¿Cuál es el nuevo orden en un sistema político internacional en crisis? ¿Cuál es el rol de Latinoamérica frente a la guerra comercial entre Estados Unidos y China? Durante la segunda jornada del Festival del Pensamiento, organizado por PRISA Media en Santa Fe de Antioquia, los internacionalistas y politólogos Sandra Borda, María Claudia Lacouture, Germán Mejía Pavony y el académico Carlos Patiño debatieron los retos que enfrenta la política en estos tiempos agitados. “Estamos asistiendo, por la vía bélica, a la ruptura del orden que se construyó hace 80 años”, explicó Borda.
La politóloga señaló que la transición a un nuevo orden internacional sigue sin completarse, pero asegura que ya está claro que “no estamos en un mundo dominado por Estados Unidos”. Subrayó también que el conflicto es una expresión del choque entre dos visiones de mundo: el bloque occidental —con Estados Unidos y más de 30 democracias, dentro y fuera de la OTAN—; y la alianza de Rusia, China, Corea del Norte e Irán, que cuenta con el respaldo diplomático de Estados como Venezuela, Nicaragua y Cuba. “Nos dirigimos hacia una gran confrontación militar”, alertó.
Desde otra orilla, Lacouture, presidenta de la Cámara de Comercio Colombo Americana, abordó el impacto de este reordenamiento en el comercio global. “Pasamos de un liderazgo con árbitros, a uno sin árbitros”, dijo. A su juicio, Estados Unidos ha comenzado a usar los intercambios económicos como instrumento de presión geoestratégica. “Trump ha hecho que ese liderazgo sin árbitro sea más contundente. Su llegada es como la caída de la bomba de Hiroshima; no cambia la historia, pero la modela”, dijo.
La también exministra de Comercio apuntó que hoy no existen “bloques de amigos”, sino alianzas funcionales, marcadas por intereses estratégicos. En este contexto, China aparece como la única preocupación común entre demócratas y republicanos en Estados Unidos. “El vínculo económico entre ambos países no va a desaparecer en el corto ni mediano plazo”, dijo, pero anticipó que el “tira y afloje” comercial se mantendrá.

Germán Mejía Pavony, historiador, propuso entender la crisis desde una clave conceptual: “Lo que se rompió fue el acuerdo sobre los significados”, especialmente en el debate sorbe la democracia. La democracia liberal, dijo, se enfrenta a regímenes que manipulan elecciones y constituciones, sin necesidad de abolirlas. De ahí el uso del término “iliberal” para los regímenes que aparecen como antítesis a ese tipo de democracia. “No son dictaduras clásicas. Son regímenes autoritarios con apariencia democrática. Y eso también es parte de la transformación del orden mundial”.
Mejía también destacó que los Estados no se globalizan, lo hacen las empresas. La tensión entre el poder corporativo y el poder estatal, ejemplificada en enfrentamientos como el de Elon Musk y Donald Trump, es otra muestra de un sistema en redefinición. “El sentido de lo que es eficaz es distinto en cada uno de esos dos sectores”, dijo, al contrastar la flexibilidad del mercado con las restricciones políticas del Estado. En ese debate, Lacouture argumentó lo contrario: que hoy es la política la que está moldeando a la economía, y no al revés. Las decisiones empresariales ya no responden solamente a factores de costo-beneficio, sino a alineamientos estratégicos, señaló.
Por su parte, el académico Carlos Patiño, autor del libro La guerra en Ucrania, advirtió que Europa vive un rearme serio, en el primer cambio tecnológico de fondo desde la Segunda Guerra Mundial. “Estamos ante un conjunto de guerras que se pelean con estrategias de la Primera y de la Segunda Guerra Mundial, y a la vez con tecnologías contemporáneas”, señaló. Se trata, en su opinión, de una reorganización mundial en conflicto de esas guerras. En América Latina se perciben esos conflictos como hechos lejanos, pero los nuevos acuerdos internacionales, logísticos y tecnológicos que surgen de ellos afectan a la región.

Uno de los temas que atravesó la discusión, ya centrada en Colombia, fue la adhesión del país a la Nueva Ruta de la Seda, el megaprograma de infraestructuras con el que China busca conectarse al mundo. Lacouture recordó que Colombia ha profundizado firmando más de una decena de acuerdos desde el año pasado con el país asiático, y se mostró crítica de esta alianza. “China no es una economía de mercado ni va a defender los principios del libre comercio”, recalcó. Según ella, en la lógica del acercamiento de Colombia pone al país en un riesgo a los ojos de Estados Unidos. “Pasa de ser un ‘país solución’, a ser un ‘país problema’ o ‘país preocupante”, señaló, en referencia a la escala con la que Estados Unidos evalúa a los otros países.
Sandra Borda, sin embargo, es más abierta a esa posibilidad. “La discusión no es si debemos o no acercarnos a China, porque lo hemos venido haciendo durante mucho tiempo. La relación hay que mantenerla pero ser más cautelosos y estratégicos. El punto es cómo hacerlo estratégicamente, desarrollando músculo diplomático y evaluando escenarios deseables”, dijo. Desde su visión, los esfuerzos se tienen que centrar en desarrollar músculo diplomático con China. El tema de fondo, sin embargo, es la ruptura “por la vía bélica”, del orden internacional actual.