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sábado, marzo 1, 2025

El Clínic se propone dar un gran salto de escala en su futuro campus de la Diagonal

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El traslado del Clínic a la zona alta de la Diagonal, a los terrenos que ahora acogen las instalaciones deportivas de la Universitat de Barcelona (UB), como parte de un nuevo gran campus de salud es la actuación de mayor envergadura prevista para los próximos años en el ámbito sanitario en Catalunya. El proceso para hacerlo realidad será largo y complejo y requerirá de ingentes recursos económicos. La última previsión del Govern es que las nuevas instalaciones puedan ponerse en funcionamiento en el 2035. No se ha concretado todavía la inversión, pero algunas estimaciones del sector la sitúan en 1.500 millones de euros.

El vetusto hospital de l’Esquerra del Eixample, de 1906, que se ha ido ampliando y modernizando en diferentes etapas, hace mucho tiempo que se quedó pequeño. Y ya no da para más. Además de otros dos edificios junto a la sede central de Villarroel, el Clínic cuenta en la ciudad con la Maternitat y Plató. Sin embargo, las labores asistenciales, de investigación, innovación y docencia que se llevan a cabo y que han situado al centro como referente requieren de espacios mucho más amplios que permitan desarrollar la actual actividad en óptimas condiciones y también acoger su crecimiento futuro. Lo ideal es que estén en un único recinto porque permite una gestión más eficiente, lo que redunda también en un mejor servicio, que tener las dependencias fragmentadas.

Pero el objetivo va más allá. El traslado debe permitir al Clínic dar un salto de escala e involucrar a nuevos actores públicos y privados para crear uno de los campus biomédicos más importantes de Europa.

Un equipo técnico estudió posibles emplazamientos, teniendo en cuenta los requerimientos sanitarios y urbanísticos. Se analizaron la actual sede de la calle Villarroel y una ampliación en el solar contiguo de Provença, que antaño fue cuartel de los bomberos, y otras ubicaciones próximas como la Escola Industrial y la antigua cárcel Modelo. También el recinto de la Maternitat, en Les Corts, que ya utiliza el Clínic, la zona de plaza Espanya-Fira y los cuarteles del Bruc. Pero todas ellas se descartaron ya sea por insuficiencia de superficie o por la existencia de planes alternativos para ellos.

La ubicación elegida, en terrenos de Barcelona y en el límite con l’Hospitalet y Esplugues, es propiedad de la UB, institución que junto a la Generalitat conforma el consorcio del Clínic. El hospital nació como centro vinculado a la Facultat de Medicina y la universidad es la propietaria del terreno del actual del Eixample. También dispone de cerca de 100.000 m2de suelo en la Diagonal, ahora de su servicio de deportes, en los que se podrán edificar los 290.000 m2de techo necesarios. La intención es que las actuales dependencias de Villarroel mantengan servicios de salud de proximidad.

El nuevo hospital dispondrá de unos 200.000 m2construidos (ahora son 151.000), espacios para la docencia (40.000 m2, ahora 26.000) para la Facultat de Medicina i Ciències de la Salut y 50.000 m2más para las instituciones de investigación e innovación asociadas al centro y a la UB (30.000 m2).

El proyecto tiene por delante una compleja planificación y aún debe concretar la financiación

Para que el Clínic sea una realidad en la Diagonal debe recorrerse un largo camino. El 29 de enero del 2024, se firmó un convenio entre las administraciones (Generalitat, ayuntamientos de Barcelona, l’Hospitalet y Esplugues y la Diputación), el propio hospital y la UB para poner el proyecto en marcha, que concreta el acuerdo institucional alcanzado un año antes. Es una primera piedra simbólica después de largos de años de indefinición. Se sabía que en las actuales dependencias se trabaja al límite de sus posibilidades y se necesita espacio –en las dos últimas décadas se barajaron varios emplazamientos–, pero nunca las diversas partes implicadas se habían puesto de acuerdo sobre dónde podría llevarse a cabo esta ampliación y, lo más importante, no se habían comprometido a hacerla posible.

