Bloomberg Línea — Los analistas de ING anticipan un cambio estructural en los mercados de divisas en 2026, caracterizado por la pérdida de protagonismo del dólar estadounidense y una renovada atención a los fundamentos macroeconómicos.
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En su informe de perspectivas anuales, el banco sostiene que los inversores han dejado atrás la etapa de volatilidad política y han comenzado a valorar nuevamente los diferenciales de tasas de interés, la sostenibilidad fiscal, el crecimiento económico y la exposición a materias primas.
Durante gran parte de 2025, el mercado respondió a las decisiones imprevisibles del presidente Donald Trump y sus ataques a la Reserva Federal, lo que llevó a registar la mayor caída en un primer semestre desde 1973.
Sin embargo, con nuevos acuerdos comerciales en marcha, el análisis disciplinado vuelve a ocupar el centro del escenario. ING describe este giro como un regreso a “jugar la pelota”, en lugar de “jugar al hombre”.

Visión general de ING.Turner y Pesole de ING ven un mercado enfocado en tasas, crecimiento y riesgos fiscales, con menor influencia de la volatilidad política.(Peter Boer)
Este entorno redefine el mapa de oportunidades cambiarias en 2026, especialmente en América Latina, donde las monedas se han beneficiado de flujos hacia mercados emergentes, altos diferenciales de tasas y un auge en los precios de los metales. En palabras de Chris Turner y Francesco Pesole, “las monedas de la región se mantienen respaldadas”.
La era del dólar fuerte ha quedado atrás
Tanto Turner como Pesole son claros al afirmar que “el dólar fuerte no va a volver”. La entidad argumenta que los choques que provocaron su volatilidad en 2025, entre ellos, los nuevos aranceles de Trump, tensiones comerciales con China y ataques a la Reserva Federal, dieron paso a factores estructurales que limitarán cualquier repunte significativo.
Según los analistas, esperan “un cambio en los principales impulsores, de una volatilidad impulsada por eventos a fuerzas más estructurales”.
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El tipo de política monetaria de la Reserva Federal, que según ING alcanzará su nivel terminal en 3,25%, ya estaría plenamente descontado en los mercados. Sin embargo, las implicaciones de esos recortes seguirán influyendo sobre el dólar, “principalmente porque los recortes de la Fed reducen el costo de cobertura de la exposición al USD”.
Además, los estrategas destacan que “una reaparición de las preocupaciones sobre la sostenibilidad de la deuda de EE.UU. y la acumulación de una prima de riesgo político antes de las elecciones legislativas de noviembre de 2026 son riesgos tangibles”.
ING también sostiene que los flujos de cobertura han sido un factor clave para evitar una recuperación del dólar, a medida que grandes fondos institucionales aumentaron la cobertura de activos denominados en dólares. En ese contexto, el banco considera que el entorno de tasas neutrales y baja volatilidad cambiaria seguirá impulsando el interés por operaciones de carry trade.

El dólar pierde fuerza.Según ING, “el dólar fuerte no va a volver”; factores estructurales y flujos de cobertura limitan su recuperación.(Bloomberg/Al Drago)
Brasil: real fuerte pese a los riesgos políticos
Brasil se posiciona como uno de los grandes beneficiarios del escenario de debilidad del dólar. Según Turner y su colega Ewa Manthey, “el legado de una inflación alta y un banco central muy agresivo han convertido al real en el mejor desempeño del año, con una ganancia de 15% frente al dólar y un retorno total de un impresionante 28%”.
El Banco Central de Brasil mantiene su tasa de interés en 15%, mientras que las expectativas de inflación para 2026 se sitúan en 4,3%. Esta combinación genera una tasa real de dos dígitos.
Para Turner y Manthey, esa política monetaria restrictiva continuará dando apoyo al real. “Creemos que el real (USDBRL) seguirá superando al forward de fin de 2026 (BRL$5,90) y al consenso (BRL$5,70)”, escribieron.
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Además, ING considera que el efecto de los nuevos aranceles estadounidenses sobre Brasil ha sido limitado y los analistas aseguran que “el aumento veraniego de los aranceles de importación de EE.UU. a Brasil hasta una tasa del 50% ha tenido poco impacto”. Esto se debe a que muchos productos fueron exentos y a que China representa hoy el principal socio comercial brasileño.
De cara a las elecciones de octubre de 2026, ING advierte que “el riesgo a la baja para el real en 2026 es que el crecimiento decepcione y que el presidente Lula se extralimite en subsidios para mejorar el sentimiento”.
Las señales recientes del gobierno, que “está retrocediendo en una idea para ofrecer transporte público gratuito para todos”, reafirman que la política fiscal sigue siendo el talón de Aquiles del real.

