
El Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta una desaceleración del crecimiento económico en América Latina y el Caribe durante 2025, aunque pronostica una recuperación significativa para Argentina, en el marco de un complejo escenario global marcado por alta incertidumbre, tensiones comerciales y presiones inflacionarias.
Así lo expresó Rodrigo Valdés, director del Departamento del Hemisferio Occidental del organismo, durante una conferencia de prensa realizada este viernes en Washington.
Según el nuevo informe regional, la economía de América Latina crecerá apenas un 2% este año, por debajo del 2,4% registrado en 2024 y medio punto porcentual menos de lo estimado en octubre pasado. El FMI atribuye esta desaceleración a un contexto de políticas internas más estrictas, menor dinamismo global y crecientes trabas al comercio, aunque espera un rebote hacia 2026, con un crecimiento del 2,4%.
Pese al panorama general, Valdés destacó que existe una gran heterogeneidad entre los países. Señaló que México enfrentará una merma en su actividad económica por el endurecimiento de su política macroeconómica y las restricciones comerciales impuestas por Estados Unidos, mientras que Brasil también se desacelerará como consecuencia de medidas fiscales más restrictivas. Este último dato cobra relevancia para Argentina, ya que Brasil es el principal destino de sus exportaciones industriales.
En contraste, el organismo proyecta un “repunte importante” para la Argentina, al igual que para Ecuador, ambos bajo programas respaldados por el Fondo. La expectativa positiva responde, en parte, al ajuste fiscal en marcha, la normalización del mercado cambiario y una esperada reactivación de la inversión y las exportaciones.
Respecto a la inflación, el FMI advirtió que la convergencia hacia los objetivos monetarios se ha ralentizado, en parte por la pérdida de impulso en el proceso de desinflación global y por la depreciación de las monedas locales. Aun así, prevé una baja gradual de los precios, aunque estima que la mayoría de los países no alcanzarán sus metas inflacionarias antes de 2026.
En cuanto a las recomendaciones de política económica, Valdés insistió en la importancia de sostener la consolidación fiscal sin postergaciones, proteger el gasto público prioritario y mantener marcos macroeconómicos sólidos. Además, subrayó que permitir la flotación de las monedas —como ocurre actualmente en Argentina— es clave para absorber los shocks externos. Finalmente, el FMI reiteró su pedido de reformas estructurales para mejorar el crecimiento potencial en la región, con énfasis en la productividad, el fortalecimiento institucional, la reducción de la informalidad y una mayor integración comercial.