En 1996 Liz Allward tenía 23 años, y estaba a punto de casarse cuando su madre adoptiva le confesó que tenía una hermana mayor que no conocía. Oriunda de North Somerset, Gran Bretaña, la buscó desde ese momento, pero recién 38 años después la pudo conocer.
El presentimiento la acompañó toda su vida. Sentía que «algo» le faltaba, que había piezas de su historia y de su infancia que no encajaban, pero cuando pedía respuestas nadie se las daba.
«Tuve una familia hermosa, una madre y un padre encantadores, realmente no puedo criticarlos porque fueron buenos conmigo, pero no podía evitar tener una sensación de soledad durante mi infancia», reveló la peluquera y consejera a tiempo parcial, que ahora tiene 60 años, en diálogo con el Daily Mail.
Liz Allward, de 61 años, mostró los documentos de su adopción. (Foto: Captura de YouTube @ITV)Lo atribuye en parte al constante cambio de domicilio de sus padres adoptivos, y a una lucha personal con su identidad. «Me adoptaron en Leeds, y luego nos mudamos rápidamente a Surrey y luego a Bristol, y todas esas mudanzas fueron difíciles para mí porque no podía hacer amigos duraderos», expresó.
El tiempo pasó, y ya adulta, en medio del nerviosismo propio del gran día de su boda, le preguntó directamente a su mamá lo que había sospechado desde siempre.
«Le dije: ‘¿Acaso tengo una gemela?‘, dudó unos instantes, y finalmente me lo dijo: mi madre biológica había tenido una hija un par de años antes de tenerme, o sea que yo tenía una hermana mayor biológica que no conocía», contó.
Liz Allward junto a su madre adoptiva cuando era bebé. (Foto: Captura de YouTube @ITV)Tras semejante revelación, sobrevivieron una catarata de preguntas para recopilar toda la información que pudiera sobre su misteriosa hermana. «Me casé y la vida continuó, mientras trataba de seguir con la búsqueda, con apoyo de amigos, información en internet, pero me estanqué y llegó un momento que desistí», confesó.
Incluso solicitó sus documentos de adopción al Consejo de North Somerset, donde encontró una frase que confirmaba que tenía una hermana llamada «Deborah James», pero no encontró a nadie con ese nombre a través de las redes sociales.
Pasaron 38 años, y en su cumpleaños número 60, mandó un mail a la producción del programa de televisión Long Lost Family de ITV, especializado en el reencuentro de familiares que se buscan hace décadas.
Liz y Debbie, dos hermanas que se reencontraron tras 60 años separadas
«Después de cumplir 60 años pensé: ‘Tengo que hacer algo’, y mi hija me dijo que intentara con ese programa, y como ya no tenía nada que perder, tras casi 40 años de una búsqueda fallida, lo hice», relató la mujer, que es madre de dos hijos.
Debbie Laverack su hermana biológica, tres años mayor. (Foto: Captura de YouTube @ITV)A las dos semanas le respondieron del ciclo de televisión, y le dijeron que su caso ya estaba en proceso. «El equipo de Long Lost Family la localizó, y fue abrumador y aterrador cuando leí su nombre, Debbie Laverack, tres años mayor que yo», indicó.
Debbie, de 63 años, había sido adoptada por sus tíos maternos después de que su madre sufriera problemas personales. «Ella conoció a su madre biológica cuando era niña, pero perdió el contacto con el tiempo», comentaron los presentadores del programa, Davina McCall y Nicky Campbell.
«Me criaron Joyce, mi tía materna, y su esposo, Claude James, y ambos ya fallecieron, pero sé que les parecería genial que Liz y yo nos hayamos conocido», aseguró la mujer, que se dedica a la horticultura.
Debbie también brindó su testimonio en el emotivo episodio, y contó que no tenía recuerdos de cuando la separaron de su hermana a los tres años de edad, pero sabía de su existencia.
La dupla de hermanas juntas por fin. (Foto: Captura de YouTube @ITV)«A mis 8 años mi tía me contó que tenía una hermana menor, aunque no sabía su nombre ni qué había pasado con ella, y simplemente no supe por dónde empezar a buscar», confesó.
La razón por la que Liz no la encontraba en Facebook era que dejó de usar su apellido de crianza, James, y lo cambió por Laverack, el de casada.
Debbie viajó 350 kilómetros desde su casa en South Cave para reunirse con Liz en North Somerset, y el reencuentro fue más que emotivo. «Nunca te olvidé, te tuve en mis pensamientos todos estos años, y no te volveré a dejar ir», le dijo.
«Fue un momento de iluminación para mí, necesitaba encontrarla, y significa mucho para mí que haya querido conocerme. En cuanto entró en la habitación, hubo una conexión increíble, y sé que seremos grandes amigas», proyectó Liz.
Después de charlar varias veces, y mantener el contacto a través de videollamadas, coincidieron en que tienen mucho en común. Las dos se definen como «sensibles y luchadoras».
«Todo el mundo nos dice que nos parecemos», dijo Debbie entre risas. Y su hermana Liz lo confirmó: «Cuando mi hija vio a su tía por primera vez, me dijo: ‘¡Dios mío, es espeluznante! ¡Mamá, es como vos!'».
«Llenó ese vacío y me hizo sentir realmente completa. Tenía la urgencia de hacerlo, y todavía se siente un poco surrealista», expresó Liz.
