Email: [email protected] Teléfono: 2908 0911 Correo: Zelmar Michelini 1287, CP.11100.
El Ciudadano | Montevideo
@|Planta de Conaprole en Rivera.
Una vez más asistimos a la vieja receta de quienes creen que el Estado puede y debe sostener negocios privados con el dinero de todos. La propuesta de reabrir la planta de Conaprole en Rivera para producir leche con hierro destinada a comedores escolares no es más que un subsidio indirecto a una industria privada, disfrazado de política social.
El Estado no puede ni debe, transferir recursos públicos para sostener lo que no es rentable en el mercado, porque cada peso que se destina a mantener una planta cerrada, es un peso que sale del bolsillo de trabajadores, jubilados, comerciantes y productores que ya soportan una de las cargas fiscales más altas de la región.
Uruguay es un país caro, no porque sí, sino porque el Estado está diseñado para ser caro, el exceso de impuestos, regulaciones y tarifas encarece cada producto, cada servicio, cada decisión de inversión y, en vez de reformar el Estado, de eliminar la maraña de impuestos que nos ahoga, los políticos vuelven a la receta fácil, crear gasto, disfrazarlo de sensibilidad social y cargarlo en la cuenta de los contribuyentes.
Y la prueba más clara de este fracaso está en la frontera norte, allí, donde la realidad no admite discursos ni propaganda, los ciudadanos cruzan día a día hacia Brasil para comprar más barato, esa diferencia de precios, que es determinante en Rivera, Artigas o Cerro Largo, desnuda la verdad: el Uruguay es caro por culpa de sus impuestos y de su Estado obeso. No es la industria, no es la geografía, no son los trabajadores, es la política la que encarece todo.
Por eso, la única solución real no pasa por subsidiar ni por inventar parches que salven coyunturas, la salida está en reformar el Estado, terminar con el modelo impositivo que castiga al que produce y al que consume, y abrir espacio a un sistema liberal donde las empresas compitan en igualdad de condiciones, sin privilegios, sin prebendas y sin parásitos del poder.
Mientras sigamos alimentando a un Estado que gasta lo que no tiene y se entromete en lo que no le corresponde, el país seguirá siendo caro, las industrias dependerán de subsidios, y los ciudadanos de frontera seguirán haciendo lo que dicta el sentido común, comprar del otro lado.
¿Encontraste un error?
Reportar