¿Ha acabado la sequía, es ya historia? Respuesta oficial: sí. La consellera de Territori, Habitatge i Transició Ecològica, Sílvia Paneque, ha anunciado que el gobierno catalán tomará el próximo martes la decisión de levantar la alerta por sequía en la región servida por los embalses de los ríos Ter y Llobregat. El anuncio se hizo en una visita al embalse de Sau (Osona). Se iniciará así lo que llamó un nuevo escalón en “desescalada” de las limitaciones sobre el uso del agua que rigen actualmente.
Los municipios que dependen de las reservas de los embalses del Ter Llobregat, que totalizan unos seis millones de habitantes (residentes en un área que abarca la región de Barcelona y buena parte de las comarcas de Girona) pasarán del escenario de alerta al de prealerta.

La consellera Silvia Paneque anunciando el levantamiento de la alerta por sequía
Miquel González/ Shooting
El final de la alerta cierra un período de 56 meses de sequía, el período más largo de sequía en los dos últimos siglos en Catalunya. “Han sido 56 meses en los que cada mes ha registrado una pluviometría por debajo de la media”, señaló Paneque. “Ha sido la peor sequía de los últimos 200 años».
El plan de sequía se activó en septiembre de 2021, cuando se iniciaron las limitaciones en consumo y se activaron progresivamente los recursos de las aguas desalinizadas y regeneradas.
La recuperación de los embalses ha sido notable. A principios de marzo estaban al 31%, pero con las últimas lluvias se han duplicado esas reservas, hasta pasar al 64%. Son niveles no vistos desde diciembre de 2021.
El cambio en un año
Hace poco más de un año, el 8 de marzo de 2024, los embalses de la región de Barcelona alcanzaron, en plena fase de emergencia, el mínimo histórico de reservas de agua, cifrado en menos del 15% de su capacidad. Ahora, un año después la situación ha cambiado ostensiblemente.
Detrás queda el turismo de sequía y las imágenes de un Sau convertido en símbolo de la fragilidad del sistema de abastecimiento, las multas amnistiadas a los municipios que gastaban más dotaciones de agua que las asignadas y las acaloradas polémicas ante del verano de 2024 por el cierre de las piscinas municipales revalorizadas como refugio climático.

