Las excavaciones del antiguo barrio de la Ribera, bajo el recinto del Born, han desvelado que el juego fue una actividad muy importante entre los habitantes de esta parte de Barcelona destruida para construir la fortaleza de la Ciutadella tras la Guerra de Sucesión y la caída de la capital catalana en 1714. En el portal de lo que fue una casa, se puede apreciar un tablero del juego del alquerque tallado sobre un adoquín. Hay otro, aunque muy erosionado, sobre una de las piedras de molino que fueron reutilizadas para el pavimento de las calles.
El alquerque era un juego medieval que tenía tres variedades según el tamaño y disposición de las casillas. Existía el alquerque de 3 y de 9, que eran un antecedente del tres en raya, y de 12, que es del tipo de los que se encuentran en el Born y que tenía unas reglas similares a las damas. Consta de cuatro cuadrados con una cruz en el interior de cada uno. Se jugaba con 12 fichas y había que comer las del adversario hasta que quedaban dos.

Este juego tenía lugar normalmente en la calle o en lugares públicos. En Barcelona, existen otros tableros, siempre grabados en piedra, que han llegado hasta nuestros días. Por ejemplo, en el claustro de la catedral y en la cubierta de Santa Maria del Mar. También se practicaban juegos en los trinquets, las viejas casas de apuestas. Algunos de los juegos que allí se practicaban no eran siempre legales, pero era un lugar muy frecuentado en los que en ocasiones se cerraban negocios.

En los trinquets, como los excavados en esta zona del Born, se jugaba a los dados y a las cartas, pero también al ajedrez. Había otro juego de origen menorquín llamado jaquets que se practicaba en unos tableros triangulares y alargados similares a los del backgammon y que consistía en hacer avanzar las fichas tras lanzar tres dados. Otro juego muy popular era el de la pelota, muy similar al actual pádel. Incluso una de las calles de la zona era conocida como del Joc de la Pilota.

En las vitrinas de la zona expositiva del recinto, se pueden admirar algunos de los dados que se utilizaban en los trinquets, así como las fichas para jugar al alquerque, dispuestas sobre la simulación de un tablero. Estas fichas eran redondas y se fabricaban con restos de objetos de cerámica, como platos y baldosas.