Hoy es sinónimo de lujo, sofisticación y alta cocina, pero el caviar no siempre ha tenido ese estatus. De hecho, durante siglos fue considerado un alimento humilde que formaba parte de la dieta habitual de los pescadores del mar Caspio y de los grandes ríos y lagos del Este de Europa. Los primeros registros sobre su consumo datan del siglo IX, cuando los persas lo llamaban ‘bizcocho fuerte’ y lo consideraban un alimento que proporcionaba fuerza y resistencia. “En la Edad Media el caviar era un alimento habitual de los pescadores pobres que pescaban esturiones salvajes, ya que era abundante, barato y nutritivo, con un gran aporte de proteína”, explica Enric Segarra, CEO de Real Caviar, una empresa con sede en Barcelona especializada en la importación y distribución de caviar de alta calidad.
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