Ahí está, a cinco, cuatro, tres, dos, un metro; a cincuenta, cuarenta, treinta, veinte centímetros. Ahí está Luke Skywalker. Bueno, Mark Hamill (en aquel momento de 66 años, desde hoy de 74), ¡qué más da! Nada cambia en esos seis segundos hasta estrecharle la mano y que la nostalgia, como si se tratara de la incontrolable succión de un irremediable túnel del tiempo, traslade al periodista hasta sus soñadores ocho años -de exactas cuatro décadas atrás-, cuando abandonó estremecido el cine Gran Rivadavia, de Liniers, donde acababa de ver La guerra de las galaxias, consciente de que había presenciado el advenimiento de un nuevo ídolo, flacucho y sin capa ni logo en el pecho, que reemplazaba de un plumazo -o mediante una espada láser- a superhéroes de la talla y los músculos de Superman y Batman: Luke Skywalker. Bueno, Mark Hamill. Anécdota que, por pudor o profesionalismo, de ninguna manera a lo largo de la entrevista one on one le revelaremos… a ninguno de los dos.

-¡Mucho gusto! -nos presentamos.
-El gusto es mío -eleva su 1,75 metro y nos golpea el hombro-. ¿En serio provienes de la Argentina? Hace poco conocí a Pelé, también sudamericano. Pero él nació en Brasil, arriba de tu país, ¿cierto? -reacciona pronto.
-Sí. Igual usted no conoce nuestra tierra, ¿verdad? -le consultamos posando el grabador en la mesa ratona de la sala John Jacob Astor III, sobre el primer piso del hotel St. Regis de la Ciudad de México.
-… Pese a que una vez casi voy -sorprende.
-¿¡En serio!?
-Literal. En 1980 íbamos a viajar para promocionar el estreno de El Imperio contraataca. No obstante, nos alertaron de que era un momento un tanto inseguro en la Argentina, y al final nos bajamos. Conservo la ilusión. Pienso ir. Ya acontecerá.
-Para que se vaya aclimatando, al final de la nota le regalaremos algo que podrá servirle si resuelve visitarnos…
-Uy, ¡qué termine ya la entrevista (carcajada)!… Mejor pregunta rápido (repite la carcajada).

-¿Cómo pudo convivir cuatro décadas Mark Hamill dentro de Luke Skywalker sin perecer o enloquecer en el intento?
-Mira, entiendo que la clave radicó en saber de entrada que somos una persona y un personaje, y actuar en consecuencia. Comprender que de la puerta de mi casa para afuera quizá hay quienes me me consideran el valiente y justiciero paladín de la energía, pero que hacia adentro soy un esposo, un padre. Si distingues tal salvedad, el resto resulta menos complicado.
-¿Habla de la fama y el éxito?
-Exacto. En plena explosión inicial de Star Wars, allá por el ’78, yo me casé con Marilou York, y ¡¡continuamos juntos!! Por algo será. E incluso vinieron tres hijos: Nathan (inglés, de Londres), Chelsea y Griffin (ambos nacidos en Los Angeles). Maravillosos hijos.

Conocida en su lanzamiento como Star Wars y/o La guerra de las galaxias, la escribió y dirigió George Lucas. Mark encarna a Luke Skywalker, un joven que reside con sus tíos en el remoto planeta de Tatooine y encuentra en Obi-Wan Kenobi (o Ben) a su primer maestro en el camino de la Fuerza, una energía que fluctúa entre el Bien y el Mal.


Narrada por Lawrence Kasdan y Leigh Brackett, en base a la historia de Lucas, y realizada por Irvin Kershner, se sitúa tres años después de destruida la Estrella de la Muerte.


Skywalker va por Vader, creyendo que aún hay un Lado Luminoso en su alma de Sith. Los enfrenta a él y al Emperador Palpatine, emblemas de la Oscuridad. Esta entrega con final feliz, comandada por Richard Marquand y guionada por Lawrence en base a las ideas de George Lucas, marca la despedida de Hamill por treinta y dos años.

–¿Adoraban al papá, como aquellos que encontrábamos en Luke a una flamante clase de adalid de la Justicia, con el dominio de la Fuerza como atributo central?
-Siempre quisieron y admiraron a Luke… No sé si tanto al padre.
–¿Darth Vader?
-A mí (risas)
-¿Y su mujer?
–Marilou se sumó resignada. Ocurre que nunca ninguno de mi familia me consideró un ícono. Si en tu hogar tienes a una señora diciéndote que saques la basura y recojas la ropa de tu habitación y a la vez llevas una existencia sencilla y mundana, no puedes sentirte una leyenda.
«CARRIE (FISHER) ERA MI AMIGA, MI HERMANA. SI ANDUVIERA POR AQUÍ, MIENTRAS TE RESPONDO ME ENSEÑARÍA EL DEDO DEL MEDIO Y HARÍA CARAS»


-¿Qué le pasó por la cabeza y el corazón aquel día de 2012 en el que George Lucas le anticipó que Luke podría volver para la tercera trilogía? -regresamos al reportaje en Ciudad de México.
-Carrie (Fisher) no dudó, yo sí, pero cuando Harrison (Ford) aceptó, entonces accedí. De lo contrario iba a ser el hombre más odiado de la galaxia lejana y cercana. Si bien siempre esperamos que las futuras trilogías nos necesitarían, ya en mi breve aparición de Episodio VII empecé a notar que la cosa en nada resultaría sencilla. Y ahora, con el VIII, lo comprobé: iniciar su filmación fue como una amenaza intimidante. Cuando vino a visitarme Rian (Johnson, el director) para conocernos, le confesé que me sentía aterrorizado. Imaginar lo gigante que se venía me paralizaba. Incluso mientras rodábamos, pensaba: “¿Manejaré tamaño desafío…?”. Debí tomármelo como un reto y figurarme que se trataba de una pequeña película de arte, y punto. Así conseguí subsistir.

