El gobierno de Donald Trump estableció una nueva vía de persecución a las fuentes del terrorismo en la región, con el anuncio del Departamento de Estado este lunes de que habrá recompensas de hasta US$ 10 millones para quien dé información sobre el accionar de grupos como Hezbollah en la Triple Frontera.
Basada en fuentes judiciales y de inteligencia, Estados Unidos considera que Hezbollah es el grupo que sigue teniendo predominancia en la zona. Además se cree que, con los golpes de Israel al movimiento radical shiita en el Líbano en particular, donde toda la cúpula anterior quedó desmantelada, puede haber una «migración» de sus militantes y de sus fuentes de financiamiento hacia Latinoamérica y en especial a la Triple Frontera.
En ese sentido, la nueva recompensa está prácticamente dirigida a este grupo, también considerado terrorista para la ley argentina y de otros países.
«El programa Recompensas por la Justicia (Rewards for Justice, RFJ) del Departamento de Estado de Estados Unidos, administrado por el Servicio de Seguridad Diplomática, ofrece una recompensa de hasta 10 millones de dólares por información que conduzca a la interrupción de los mecanismos de financiación de la organización terrorista Hezbolláh. En el marco de esta oferta, RFJ solicita información sobre las redes financieras de Hezbolláh en la zona de la Triple Frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay.», indica este lunes la comunicación distribuida por el equipo del secretario de Estado, Marco Rubio, a través de la embajada estaounidense en Buenos Aires.
Otros países de la región, como Paraguay, recibieron el mismo anuncio, que rige dentro de su territorio.
A fin de mes, la ministra Patricia Bullrich viajará a los Estados Unidos para establecer las primeras reuniones de trabajo con el equipo del Homeland Security de Trump. Allí se verán estas cuestiones, además de las gestiones por el gendarme argentino detenido en Venezuela, Nahuel Gallo, según supo Clarín.
La notica del Departamento de Estado sorprendieron este lunes pero es parte de las nuevas medidas que va implementando el gobierno de Trump, quien a cuatro meses de iniciarse, renueva sus intereses en Latinoamérica.
«En la Triple Frontera, los financistas y facilitadores de Hezbollah generan ingresos para la organización terrorista mediante actividades ilícitas como el lavado de dinero, el narcotráfico, el contrabando de carbón y petróleo, el comercio ilegal de diamantes, el contrabando de bienes —incluido dinero en efectivo, cigarrillos y productos de lujo—, la falsificación de documentos y la falsificación de dólares estadounidenses. También obtienen ingresos de actividades comerciales en toda América Latina, como la construcción, la importación y exportación de mercancías y la venta de bienes raíces», indica el comunicado distribuido este lunes, que detalla que las recompensas por información pueden generar la identificación y desarticulación de:
- Una fuente de ingresos para Hezbolláh o de sus principales mecanismos de facilitación financiera.
- Donantes o facilitadores financieros de Hezbolláh.
- Instituciones financieras o casas de cambio que faciliten transacciones de Hezbolláh;
- Empresas o inversiones propiedad o controladas por Hezbolláh o sus facilitadores financieros.
- Empresas pantalla involucradas en la adquisición internacional de tecnología de doble uso en nombre de Hezbolláh.
- Esquemas delictivos que involucren a miembros o simpatizantes de Hezbolláh y que generen beneficios económicos para la organización.
Para el gobierno de los Estados Unidos, Hezbollah es una organización terrorista con base en el Líbano que «recibe armas, entrenamiento y financiamiento de Irán, país que fue designado como patrocinador estatal del terrorismo por el Secretario de Estado en 1984».
Por otra parte, se considera que ésta «genera alrededor de US$ 1.000 millones al año mediante una combinación de «apoyo financiero directo de Irán, negocios e inversiones internacionales, redes de donantes, corrupción y actividades de lavado de dinero.»
El comunicado recuerda que desde 1997, Hezbollah fue designada Organización Terrorista por el Departamento de Estado (FTO, por sus siglas en inglés de Organización Terrorista Extranjera) y también por la Ley de Inmigración y Nacionalidad. A su vez, en octubre de 2001 fue catalogada como Terrorista Global Especialmente Designado (SDGT, por sus siglas en inglés). Se la designó así bajo la Orden Ejecutiva 13224.
