Los últimos informes sobre la pobreza en Argentina revelaron que la disminución de este indicador se mantiene por encima de la reducción de la indigencia. Sin embargo, el impacto en la clase media y en los jubilados se ha vuelto preocupante debido a los constantes tarifazos y al aumento de precios en servicios básicos.
Los analistas subrayaron que, a pesar de la caída en los niveles de pobreza, el consumo sufrió un retroceso significativo. En la zona metropolitana, el consumo se redujo en un 1,5% en mayo, mientras que la facturación se mantuvo prácticamente sin variaciones. Este estancamiento se produjo incluso cuando los precios de los productos seguían aumentando.
El último relevamiento de la consultora Focus Market indicó que hay un deterioro en las compras en volumen, generando así un panorama complejo para las clases medias. Estos sectores, donde predominan los servicios, enfrentaron un incremento de hasta tres veces en el costo de la canasta básica en comparación con el año anterior, especialmente tras la devaluación en diciembre de 2023 y en el primer semestre de 2024, periodo en el que la inflación comenzó a desacelerarse.
El contexto plantea desafíos para el gobierno, que ha centrado sus esfuerzos en atender las necesidades de los sectores más vulnerables, aumentando la asignación por hijo y el programa alimentar. Entre las acciones implementadas, se destaca la eliminación de la intermediación de organizaciones piqueteras y partidos políticos, lo que generó un mayor aporte directo a los beneficiarios.
Martín Vauthier, integrante del equipo del ministro de Economía, Luis Caputo, enfatizó que la cobertura de la Canasta Básica Alimentaria ha alcanzado el 98,1% en mayo, comparado con el 54,8% de diciembre de 2023. Esta mejoría se ha dado en un contexto en el que, para Martín Rozada, econometría de renombre, la disminución de la canasta básica en relación con el costo de vida general indica que la pobreza seguirá reduciéndose, a pesar de que el salario real en el sector privado haya caído en los últimos meses. Rozada resaltó que el fenómeno se relaciona más con la evolución de los precios de las canastas que con las condiciones del mercado laboral.
En su análisis sobre la pobreza, Rozada también destacó que los valores de las canastas en mayo exhiben una desaceleración en el ritmo de crecimiento de los umbrales que marcan la pobreza y la indigencia. Mientras que entre junio y noviembre de 2024, el crecimiento mensual de las canastas rondaba el 3%, en el semestre de diciembre de 2024 a mayo de 2025 se estima en solo el 1,75%.
Este comportamiento fue acompañado por pequeñas variaciones en las tasas del mercado laboral y aumentos en los ingresos nominales en línea con la inflación, permitiendo que el ingreso total de los hogares aumente más allá del valor de las canastas básicas. Para Rozada, la tasa de pobreza para el periodo diciembre 2024-mayo 2025 se calcula en un 34,7%, y la indigencia en un 7,9%, representando datos positivos en comparación con el 52,2% del mismo periodo del año anterior.
La indigencia se redujo aproximadamente 10 puntos porcentuales desde el 18,3% del año anterior, mientras que la pobreza muestra un descenso de 18 puntos porcentuales. Según Rozada, estas caídas se explican por la variación de las canastas que marcan el umbral de pobreza e indigencia, que aumentaron un 52,8% y un 46,4%, respectivamente, mientras que el ingreso total de los hogares creció más del doble, alcanzando alrededor del 120%.
A pesar de estas mejoras en indicadores de pobreza, la situación del consumo sigue siendo crítica. El consumo masivo no logra repuntar, y mayo no fue una excepción. A pesar de que la inflación ha mostrado señales de desaceleración, este fenómeno no se traduce automáticamente en una mejora del poder adquisitivo, especialmente para la clase media, como advirtió Damián Di Pace, director de Focus Market.
La situación es alarmante, pues en el interior del país se ha registrado una caída del consumo del 4,1%, con una facturación que disminuyó un 2,7% en la comparación mensual. Desde hace una década, la pobreza se ha mantenido cercana al 35%, salvo en algunos picos. Este entramado estructural presenta complicaciones que podrían requerir años para ser revertidas.