Luego de los mencionados capítulos I: La amenaza fantasma -1999-, II: El ataque de los clones -2002- y III: La venganza de los Sith -2005-, que conformaron una precuela en la que no participó, Luke, continuando la trama de los Skywalker, apareció brevemente en éste, delante de la cámara de J.J. Abrams, responsable del argumento junto a Lawrence Kasdan y Michael Arndt.


Después de ser convencido por Rey, la adiestra ante a la inquietante presencia de Kylo Ren -hijo de Leia y Han Solo, sobrino de Luke y nieto de Darth Vader-, un joven corrompido por el Líder Supremo Snoke.


Transcurridos los eventos de Los últimos Jedi y tras recibir una transmisión proveniente del difunto Emperador Palpatine (Darth Sidious) clamando venganza, la Resistencia, con Rey a la cabeza, inicia una ofensiva para destronar la Lado Oscuro, como había hecho Luke en Una nueva esperanza.

-Quien partió sin aviso, el 27 de diciembre de 2016, tras finalizar justamente el rodaje de The last Jedi, fue Carrie, la eterna princesa Leia Organa…
-Mi amiga, mi hermana. Nos la pasábamos gritando el uno al otro, desde el nivel de confianza y amor que compartíamos. En nuestro reencuentro resurgió la conexión que conseguimos durante los años Setenta y Ochenta. Carrie siempre vivió al máximo cada instante. Si anduviera por aquí, mientras te respondo me enseñaría el dedo medio y haría caras. No puedo imaginarla ausente. Sin embargo, cada vez que siento pena por mí, pienso en su hija Billie, que perdió a la madre y la abuela (Debbie Reynolds) en sólo dos días. Esa es una tragedia inimaginable. Igual ocurre en Los últimos Jedi: se trata de atravesar las peores adversidades.
DEL HÉROE DE CARNE Y HUESO Y SABLE LÁSER ENTRE 1977 Y 2019, AL SÁDICO JEFE DE CAMINA O MUERE QUE EN 2025 LO TRAJO AL LADO OSCURO

Lo cierto es que a sus mencionados 74 años, Hamill continúa en movimiento, y cómo. ¿Acaso una alegoría de la película que le viene quitando el sueño en los días que corren? Quizá. Por lo pronto, desde su casa en el oeste de Estados Unidos, celebra su flamante aniversario con el estreno de Camina o muere, una adaptación de la primera novela de Stephen King (The Long Walk), que dirigió Francis Lawrence -el mismo de Los Juegos del Hambre– y desembarca en los cines nacionales.

“Al principio pensé en rechazar la propuesta por mi aversión a la violencia con armas y al horror”, confesó ante la prensa el norteamericano, que da vida al temible Major, quien vigila la marcha de cien adolescentes, bajo una premisa tan sencilla como perturbadora: bajo reglas poco claras pero extremas, el que se detiene muere.

“La película mantiene la esencia del libro”, aseguró Mark, admitiendo que contar con el visto bueno del famoso novelista norteamericano de terror “fue motivación y validación para mí”. Aunque la primera muerte estremece, destaca que “lo importante es cómo los chicos viven la experiencia: las alianzas, las rivalidades y los sacrificios que se forjan en el camino”.
Un momento ideal -tras sumarle actualidad a la nota- para retroceder al pasado y terminar de recordar aquella entrevista que concedió a Revista GENTE en 2017, cuando se empezaba a despedir quizá para su ya mítico papel de Luke Skywalker…
-¿Cuál sigue siendo el secreto de permanencia de la franquicia?
-Supongo que viajando al universo donde acontece Star Wars hace mucho, mucho tiempo, el público puede escapar de sus problemas. Transitamos una era bastante oscura, y la gente necesita formas de evadirse. Puede ir a Hogwarts (la escuela de magia de Harry Potter) o puede ir al espacio… La verdad, son sitios maravillosos para olvidar los problemas.

El look albiceleste de Luke para la entrevista con GENTE. Tras la entrevista con el jefe de Redacción, Mark Hamill recibe la camiseta de Argentina. “No debían molestarse. Qué linda gentileza”, expresaba. La guerra de las galaxias (estrenada en nuestro país el mismo domingo 25 de diciembre de 1977 en el que Charles Chaplin fallecía durmiendo dentro de su mansión suiza de Corsier-sur-Vevey) y su universo vienen reclutando devotos en la Argentina y el planeta Tierra desde hace casi cinco décadas. “Amaría interpretar a George Lucas”, desafía y se desafía.
-A propósito de olvidar, nos vienen avisando que es hora de terminar, y no queremos…
-¡El obsequio para visitar tu tierra! -yergue su cuerpo.
-Perfecto -tomamos la camiseta número 10 del Seleccionado y se la acercamos-. ¡Promesa entregada!
-¡Guau! -abre enormes sus ojos, tan celestes como las tres franjas de la remera-… ¡Tiene mi nombre! -festeja apenas girarla-. No debían molestarse. Qué linda gentileza. La atesoraré para llevarla cuando vaya. Quiero conocer el país donde nacieron y vivieron Evita, el papa Francisco y Leo Messi -asombra ahora a GENTE.
-Lindo título y gran despedida para la nota…
-(Extiende la tela). Que la Fuerza esté con toda… ¡Argentina! -lanza, y al periodista ya no le queda mucho más por soñar.
Fotos: Leonardo Ibáñez, Gentileza Disney y Archivo Atlántida
Edición de video: Rocío Bustos
Agradecemos a Agustín Newell, a Delfina Laguna y a BF Paris