Ahora debe trabajarse en la planificación urbanística que permita transformar lo que en la actualidad son unas instalaciones deportivas en un campus de salud. Asimismo, se tienen que concretar todas las funcionalidades del futuro complejo y, finalmente, diseñar los edificios. Son todos ellos procesos complejos que requerirán de mucho tiempo hasta que reciban luz verde y puedan comenzar las obras, que requerirán de varias fases de ejecución. Otro asunto, fundamental, es el de la financiación. El elevado coste de la operación precisará de partidas presupuestarias específicas en varios ejercicios, principalmente de la Generalitat, la administración competente en el ámbito de la salud.

Edificio de 1906 del Hospital Clínic.Fachada de la sede del hospital de la calle Villarroel vista desde Rosselló

Edificio de 1906 .Fachada de la sede del hospital de la calle Villarroel vista desde Rosselló

Andrea Martínez

Mientras se dan todos estos pasos, el nuevo Clínic ya está propiciando novedosas iniciativas. Un ejemplo es el máster de Arquitectura Hospitalaria de la UB y la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), de edición única para el presente curso, pensado para sentar las bases de la arquitectura del futuro complejo. Los alumnos seleccionados, trece en total, son arquitectos especializados en ese ámbito que trabajan en despachos de Barcelona.

Los trabajos finales de máster que se seleccionen se considerarán preanteproyectos y, como tales, se tendrán en cuenta de cara a la convocatoria del concurso internacional que el Clínic prevé convocar el año que viene en que Barcelona será la Capital Mundial de la Arquitectura. Esta será la aportación del hospital al evento y de ella saldrá el proyecto del nuevo campus, cuya redacción se espera encargar a partir del 2027. No hay referentes en Catalunya de hacer desde cero un nuevo complejo hospitalario de esta envergadura, por el que pasarán cada día unas 40.000 personas.

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Pese a que todavía está en una fase muy inicial, el proyecto del nuevo Clínic ya actúa como catalizador de otras actuaciones en el área donde se ubicará. En l’Hospitalet y en Esplugues han acogido la iniciativa como una gran oportunidad para impulsar los bioclústers de ambos municipios, que cuentan con varios proyectos en los que están involucrados, entre otros, el hospital de Sant Joan de Déu, a muy poca distancia. Se esperan sinergias que contribuyan a la captación de talento e inversiones. De hecho, en la zona ya hay espacios pensados para el establecimiento de empresas del sector de la salud.

La prolongación de la L3 del metro desde Zona Universitària hasta Esplugues, prevista en el plan director de infraestructuras, se va a modificar teniendo en cuenta el nuevo emplazamiento del Clínic, que cambia las necesidades de transporte público. La intención de la Generalitat es que dé servicio al nuevo complejo hospitalario además de a Sant Joan de Déu, como ya estaba previsto. El Departament de Territori está trabajando con los ayuntamientos para concretar una solución que sea del agrado de todas las partes y asegure la accesibilidad en una zona que tendrá una importante afluencia de personas.

El traslado impulsa la transformación urbanística de la zona limítrofe entre Barcelona, l’Hospitalet y Esplugues para crear un nuevo centro metropolitano

Desde una perspectiva más amplia, el traslado del Clínic se espera que aporte más centralidad metropolitana a un enclave que ahora está muy desdibujado, con terrenos sin uso, grandes vías –la B-23 y la ronda de Dalt– y nudos que actúan como barreras infranqueables que trocean la zona. Como ocurre en otras áreas entre varios municipios, esta se ha conformado con el paso del tiempo como una tierra de nadie no pensada para la actividad, sino para el paso de grandes infraestructuras. La intención de los tres ayuntamientos y del Àrea Metropolitana de Barcelona es transformarla para que sea más ciudad, integrando mejor las grandes arterias viarias en el entorno, abriendo corredores verdes y adaptando la vialidad para facilitar la movilidad a pie. L’Hospitalet se plantea incluso reactivar el sector de Can Rigalt, paralizado desde hace años, teniendo en cuenta que a escasos metros estará el nuevo campus de salud.

Redacción

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