Las compuertas del pantano están abiertas
Miquel González/ Shooting
En la retina queda el convulso final de un gobierno de ERC frágil ante las exigentes y airadas protestas de la revuelta de los agricultores contra las restricciones. Pero ahora falta por ver si las nuevas desalinizadoras por fin programadas (en el horizonte 2029) estarán listas antes de que la sequía reaparezca de nuevo.
Pero el fin de la alerta se daba por descontada tras la recuperación de los caudales en los embalses del Ter y del Llobregat
Mejoría de los indicadores
La decisión se adopta a raíz de una mejoría, que se ha ido consolidando, de los indicadores, teniendo en cuenta que los embalses del Ter y Llobregat se sitúan en el 64% de su capacidad, con 391 hm3, más del doble que hace un mes.
El plan especial de sequía de la Generalitat (de enero de 2020) determina que la salida de la situación de alerta por sequía se produce cuando se superan los 300 hm3 en estos embalses.
Con esta decisión, se levantan las últimas limitaciones en el uso del agua, que hasta ahora incidían sobre el riego agrícola, los caudales ecológicos de los ríos (cuyos ecosistemas han sido grandes damnificados también) y los usos urbanos.
Buena noticia para la agricultura
Así, se normalizarán las dotaciones de agua para riego, que sufrían una restricción del 25%, o las de los consumos para los usuarios industriales, que habían sufrido un recorte del 5%. En la fase de alerta también se había establecido una reducción del consumo de agua para riego de parques y jardines, así como la prohibición de llenado de fuentes ornamentales, y el uso de mangueras de agua para limpieza de calles, fachadas y vehículos.
El acuífero del Baix Ter vuelva al escenario de normalidad y el del Fluvià deja de estar en excepcionalidad
También se prevé que en el caso del acuífero del Baix Ter vuelva al escenario de normalidad, mientras que el acuífero del Fluvià Muga dé un paso más en la desescalada y pase de la excepcionalidad a la alerta.
La consellera Paneque, sin embargo, ha remarcado que “se mantiene el Plan de sequía activado en prealerta hasta que se constate un equilibrio consolidado en todas las cuencas internas, sin tener que dar pasos atrás”.
Con este cambio, que entraría en vigor a mediados de abril, una vez se publique la resolución en el Diario Oficial de la Generalitat, nueve áreas del territorio estarán en situación normalidad, cinco en prealerta y cuatro en alerta (acuífero del Fluvià-Muga, embalse de Darnius Boadella, Empordà y Serralada Transversal).
Por tanto, catorce de los dieciocho ámbitos de las cuencas internas no tendrán ninguna limitación en el uso del agua.
Mesa del Ter
Las desalinizadoras funcionarán tope para que el Llobregat recargue el Delta y no explotar tanto el Ter para dejar más agua a Girona
El anuncio de levantar la alerta se ha retrasado algo más de lo previsto para esperar una mayor recuperación del río Ter, para evitar su sobreexplotación, dada la sensibilidad existente sobre este asunto en Girona y la existencia de los acuerdos para reducir su trasvase (mediante la tubería a Cardedeu) hacia Barcelona.
De hecho, pese a la mejora de los volúmenes de agua en los embalses, las desalinizadoras catalanas seguirán funcionando a un alto rendimiento, concretamente al 90% de su capacidad. Se adopta esta decisión con el objetivo, por un lado, de optimizar el recurso almacenado en los embalses y, por otro, favorecer la recarga de acuíferos como del delta del Llobregat, que durante la sequía ha sido vital para garantizar las demandas.
Pero, además, este alto rendimiento de las desalinizadoras servirá también para dar cumplimiento a los acuerdos de la Taula del Ter, destinados a reducir la transferencia de agua desde el Ter hacia Barcelona. En 2024, el volumen transferido del Ter hacia la región de Barcelona ha sido de 91 hm3, cuatro menos que en 2023.
Paneque, sin embargo, ha aclarado que “la mejora de las reservas de los embalses no debe alejarnos de la hoja de ruta del Gobierno en materia de agua”. “En este sentido, no podemos caer en el error de pensar que las lluvias han resuelto un problema, ya que desconocemos cómo evolucionará la meteorología en los próximos meses”, ha añadido la consellera.
Los efectos beneficios de las lluvias no se han notado tanto en los embalses de Siurana y Riudecanyes, donde la subida de niveles ha sido más modesta.

El nivel del embalse de La Baells, al 95,5% de su capacidad
Laura Busquets / ACN
Obras en marcha
“La esperanza es que en los próximos días y años podamos decir que Catalunya esta lejos de la amenaza de la sequía y que hemos desacoplado la pluviometría del ciclo de gestión del agua”, explicó. Y por lo tanto el Govern ”sigue trabajando en las inversiones de urgencias previstas para el 2025″, con el objetivo de incrementar en 31 hm3 los recursos adicionales disponibles este año.
De momento, una de las actuaciones previstas ya está en servicio, concretamente la aportación de agua depurada de Figueres hasta el río la Muga en Pont de Molins, que tiene una capacidad de aportar 3 hm3/año. En este ámbito, también están finalizando las obras para poner en servicio cinco nuevos pozos en el entorno de Peralada, que permitirán una mejor gestión de las extracciones del acuífero del Fluvià Muga.
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En el entorno metropolitano, también existen actuaciones ya en su fase final, como las mejoras en el tratamiento de los pozos Estrella, la aportación de agua regenerada en el Llobregat desde la depuradora de Sant Feliu, así como la ampliación de la potabilizadora de Besòs en Trinitat.