La semana pasada, durante la sesion del Consejo Superior de la universidad, Biglieri anuncio que iniciara acciones legales contra estudiantes y agrupaciones de izquierda por manifestar solidaridad con el pueblo palestino y denunciar el genocidio que lleva adelante el Estado de Israel.
Lejos de retractarse, en la sesión del Consejo Directivo de Psicología que sesionó el 13/10 confirmó que van a iniciar acciones legales y abrir sumario a los estudiantes que colgaron una bandera de Palestina en la facultad. Esto acentúa la gravedad de la persecución política e ideológica, coartando la libertad de expresión en la universidad pública. En dicha sesión, la minoría estudiantil (El Impulso) presentó un proyecto en repudio a los dichos de Biglieri en el Consejo Superior que salió rechazado: contando con los votos en contra de los radicales, tanto en la mayoría estudiantil (EDI) como en el claustro de docentes y graduados, y contó con la abstención de la minoría de graduados (Frente de Graduados).
No es casual que el ataque sea en particular contra las agrupaciones de izquierda ya que nuestros compañeros referentes como Myriam Bregman, Christian Castillo y toda la bancada del Frente de Izquierda, siempre alzaron la voz por el pueblo palestino, en el Congreso y en las calles, denunciando el genocidio y la complicidad de Trump y Javier Milei con el criminal Netanyahu.
Antisionismo no es lo mismo que antisemitismo
Según el decano, pronunciarse contra un crimen de lesa humanidad que en tan solo dos años ya se cobró la vida de más de 70 mil palestinos, donde el 70% son mujeres y niñxs, constituyen actos y expresiones antisemitas. No, denunciar el genocidio en Gaza no es antisemitismo. Denunciar como antisemita cualquier gesto de solidaridad tiene por detras el objetivo de deslegilitmar la masacre al pueblo palestino.
Nombrar como antisemita cualquier pronunciamiento que denuncie el genocidio al pueblo palestino es una maniobra politica que busca deslegitimar y silenciar los crimenes que comete el Estado de Israel. Crímenes que no comenzaron hace dos años atrás, sino que son parte de un proyecto colonialista que inició en 1948 y que desde entonces implicó la opresión, ocupación y expulsión de sus tierras a los palestinos. Como menciono Myriam Bregman “El genocidio necesita el silencio para llevarse a cabo en sus últimas instancias (…) silenciarte para que no lo denuncies.”
Este mismo discurso es el que utiliza la DAIA para denunciar de antisemita cualquier dicho, acto o consigna que nombre al pueblo palestino y que denuncie el rol genocida del Estado de Israel. De esta forma es como se han abierto causas contra los diputados Vanina Biassi y Alejandro Bodart o la persecución política de Jorge Macri a Federico Puy, docente y candidato a diputado por el FITU, al que le abrieron un sumario administrativo, por homenajear a las y los maestros de Gaza y a las infancias de Palestina.
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No nos van a callar: Palestina será libre, desde el rio hasta el mar
Lo gravedad del asunto son los dichos y amenazas del decano, intimidando con que iniciarán acciones legales y sumarios, que pueden afectar que los estudiantes puedan seguir cursando, y teniendo el precedente de haber despedido a un docente por participar de la defensa de la universidad pública en el 2018.
De esta forma busca amedrentar y silenciar a los estudiantes que nos negamos a quedarnos en silencio y de brazos cruzados mientras asesinan a palestinos, trabajadores de la salud y de prensa. Mientras destruyen con sus bombas hospitales y escuelas, mientras utilizan el hambre como arma de guerra; donde el gobierno de Javier Milei es uno de los pocos que apoya a Netanyahu, junto con Trump, legitimando a un genocida y alineándose a lo más de derecha a nivel mundial.
Nuestro Centro de Estudiantes, muy lejos de repudiar el ataque a los estudiantes por parte de Biglieri, lo respaldan. No es la primera vez que las autoridades de la facultad y su pata estudiantil que conduce el Centro de Estudiantes (El EDI/Franja Morada/Radicales) buscan silenciar a las agrupaciones de izquierda que alzamos la voz contra el genocidio. Nos han roto carteles, desaparecido plotters y materiales. Pero esta amenaza implica una avanzada contra nuestras libertades democráticas y la libertad de expresión, que conlleva una censura de la defensa a los derechos humanos de quienes pedimos el alto al fuego y el fin de la ocupacion del territorio palestino. No nos van a callar.
Y no somos los únicos. Millones de personas se pronuncian en el mundo entero contra el genocidio. La solidaridad internacional no tiene fronteras, como lo demostraron los cientos de valientes de la Flotilla Global Sumud en su intento de llevar ayuda humanitaria a Gaza y que el Estado de Israel secuestro ilegalmente. O los miles de estudiantes que tomaron campus universitarios en estados unidos, o universidades en francia y españa. Y ni hablar de la reciente huelga general en Italia que paralizó transportes y puertos, donde 2 millones de personas se movilizaron, contra el fin del genocidio y contra el rearme europeo. Estos ejemplos nos muestran cual es la vía para enfrentar a la derecha, las políticas de ajuste y las avanzadas antidemocráticas que nos quitan libertades y derechos.
Llamamos a toda la comunidad de la facultad de psicología y a la sociedad en general a repudiar este ataque contra la libertad de expresión.
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