Maxi López vivió uno de los momentos más esperados y conmovedores de su vida familiar. Después de 47 días en Argentina por compromisos laborales, entre ellos la participación en el reality de cocina Masterchef Celebrities, el exfutbolista aterrizó este sábado en Ginebra para reencontrarse con su hija Elle y acompañar a su esposa, Daniela Christiansson, en la recta final de su embarazo.

El encuentro se produjo en el aeropuerto suizo y quedó registrado en imágenes y videos que López compartió en sus redes sociales. En la primera postal se ve a la pequeña Elle, vestida con un buzo rosa y botas del mismo tono, esperando pacientemente frente a la puerta de arribos. Sobre la foto, el exjugador escribió: “Alguien está esperando que su papi llegue de Argentina”, junto a un emoji de corazón, reflejando la ansiedad y ternura del momento.
La secuencia en el video muestran la escena completa: Elle corre con los brazos abiertos por el pasillo iluminado con luces doradas, mientras Maxi avanza con su equipaje. En cuestión de segundos, la niña se lanza a los brazos de su papá y se funden en un abrazo prolongado, que parece recuperar en un instante las semanas de distancia. El gesto, simple y poderoso, resume la importancia que López le da hoy a su rol más preciado: el de padre.

Este viaje no solo significó un reencuentro, sino también el inicio de una etapa familiar cargada de expectativas. En Suiza, la pareja se prepara para recibir a Lando, el segundo hijo en común, cuyo nacimiento está previsto para mediados de diciembre. “La familia está primero”, repite Maxi como mantra, dejando en claro que su prioridad absoluta es acompañar a Daniela en este momento único.
Durante su estadía en Argentina, López participó en MasterChef Celebrity, donde se convirtió en uno de los concursantes más queridos por su carisma y cercanía con el público. Sin embargo, la distancia con su familia pesó más que cualquier compromiso televisivo. “Extrañé mucho a mis hijos, a mi esposa. No podía seguir perdiéndome cosas que solo pasan una vez”, confesó antes de embarcar rumbo a Europa.
El reencuentro en Ginebra fue mucho más que una escena tierna: fue la materialización de una promesa y la reconexión con su núcleo familiar. Ahora, los días se llenarán de preparativos, juegos y abrazos, mientras la familia espera la llegada del nuevo integrante.
Con esta imagen, Maxi López deja un mensaje claro: algunos goles se celebran en casa, entre luces cálidas, risas y la certeza de que la vida se escribe en esos instantes que no admiten postergaciones.

