El caso de Luna Giardina, de 26 años, y su madre Mariel Zamudio, de 54, sacudió al país el último fin de semana. Ambas fueron asesinadas el sábado por la mañana en su casa de Villa Serrana, en Córdoba, y desde entonces los investigadores trabajan para reconstruir las horas previas al crimen.
En las últimas horas se conoció un impactante audio que Luna habría enviado poco antes de morir. El material, revelado por el periodista Mauro Szeta, muestra el temor que la joven sentía por su expareja, Pablo Laurta, padre de su hijo Pedro, de cinco años. En ese mensaje de voz, Luna expresó con crudeza la angustia que la acompañaba en los días previos a la tragedia.
“No sé qué puede llegar a hacer”, decía Luna en ese audio que hoy se transformó en una pieza clave de la investigación y que, tristemente, anticipó la masacre.
Según explicó Szeta, el mensaje fue enviado a una amiga cercana con la intención de alertar sobre la situación de violencia que vivía. Los investigadores creen que esa comunicación podría haber ocurrido horas antes de que Laurta ingresara a la vivienda y cometiera el doble crimen.

De acuerdo con la reconstrucción judicial, Pablo Laurta, ciudadano uruguayo de 39 años, habría entrado el sábado al mediodía a la casa de su expareja armado. Los peritajes indican que le disparó a Luna en la cabeza y luego asesinó a su exsuegra, antes de huir con el hijo que tenían en común.
El pequeño Pedro fue encontrado en buen estado de salud el domingo, cuando las autoridades lograron capturar a Laurta en un hotel de Gualeguaychú, provincia de Entre Ríos, donde se había refugiado mientras planificaba cruzar hacia Uruguay para escapar de la Justicia.
El sospechoso tenía pedido de captura internacional de Interpol y acumulaba antecedentes por violencia de género. Tres años atrás, Luna lo había denunciado por intento de estrangulamiento durante una discusión, cuando ambos vivían en Uruguay. Tras ese episodio, la joven decidió escapar con su hijo a Córdoba, donde buscó rehacer su vida junto a su madre.
En aquel entonces, la Justicia le otorgó un botón antipánico, una herramienta que —según se supo— nunca llegó a activar antes del ataque del sábado.

“Ella lo había denunciado, estaba aterrada. Le decía a su entorno que no sabía de lo que él podía ser capaz”, detalló una fuente del caso, que describió el crimen como un acto de extrema violencia y ensañamiento.
El hallazgo del audio de Luna, sumado a los testimonios de allegados y vecinos, refuerza la hipótesis de que el femicidio fue premeditado. Los investigadores sostienen que Laurta habría viajado desde Uruguay con el objetivo de reencontrarse con su hijo y, en ese contexto, atacó a Luna y a su madre.
Tras su detención, Laurta fue imputado por doble homicidio agravado por el vínculo, por mediar violencia de género y por el uso de arma de fuego, además del secuestro del niño.

El crimen dejó una huella imborrable en la comunidad cordobesa. Vecinos de Villa Serrana organizaron una marcha en pedido de Justicia, y en las redes sociales el caso despertó una ola de indignación y tristeza.
Luna Giardina había encontrado en su hijo la razón de su fortaleza. Hoy, su voz —la de ese audio que evidencia el miedo y la desesperación— resuena como un grito de auxilio que nadie escuchó a tiempo.