antoni Rovira i Trias como arquitecto municipal, cuya dimisión fue aceptada por el Ayuntamiento el 22 de julio de 1888. Al frente del Consistorio, una de sus obras que hoy en día capta la atención de los turistas, incluso en alguna ocasión se ha atribuido erróneamente a Antoni Gaudí, son los bancos farolas del paseo de Gràcia, que dieron paso del alumbrado de gas al eléctrico. “La intención era iluminar el paseo, sobre todo la parte central, la calzada. La primera idea fue colgar unos cables y poner la luz en medio. No habría sido muy estético”, rememora Molet. A partir de esta idea va desarrollando el proyecto, también teniendo en cuenta los requerimientos de los ingenieros, hasta los bancos farolas actuales, tal como se aprecia en los esbozos del proyecto.

En su trayectoria como arquitecto municipal hay más historias curiosas, como la del monumento frustrado dedicado al ingeniero y urbanista Ildefons Cerdà. Lo diseñó el propio Falqués con el escultor Manuel Fuxà. En una maqueta de yeso, la obra estaba formada por un pedestal cuadrado sobre el que se levantaría un obelisco con el busto de Cerdà y dos figuras, una de ellas representando Barcelona. Inicialmente se pensó instalarlo en el cruce del paseo de Gràcia con la ronda de Sant Pere aunque después se decidió ubicarlo en la Gran Via con la calle Comte d’Urgell. 

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Maqueta de yeso del monumento a Ildefons Cerdà, diseñada por Falqués y Manuel Fuxà (1889) 

Archivo Fotográfico de Barcelona/ C_4AF_081 J.F. Estorch

Una vez más, el proyecto no se ejecutó por diferentes razones, una de ellas por la campaña contraria de aquellos que se habían opuesto al plan Cerdà. En su columna El Álbum, el periodista de La Vanguardia y cronista de la ciudad Lluís Permanyer recuerda que el entonces alcalde Rius i Taulet se encontraba en una “posición delicada e incierta mayormente a causa de la enorme deuda que había dejado la Exposición Universal” por lo que “cambió de pronto su posición al respecto” pese a que ya se había colocado la primera piedra del monumento. Sin embargo, el trabajo no fue en vano. Los autores reutilizaron el diseño para presentarlo precisamente al concurso del monumento de Rius Taulet, que había fallecido hace poco y se puede ver hoy en día en el paseo de Lluís Companys. Aunque el compromiso municipal existe, todavía se está pendiente de erigir el monumento al ilustre ingeniero.

Alzado de la fachada principal del mercado de Sants construido en la barrida denominada Hort-Nou

Alzado de la fachada principal del mercado de Sants construido en la barrida denominada Hort-Nou

Pere Falqués, arquitecto, 1905. Archivo Municipal Contemporáneo de Barcelona (AMCB). Fondo Ayuntamiento de Barcelona: Q136 Obras Públicas Foment/Interior, exp.3/0-3985 de 1905.

No fue el único proyecto frustrado. El encargo para adaptar el edificio construido como arsenal de la Ciutadella – hoy en día sede del Parlament de Catalunya- en palacio real tampoco llegó a buen puerto pese a que comenzaron las obras. Aunque Falqués participó en proyectos que no vieron la luz, lo cierto es que estuvo casi tres décadas como arquitecto municipal de Barcelona y lideró numerosas obras de envergadura. “Su legado sobre todo son las infraestructuras que la ciudad necesitaba en un proceso de modernización tras la Exposición Universal de 1888. Por ejemplo, los mercados municipales como el de Sants, una especie de catedral de ladrillo visto, o el del Galvany, en Sarrià-Sant Gervasi. Además de la construcción de los túneles del metro de la Via Laietania y otras infraestructuras, como la torre de les Aigües del Besòs, también trabajó el tema de los museos”, concluye Molet.

Redacción

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