Muchos profesionales destacan su versatilidad en la cocina y además aporta vitaminas, minerales y antioxidantes que mejoran la salud integral del organismo.

Foto: Freepik.
La Nación/GDA
El pimentón rojo, conocido en la cocina mediterránea como “oro rojo”, es una especia que ha llamado la atención de los nutricionistas por sus propiedades que van más allá del sabor y color que aporta a los platos. Este polvo se elabora mediante el secado, triturado y molido de variedades específicas de pimientos rojos, a veces con un toque de ahumado.
De acuerdo con la Fundación Española de la Nutrición (FEN), este condimento contiene vitaminas A, E y K, además de minerales como hierro, calcio, magnesio y potasio. También proporciona carotenoides, siendo la capsantina el más notable, ya que da al pimentón su tonalidad roja característica y ayuda a combatir los radicales libres.
Entre sus efectos más reconocidos se encuentra su contribución al proceso de desintoxicación del cuerpo. La nutricionista Boticaria García menciona estudios del National Institutes of Health (NIH) donde se describe cómo el consumo habitual de pimentón puede activar mecanismos internos que duplican ciertos procesos antioxidantes.
Dichas funciones resultan útiles para contrarrestar el impacto de la polución ambiental, la radiación solar y algunos componentes industriales en la dieta moderna. Además, su contenido de fibra y propiedades antiinflamatorias favorecen la digestión, optimizan el tránsito intestinal y respaldan al hígado en su tarea de depurar el organismo.

Foto: Freepik.
Por otro lado, el pimentón también actúa en la regulación del perfil de lípidos en sangre. La capsantina, junto con la capsaicina (que produce un leve ardor en algunas variedades), participa en la disminución del colesterol LDL y los triglicéridos, promoviendo a la vez una mejor circulación. Esto convierte a esta especia en una alternativa natural en estrategias para el cuidado cardiovascular, sin necesidad de tratamientos farmacológicos.
Otro aspecto destacable del pimentón es su versatilidad en la cocina, ya que puede reemplazar a la sal en muchas recetas. Esta característica lo convierte en un ingrediente útil para personas con presión arterial alta o que desean disminuir su ingesta de sodio. Se puede incorporar en sopas, estofados, aliños o mezclado con aceite de oliva para dar sabor a verduras horneadas.
Aunque sus propiedades pueden ser beneficiosas, los expertos aclaran que no es un remedio autónomo. “Su incorporación a la dieta debe formar parte de un estilo de vida saludable, con una alimentación equilibrada, actividad física regular y control del estrés”.
¿Encontraste un error?
Reportar