El vínculo entre Evangelina Anderson y su hijo Bastian Demichelis siempre fue especial, pero ahora quedó inmortalizado en un gesto tan poderoso como conmovedor: el joven, fruto de la relación entre la modelo y el exfutbolista Martín Demichelis, decidió tatuarse en el antebrazo nada menos que los ojos de su mamá.

El resultado sorprendió a todos por su realismo y carga simbólica: en una de las imágenes que compartieron, se puede ver a la modelo posando detrás del brazo de su hijo, de modo que su rostro se alinea perfectamente con el tatuaje. Así, su mirada parece prolongarse en la piel de Bastian.
El proceso fue registrado paso a paso. Entre las imágenes, se observa a Evangelina acompañando a su hijo en el estudio de tatuajes, con una sonrisa serena y una taza en la mano, mientras él se prepara para recibir la tinta. Luego el joven posa con el trabajo terminado: un diseño que fusiona los ojos de la modelo con los de un felino, logrando una composición de alto impacto visual. Finalmente, madre e hijo posaron juntos para inmortalizar el resultado, que se volvió viral en cuestión de horas.

“Alguien se tatuó mis ojos. Desde chiquito me lo decías. Morí de amor. Una obra de arte”, escribió Evangelina en su cuenta de Instagram, dando cuenta de que se trataba de una promesa desde hace años que su hijo vino a cumplir ahora. La publicación rápidamente se llenó de comentarios de seguidores y colegas que celebraron el gesto de Bastian y destacaron la fuerte conexión entre ambos.

La reconocida modelo volvió a instalarse en Argentina hace pocas semanas, luego de una temporada en México, donde acompañó a Martín Demichelis durante su paso como DT del Club América, y tras la finalización de su contrato, regresaron al país para retomar su vida aquí. “Estamos felices de estar de nuevo en casa”, había contado Evangelina días atrás.
Fue a mediados de junio cuando la modelo regresó al país y su hijo mayor, que se quedó en Buenos Aires por cuestiones escolares y sus compromisos deportivos en las inferiores de River Plate, la esperó con un ramo de flores compuesto por rosas rojas y crisantemos blancos, un gesto que enterneció tanto a la madre como a todos sus seguidores.