La consellera de Territori, Habitatge i Transició Ecològica, Sílvia Paneque, y el secretario de Estado de Transportes y Movilidad sostenible, Jose Antonio Santano, presentarán hoy, desde el Palau de la Generalitat, la configuración final de la nueva empresa mixta Rodalies de Catalunya S.A. que se encargará de operar toda la red de Rodalies a partir del año que viene, según se acordó el pasado mes de febrero en la comisión bilateral de infraestructuras.
Los dirigentes de ambos gobiernos aclararán el estatus que adquirirá esta nueva empresa, que formará parte como una filial más de Renfe, pero en cuyo consejo de administración tendrá más peso la Generalitat de Catalunya gracias al voto de calidad del presidente de la entidad, cuyo nombramiento se reserva para la parte catalana.
La necesidad de compatibilizar ambos criterios, con el mantenimiento del 50,1% del capital social de la nueva empresa mixta en manos de Renfe y, al mismo tiempo, el peso político del consejo de administración a favor de la Generalitat, ha sido precisamente el rompecabezas que ha demorado hasta ahora la presentación de esta sociedad y la aprobación de los correspondientes estatutos, que tras el acto político de hoy aún deberá recorrer un largo procedimiento administrativo. Para empezar, el consejo de administración de Renfe deberá aprobar la nueva configuración y, posteriormente el Gobierno, a través del Consejo de Ministros, y el Ejecutivo catalán, deberán dar también su visto bueno.
El control de esta sociedad por parte de Renfe ha sido una de las piedras en el zapato que han complicado cumplir con este objetivo, marcado en los pactos de investidura del president Salvador Illa con uno de sus aliados, Esquerra. Los republicanos han batallado para que la nueva empresa mixta se desligara de Renfe, pero la imposibilidad de desligar los servicios adjuntos al de transporte ferroviario (desde las licencias operativas, los contratos de servicios como limpieza, la seguridad, el mantenimiento…) han hecho imposible la exigencia de los de Junqueras.
A esto se añade la necesidad de pacificar a los sindicatos. Los trabajadores de Renfe amenazaron con movilizaciones y huelgas antes de pactar que la nueva empresa seguirá en manos de la entidad pública y este miércoles volvieron a advertir ante un posible incumplimiento de lo pactado.