
Barcelona
El desalojo de este jueves del asentamiento de chabolas del barcelonés barrio de Vallcarca está desatando una tormenta política y vecinal. Los concejales de BComú y ERC criticaron ya el proceder del ejecutivo del alcalde Jaume Collboni, al tiempo que las entidades vecinales de este lado de la ciudad se mostraron una vez más muy divididas. Unas atacan con dureza al gobierno municipal y otras lamentan que haya tardado tanto tiempo en actuar.
Un amplio dispositivo de la Guardia Urbana tomó el poblado ubicado junto al viaducto del barrio sobre las ocho de la mañana. Al lugar también acudieron docenas de personas a fin de frenar la operación. Entonces se produjeron algunos enfrentamientos, pero a la postre la policía desalojó las chabolas sin que se registraran incidentes relevantes. Aquí acostumbraban a vivir desde hace un par de lustros una veintena de personas.
Junts y el PP celebran la operación de la Guardia Urbana pero consideran que se realiza muy tarde
El incendio del miércoles precipitó los acontecimientos. El Ayuntamiento ya tenía tramitado un expediente de infravivienda: en estas chabolas no se puede vivir de una manera digna. En verdad este expediente era el paso previo al desalojo. Al Consistorio solo le faltaba notificarlo a los afectados. Pero el informe que los bomberos realizaron tras apagar las llamas concluye además que el riesgo de que se produzcan aquí nuevos siniestros es muy alto.
La primera teniente de alcalde y concejal responsable del distrito de Gràcia, la socialista Laia Bonet, dio a entender que el Ayuntamiento no tuvo otro remedio, que se vio obligado a desalojar el asentamiento en aras de la seguridad, que únicamente cinco de las trece personas que se encontraron aceptó los ofrecimientos de los servicios sociales de emergencia. “Valoraremos caso por caso qué recursos tenemos que activar”.

Una imagen del interior del asentamiento tras el desalojo
LV
Estos ofrecimientos de muy breves realojos se les antojaron insuficientes a BComú y a ERC. Marc Serra, de los comunes, dijo que “aún no sabemos cuántas personas vivían ahí. El gobierno municipal ha de explicar dónde irán y qué recursos tendrán. Un desalojo así no es la solución. Hacen falta políticas sociales, de vivienda y un gobierno que dialogue”. “Era necesario intervenir –dijo el republicano Jordi Coronas–, pero así no se soluciona nada. Estas personas tienen garantizado techo para una sola noche. No se esfumarán. Volverán o irán a otro sitio. A Barcelona no le importa trasladar el chabolismo a otros municipios. La especulación inmobiliaria y la lentitud del Ayuntamiento trajeron la degradación urbanística a Vallcarca. Y así surgieron los asentamientos y las ocupaciones”.
La críticas más duras vinieron de Som Barri y otras asociaciones también alternativas. Entienden que los últimos años los servicios sociales municipales solo trataron de censar de los chabolistas, pero que nunca hicieron nada para ayudarles. Estas entidades siempre exigieron al Ayuntamiento que les ofreciera una verdadera alternativa habitacional antes de desalojarlos. Consideran que el proceder del ejecutivo de Collboni no hará otra cosa que multiplicar su vulnerabilidad, que el verdadero objetivo del Consistorio es sacar adelante unos planes urbanísticos que alimentarán la gentrificación del barrio.

Otro imagen del interior del poblado
LV
Pero muchos vecinos ya estaban hartos de convivir con una gran chatarrería ilegal y sus inconvenientes cotidianos. Hablamos del paso de vehículos, del martilleo de la chatarra, de tantos olores… y últimamente de miedo a que tantos enseres acumulados desencadenen una desgracia. “Apoyamos esta medida por la situación insostenible de inseguridad e insalubridad a la que se llegó –dicen en la asociación Gràcia Nord Vallcarca–. Esperamos que el Ayuntamiento haya activado los servicios sociales. Enmarcamos este desalojo en la reconstrucción y dignificación del barrio, que debe continuar con la construcción de viviendas, el Parque Central y la Rambla Verde”.
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Así, Jordi Martí, de Junts, dijo que “celebramos el desalojo, pero debería haberse hecho mucho antes. Lamentamos que el gobierno anterior de Colau y Collboni y el actual de Collboni no hayan ofrecido soluciones sociales pensando en las personas que malvivían y en los vecinos que llevan años sufriendo una situación injusta”. El popular Daniel Sirera agregó que este desalojo se produce gracias a la larga presión del PP. Vox también celebró la operación de la Guardia Urbana. El edil Gonzalo de Oro reclamó al Ayuntamiento que desmantele el resto de asentamientos de la ciudad.