El gobierno presidido por Jaume Collboni no logró los apoyos necesarios para aprobar unos nuevos presupuestos del Ayutamiento de Barcelona para este año. Se vio obligado a prorrogar los del 2024, aprobados por la vía de la cuestión de confianza. Pero, a pesar de las dificultades políticas para sacar adelante las cuentas, ha conseguido cerrar el ejercicio del 2024 exhibiendo músculo financiero y con un superávit de 45,2 millones de euros.
El gobierno municipal del PSC ha sacado pecho para anunciar que, pese a las circunstancias políticas adversas, sigue “cumpliendo los principales objetivos financieros y manteniendo un elevado nivel de ejecución presupuestaria”.
La liquidación del presupuesto, que acaba de firmarse, revela que, por segundo año consecutivo, el Ayuntamiento de Barcelona ha conseguido cerrar el balance en positivo. Un dato que, según se enorgullece el gobierno Collboni, es la consecuencia de “una gestión solvente de los recursos públicos, con una eficiencia y rigor que también reflejan el resto de indicadores económico-financieros y presupuestarios”.
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El grado de ejecución presupuestaria del 2024 es de un 93,4% (capítulos 1 a 7 del presupuesto), o lo que es lo misme 3.589 millones de euros, el mayor volumen de gasto no financiero ejecutado hasta ahora a la historia del Ayuntamiento.
Los máximos responsables de la ejecución de las inversiones previstas en el Plan de Inversiones Municipales (PIM) han sido Barcelona de Infraestructuras Municipales, SA (Bimsa), con un 43% del total, el Institut Municipal d’Urbanisme (7%), el Consorci d’Educació de Barcelona (7%) o el Institut Municipal de l’Habitatge i Rehabilitació (7%).
Un 93,4% de ejecución presupuestaria
El ahorro bruto presupuestario (la diferencia entre ingresos y gasto corriente) se mantiene estable, situándose al cierre del 2024 en el 18,2%, con 653,1 millones de euros, dentro de la horquilla del 15%-20% establecida como objetivo de solvenca por el gobierno municipal.
En términos relativos se produce un ligero descenso del endeudamiento, que se mantiene estable en el 29% del total de ingresos corrientes, por debajo de la previsión inicial del 31,2% y del 30,7% con que se cerró el ejercicio del 2023. En concreto, la deuda del Ayuntamiento con los bancos es de 1.035,7 millones de euros a fecha de 31 de diciembre del 2024.
El remanente de tesorería, los fondos líquidos que tiene el Ayuntamiento para hacer frente a pagosm está en un 5,8% de sus ingresos corrientes, por encima del objetivo del 5% fijado por el propio Consistorio.
Una deuda bancaria de algo más de 1.000 millones de euros
La deuda se distribuye entre el sistema bancario (90,8%), las colocaciones privadas y la emisión de deuda. En la financiación destaca el peso de la banca pública (43,6%) y actualmente el Banco Europeo de Inversiones (BEI) es el principal acreedor del Ayuntamiento de Barcelona.
Por lo que respecta al pago a proveedores es de 21,7 días por término medio desde el momento en que la factura entra en el registro municipal, por debajo de los 30 días que marca la ley.
El cierre y liquidación de las cuentas del resto de las entidades del grupo Ayuntamiento de Barcelona se efectuará a finales de abril.
Solvencia financiera acreditada
Las agencias de rating han acreditado la solvencia financiera del Ayuntamiento de Barcelona. Tanto Standard & Poor’s como Fitch mantienen la máxima calificación que pueden otorgar a la ciudad, teniendo en cuenta que está limitada por la calificación que recibe el conjunto del Estado, que es actualmente de A para S&P y A- para Fitch. Ambas agencias coinciden en que, si pudieran valorar el Ayuntamiento de forma independiente al conjunto de España, esta calificación sería mejor en los dos casos: aa para S&P y aaa para Fitch.