El Gobierno nacional decidió prorrogar por otros 60 días el análisis técnico sobre el ingreso de carne con hueso a la Patagonia, una medida que genera un intenso debate en el sector agropecuario y en las provincias patagónicas.
Esta decisión fue oficializada mediante la Resolución N° 419/2025, publicada en el Boletín Oficial, que extiende el plazo fijado previamente por la Resolución N° 186/2025, la cual ya había dispuesto una primera prórroga de 90 días tras la publicación de la Resolución N° 180/2025.
¿POR QUÉ ESTÁ PROHIBIDO EL INGRESO DE CARNE CON HUESO EN LA PATAGONIA?
La regulación del ingreso de carne con hueso a la Patagonia está estrechamente vinculada con la lucha contra la fiebre aftosa en Argentina, una enfermedad viral altamente contagiosa que afecta a los animales de pezuña hendida y que, aunque no representa un riesgo para el consumo humano, provoca graves pérdidas económicas y comerciales para la industria ganadera.
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Desde principios del siglo XX, la fiebre aftosa ha condicionado la producción y exportación de carne en el país, con restricciones y medidas sanitarias que han dividido el territorio nacional en zonas con distinto estatus sanitario.
En 1990, Argentina implementó un plan nacional de control de la fiebre aftosa, designando al Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) como la autoridad responsable de la sanidad animal. Desde entonces, el país se ha dividido en zonas libres de fiebre aftosa con vacunación —principalmente en el norte y centro— y zonas libres sin vacunación, como la Patagonia, que gozan de un estatus sanitario más favorable para la exportación debido a la ausencia del virus y la no aplicación de vacunas que podrían enmascarar la presencia de la enfermedad.
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La barrera sanitaria que prohíbe el ingreso de carne con hueso a la Patagonia se estableció en 2001 tras un rebrote de la enfermedad en el norte del país, que obligó a regionalizar las medidas de control para evitar la dispersión del virus hacia las zonas libres sin vacunación. Esta barrera impidió durante más de dos décadas que cortes bovinos con hueso provenientes de zonas con vacunación, como Buenos Aires o La Pampa, ingresaran a la Patagonia, provocando que los precios de esos cortes fueran significativamente más altos en el sur debido a la limitada oferta local.
LA POLÉMICA MEDIDA QUE RECHAZÓ LA PATAGONIA
En marzo de 2025, el SENASA emitió la Resolución N° 180/2025, que levantó esta restricción tras 23 años, autorizando el ingreso de carne con hueso a la Patagonia bajo estrictas condiciones sanitarias que incluyen pautas sobre maduración, empaque, procesamiento y transporte de carnes, además de requisitos específicos para material reproductivo. Esta decisión se fundamentó en estudios y muestreos que demostraron la ausencia de circulación viral en todo el territorio nacional y en evaluaciones cuantitativas de riesgo que consideraron insignificante la posibilidad de ingreso del virus a la zona libre sin vacunación por este medio.
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Sin embargo, la medida generó una fuerte reacción en las provincias patagónicas —Río Negro, Neuquén, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego— donde productores, frigoríficos y gobiernos provinciales expresaron preocupación por el posible impacto sanitario y económico de la flexibilización. Argumentan que la barrera sanitaria ha sido un pilar fundamental para mantener el estatus sanitario internacional de la Patagonia, que es clave para la exportación de carne y para la economía regional. Además, temen que la entrada de carne con hueso de otras regiones pueda afectar la percepción de los mercados internacionales y la seguridad sanitaria de la zona.
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Frente a estas inquietudes, el SENASA convocó a una Mesa de Diálogo y Trabajo en el ámbito de la Secretaría de Agricultura, integrada por representantes de los gobiernos provinciales patagónicos y de Buenos Aires, así como por entidades del sector agropecuario. Desde entonces, se desarrollan mesas técnicas para consensuar criterios, evaluar riesgos sanitarios y garantizar la seguridad de las zonas libres de fiebre aftosa sin vacunación, en un intento por equilibrar la apertura comercial con la preservación del estatus sanitario.
DEBATE POLÍTICO Y ECONÓMICO
La decisión de flexibilizar la barrera sanitaria no solo tiene implicancias sanitarias, sino también políticas y económicas. Por un lado, sectores rurales de la Patagonia han manifestado su oposición, sosteniendo que la medida pone en riesgo la producción local y podría generar una caída en los precios de la hacienda regional. Por otro lado, desde provincias como La Pampa, que impulsaron la medida, se argumenta que la prohibición generaba distorsiones de mercado y precios elevados para los consumidores patagónicos, además de limitar la integración comercial interna.
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Asimismo, la medida se inscribe en un contexto internacional donde la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) reconoce las distintas zonas sanitarias del país y recomienda criterios técnicos para el manejo del tránsito de productos cárnicos. La resolución del SENASA se alinea con estas recomendaciones, aunque la implementación práctica sigue siendo objeto de discusión y ajustes técnicos.
La prórroga de 60 días otorgada por la Resolución N° 419/2025 busca profundizar el análisis técnico y operativo sobre la implementación de la medida, atendiendo a los reclamos de las provincias patagónicas y buscando un consenso que permita garantizar la seguridad sanitaria sin perjudicar el comercio interno ni la economía regional. En este período se espera avanzar en la definición de protocolos más precisos, fortalecer la vigilancia epidemiológica y continuar el diálogo entre todos los actores involucrados.