El 10 de febrero de 2013, el crucero Carnival Triumph se quedó sin energía. De ahí en más todo se convirtió en una escatológica pesadilla para los más de 4.000 pasajeros y tripulantes que iban a bordo. La historia de ese barco es la que narra el nuevo documental de Netflix Fiasco total: El crucero de la caca.
A las 5.30 de la mañana, un incendio en la sala de máquinas de popa encendió las alarmas del crucero estrella de Carnival Cruise Line, que en ese momento navegaba por el Golfo de México.
Las llamas duraron poco, sin embargo fueron suficientes para dejar al barco sin energía. El navío perdió potencia y propulsión, lo que generó daños colaterales peligrosos… y desagradables. Uno de ellos es por lo que se recuerda el accidente.
¿Por qué al Carnival Triumph le dicen «el crucero de la caca»?
Como los servicios del barco quedaron inutilizados, las aguas residuales comenzaron a acumularse en las zonas de cubierta de pasajeros.
Líquido negro llegaba a camarotes y pasillos. Había charcos de caca por todos lados.
Hubo turistas que tuvieron que salir a dormir afuera porque adentro no podían soportar el olor a heces ni aguantar el calor.
Las corrientes arrastraron al barco lejos de donde debía atracar, así que el Carnival aguardó por remolcadores cerca de Alabama, Estados Unidos, en un contexto antihigiénico y peligroso para la salud.
En una operación que duró cinco días, los pasajeros finalmente llegaron a Mobile y fueron puestos a salvo.
Había más de 4.000 personas a bordo. Foto: Netflix¿Cómo se dio el accidente?
La Autoridad Marítima de las Bahamas (el barco tenía bandera de ese país), la Guardia Costera de Estados Unidos y la Junta Nacional de Seguridad del Transporte investigaron el caso.
El informe inicial del 18 de febrero indicó que el incendio fue causado por una fuga en una línea flexible de retorno de fueloil de un motor diesel. Esto permitió que el combustible se derramara sobre una superficie caliente y se incendiara.
El barco fue remolcado hacia Alabama en una operación que duró 5 días. Foto: NetflixCon el tiempo se supo que la posibilidad de un incidente así se había formado más de un año antes. El generador necesitaba mantenimiento desde ese entonces y había tenido 9 fugas previas.
Las consecuencias fueron nefastas para la empresa Carnival, que ofreció reembolsos, compensaciones y descuentos a los pasajeros. El evento de la caca, entre otras cosas, hizo que volvieran a revisar sus protocolos de emergencia y mejoraran sus cruceros.
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