Tras una iniciativa de su círculo más estrecho y habitué del Instituto Patria, el destino de Cristina Kirchner era tema este martes a la noche en algunos sitios periodísticos internacionales.
Pero pocos líderes se solidarizaron con ella, como esperaba, en una situación por demás complicada de sostener en público: fue la Corte Suprema, es decir, el máximo tribunal de Justicia de la Argentina, el que confirmó la condena de seis años que enfrenta la ex presidenta, más una inhabilitación de por vida a ocupar cargos públicos.
Dirigentes kirchneristas salieron en los últimos días a buscar apoyos, entre ellos el de Luiz Inacio Lula da Silva, y el del dirigente de la izquierda francés Jean Luc Mélenchon, entre otros.
Sólo el Grupo de Puebla y los ex presidentes Rafael Correa (Ecuador) y Evo Morales (Bolivia) aparecieron este martes y por redes. Podrían sumarse otros con el correr de las horas. Pero el apoyo es tibio y marginal. El presidente de Brasil, no se pronunció hasta el momento y sigue su gira en Francia. Los colaboradores de la ex presidenta buscan al menos una declaración como la que hizo en 2022, en su favor y contactaron, en principio a Celso Amorim, el asesor internacional de Lula.
“¡Fuerza, Cristina! ¡Fuerza, Argentina! ¡Basta de lawfare! Derrótennos -si es que pueden- en las urnas”, escribió Correa desde su cuenta @MashiRafael. Pero él mismo no puede volver a su país -vive en Bélgica con su mujer- precisamente porque podría quedar preso en sus causas de corrupción.
Por su parte, Morales, también con un tendal de causas en la justicia, una de ellas por abuso de menores -que él considera parte de un armado “político”- apareció en X para decir que su ex colega había recibido una “condena injusta” que busca la “persecución política para proscribir a una lideresa del pueblo.”
Morales afirmó que se vivía una persecución dictatorial con una “reedición del Plan Cóndor”, en el que “ya no son los militares al servicio del imperio”, sino los “jueces serviles a las oligarquías”, los que -en su idea- “ejecutan golpes judiciales contra quienes defienden la soberanía y los derechos de las mayorías.” Después siguió y dijo que Cristina “no” estaba sola.
El Grupo de Puebla, que había sido el primero en pronunciarse anticipándose el lunes, tras el fallo de la Corte emitió otro documento esta tarde. Siempre por redes. “La justicia jamás puede ser una herramienta de proscripción política, nuestro respaldo total y absoluto a @CFKArgentina. Los pueblos latinoamericanos estaremos siempre firmes y con memoria junto a quienes defendieron el derecho ¡Exigimos justicia!”, afirmaron sus firmantes.
El texto fue coordinado por el chileno Marco Enriquez Ominami, y promovido por el diputado Eduardo Valdés, el senador Oscar Parrilli, y el ex titular de la Casa Patria Grande, Matías Capelutto, entre otros. Llevaba la firma de figuras como Adolfo Pérez Esquivel, el nobel argentino, fuertemente defensor del kirchnerismo, de los ex presidente Alberto Fernández, Correa, Morales, José Luis Rodríguez Zapatero, entre otros.
El kirchnerismo buscó por todos los medios mostrar que la situación de Cristina Kirchner y el resto de sus colegas, como Lula, es similar. Pero no lo es. El brasileño estuvo 580 días preso. Fue encarcelado en 2018 por causas de corrupción en el marco de la llamada Operación Lava Jato, y en noviembre de 2019, tras pasar 580 días en prisión y no poder participar en las elecciones presidenciales del año anterior, el Supremo Tribunal Federal (STF) máxima instancia como la Corte Suprema Argentina) le revocó sus condenas al entender que no se le habían respetado sus derechos durante el proceso llevado a cabo por el entonces juez Sergio Moro. Este magistrado fue nombrado Ministro de Justicia del ganador de los comicios en 2018, Jair Bolsonaro, en un gesto que fue considerado escandaloso por su relación con el juzgamiento a Da Silva. No es comparable con Cristina.
Además de ello, para Lula es difícil pronunciarse. Bolsonaro clama ser un perseguido político de lulismo para proscribirlo, igual que Cristina pero en otro arco ideológico en las causas que tiene en su contra, la principal es la de haber instigado un golpe de Estado contra el hoy presidente de Brasil, Lula.
