Por décadas este ícono de la Patagonia resistió estable, pero en tres años se redujo fuerte. Dificultades para el monitoreo por falta de fondos.

El glaciar Perito Moreno, una de las reservas de agua más grandes.
El glaciar Perito Moreno, atracción turística mundial e histórico símbolo de la Patagonia Argentina, atraviesa un proceso de retroceso que es común a todos los glaciares del planeta, pero que súbitamente se aceleró y hoy alarma a los especialistas que siguen los efectos del calentamiento global en estas gigantescas masas de agua congelada, cruciales para la estabilidad ambiental.
Laura Zalazar, coordinadora del Inventario Nacional de Glaciares, reveló datos que confirman el deterioro progresivo del glaciar de Santa Cruz durante una reciente entrevista radial en Tiempo FM 97.5 de Río Gallegos.
La experta detalló tanto los impactos ambientales como las dificultades económicas para el seguimiento de los glaciares del país por falta de financiamiento, ante el ajuste que lleva adelante el gobierno nacional.
«Lo que llama la atención es que el glaciar, el único que se consideraba estable, ha empezado a manifestar en los últimos años signos de retroceso», declaró Zalazar, quien reveló que aunque inicialmente las modificaciones parecían menores, los últimos tres años muestran una aceleración del fenómeno que resulta preocupante.
Tres años dramáticos para el glaciar Perito Moreno
Los números expuestos por la funcionaria revelan la magnitud del problema. Zalazar explicó que «entre 1985 y 2005 el cambio fue debajo del 1%, pero entre 2022 y 2025 se nota una diferencia bastante notoria… En solamente 3 años«.
«Entonces el problema es que se va acelerando», advirtió la especialista, que señaló que esta tendencia marca un punto de inflexión para el Perito Moreno, que durante décadas venía resistiendo los efectos del cambio climático con hidalguía. Aparentemente, empezó a rendirse.
La coordinadora del Inventario Nacional contextualizó el fenómeno dentro de una problemática global. «Los glaciares están en desequilibrio con el clima y van adaptando su tamaño hasta alcanzar un equilibrio con esta nueva situación de cambio climático», explico.
Acaso lo más alarmante es que, frente a esta realidad, no hay mucho que se pueda hacer. Y mucho menos en un corto plazo.
Zalazar fue categórica respecto a las limitaciones para revertir el proceso. «No hay una salida o algo que podamos hacer como para detenerlo, a no ser lo que se habla siempre, de la reducción de los gases de efecto invernadero y tomar medidas a nivel global», expresó.
Luces glaciar Perito Moreno
“Es necesario monitorear a los glaciares en esta etapa de retroceso por todas las consecuencias que tiene», subrayó la coordinadora del Inventario Nacional de Glaciares.
La experta detalló las múltiples consecuencias del retroceso del glaciar, que trascienden el aspecto paisajístico o el impacto que pude tener para el turismo que sostiene a El Calafate.
«Los glaciares contribuyen al aumento del nivel del mar. Tienen influencia en el ciclo hidrológico de la región porque aportan mayor cantidad de agua, pero cuando ya se achican mucho, dejan de aportar», explicó.
El impacto del retroceso glaciar genera efectos en cadena. Zalazar remarcó que «tiene un impacto importante por los beneficios que tienen los glaciares para el entorno, además a veces la desestabilización puede aumentar el nivel de riesgos, principalmente de desprendimientos de bloques de hielo».
Por esa razón, “es necesario monitorear a los glaciares en esta etapa de retroceso por todas las consecuencias que tiene», subrayó la funcionaria.
Problemas para monitorear el fenómeno
Pese a que se trata de una tarea crítica en los tiempos actuales, desde 2023 el Inventario Nacional enfrenta serias dificultades para llevarla adelante, debido a la falta de financiamiento.
Según explicó la especialista, esta limitación económica compromete las tareas de campo y el seguimiento técnico de los glaciares en todo el territorio nacional.
Creado por ley en 2010, el organismo es la herramienta principal para comprender y proteger estos ecosistemas. «El primer inventario (de glaciares) lo terminamos en el año 2018. Actualmente estamos trabajando en la actualización de ese inventario y hemos empezado de norte a sur», reveló Zalazar.
La primera región completada corresponde a los Andes desérticos del noroeste del país, ya disponible en la página web institucional. «Actualmente estamos avanzando en la zona central del país», informó la coordinadora. Pero con los recursos congelados, algunas tareas como el seguimiento del Perito Moreno empiezan a verse comprometidas.