Por Pavla Ochoa /
Los bailes de carnaval, eran la cita obligada para esos jóvenes de ayer. No solo para lxs morenenses sino para visitantes que se animaban a la distancia y se acercaban a la sede del club para ver a los artistas populares que se presentaban en las tablas locales. Era la influencia para quienes concurrían como espectadorxs, también para impulsar a lxs artistas.
Horacio Martínez, amigo de Moris y muchos músicos, casi un representante de las bandas del rock argentino, en el libro de Víctor Pintos: “Tanguito: La verdadera historia”, describió la importancia de este club social. “En la radio, Antonio Barrios, anunciaba una presentación de Los Beatniks en un club muy tradicional de época. Los Indios de Moreno. Entonces los pibes decían que no podía ser, que quien iba a comprarles una actuación. Y alguien salía con que por ahí era cierto, porque el Gordo había salido a vender shows. En ese momento yo entraba en escena con un bombín, un sombrerito tipo galerita, fumando un habano, con un paquete de medialunas que había comprado con el adelanto del contrato, gritando “hay novedades, muchachos”. Entonces les decía que a partir de ese momento teníamos que ensayar exactamente igual a como íbamos actuar en Los Indios. Entonces los músicos se ponían a tocar entusiasmados porque con esa plata que había cobrado, íbamos a comer unos días y además, íbamos a poder pagar lo que debíamos de la pensión. Así se largaba el show, que duraba en total una hora diez más o menos. Así era como vivíamos, a pesar de los problemas”.
Así era de relevante el Club Los Indios de Moreno, para los músicos que crearon el “Rock Nacional”. Era tan importante este club, que tenía influencia en bandas del interior del país, como «Los 4 Planetas», primera banda de rock de Mendoza, que vivió con intensidad y pasión esos años, donde estableció vínculo con la banda morenense Los Bambis. Así lo recordó el plomo de los mendocinos, Nicolás Franchino: «Terminábamos en Los Indios de Moreno, recién a las 5 de la mañana, cenábamos en carnavales. El primer violero, se ponía la guitarra en un hombro y con una copa de vidrio hace un sonido tremendo».
Muchas veces la locución de las jornadas de fiesta estaba a cargo de Osvaldo Rico y Raúl Díaz Petirossi. Ambos le hacían la propaganda a casa SANTECCHIA: «Si piensa en discos y artículos para el hogar piense en casa SANTECCHIA la casa de música en MORENO». A cambio de la misma, les regalaban los discos estrenos y el club les pagaba 50 pesos de aquellos años. Y a puro corazón aportaban a ese momento histórico que ponía en boca de la provincia, esas fiestas de carnavales.
Luego en la década del 70, quizás había bajado un poco la participación del público, pero los artistas seguían participando. Aún lxs vecinxs de Moreno, recuerdan el recital de Sui Géneris en Los Indios. Recordemos que la familia García Moreno Lange, tenía una quinta en Paso del Rey y el joven Charly vivió unos años en la misma, donde compuso clásicos del dúo con Nito Mestre, o canciones que en el 2000, editaron en su regreso discográfico que fue «Sinfonía para adolescentes».
El Club Los Indios de Moreno es parte de la historia de una sociedad que apostaba a la comunidad, a lo colectivo. En tiempos donde el Gobierno Nacional de Milei, busca el ingreso de capitales privados, para la transformación de los clubes en sociedades anónimas y permitir el ingreso de asociaciones civiles y fundaciones como accionistas, le DECIMOS NO A ESA LÓGICA MERCANTIL, CAPITALISTA.
Estas historias de clubes que marcaron historia y que siguen intentando sostenerse día a día, deben ser el argumento sólido de una sociedad que construye comunidad, que generó sueños y logros. Parece una historia de otro tiempo, de otro país, pero ahí siguen, sobreviviendo ante el avance del capitalismo salvaje, nunca humano.