Real lidera en Latinoamérica.ING destaca que el real brasileño registra el mejor desempeño frente al dólar, impulsado por altas tasas y control inflacionario.(Bloomberg/Tuane Fernandes)
México y Chile y el papel de la política monetaria
El panorama en México se ve afectado por la desaceleración del crecimiento y la incertidumbre comercial con Estados Unidos. Turner y Manthey señalan que “la economía de México ha estado comprensiblemente lenta este año”, con un crecimiento estimado de solo 0,5%.
A pesar de beneficiarse aún del acuerdo comercial del T-MEC, la exposición del sector automotriz mexicano a insumos no estadounidenses ha incrementado los costos arancelarios efectivos. Además, persiste la inquietud sobre un eventual impuesto a las remesas, que generan más de US$5.000 millones mensuales de demanda de pesos.
En materia monetaria, el banco central mexicano sigue una postura más laxa que la de Brasil. “Banxico no tiene reparos en seguir recortando tasas”, afirman Turner y Manthey. El objetivo es alcanzar una tasa de 6,50%, un nivel que “reduciría su atractivo de carry, especialmente frente a Brasil”.
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En lo político, la presidencia de Claudia Sheinbaum ha tenido un buen arranque, con niveles de aprobación por encima del 70%, gracias a su manejo de la relación con Donald Trump. No obstante, ING advierte que “cualquier giro hacia el gasto social antes de las elecciones de medio término de 2027 pesaría sobre el peso”.
El banco ve a la divisa (USDMXN) sobre los MXN$18,25 en la primera mitad del año y cerrando sobre los MXN$18.
En Chile, el tipo de cambio debería reconectarse con el auge del cobre. ING destaca que “los términos de intercambio de Chile han subido un enorme 35% desde el mínimo de abril”, impulsados por una fuerte recuperación en los precios del metal.

Imagen del peso chileno(Shutterstock)
Para 2026, se prevé un crecimiento de 2,5% y una política monetaria moderadamente expansiva, con una tasa de política esperada de 4,50%. La combinación de altos ingresos por exportaciones mineras y estabilidad política podría beneficiar al peso chileno (USDCLP), aunque el déficit por cuenta corriente, que ronda el 2% del PIB, se mantiene como una variable a monitorear.
El escenario electoral añade incertidumbre. Chile celebrará elecciones presidenciales el 16 de noviembre. Según Turner y Manthey, “las encuestas este año han favorecido ampliamente al candidato de centro-derecha Antonio Kast”.
Sin embargo, también gana tracción Johannes Kaiser, con propuestas radicales como la nacionalización de Codelco, lo que podría alterar significativamente la percepción del mercado.
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A ello se suma la intervención activa en el mercado cambiario por parte del Ministerio de Hacienda y el Banco Central, que buscan reforzar las reservas internacionales y reducir la dependencia de líneas de crédito del FMI.
El banco ve al peso chileno sobre los CLP$925 al cierre del primer trimestre del año y cerrando sobre los CLP$900.
En conjunto, ING perfila un 2026 donde la debilidad estructural del dólar y la dinámica de commodities podrían consolidar el buen desempeño de las monedas latinoamericanas, aunque advierte que los riesgos políticos y fiscales seguirán siendo determinantes.





