Bloomberg Línea — Nunca en la historia moderna un presidente de Estados Unidos ha destituido al titular de la Reserva Federal antes de concluir su mandato. Desde su fundación en 1913, ha sido concebida como un organismo autónomo, para aislar la política monetaria de las presiones de corto plazo. Sin embargo, eso ahora está en entredicho bajo la presidencia de Donald Trump.
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El mandatario ha entregado explicaciones confusas sobre el futuro del actual presidente Jerome Powell. Ayer dio declaraciones tras un reporte de CBS News que indicaba que, durante una reunión con legisladores republicanos el martes, Trump aseguró que era “probable” el despido del banquero. “No pensamos hacerlo”, agregó horas más tarde. “Creo que es muy poco probable, a menos que tenga que irse por fraude”.
Aunque la posibilidad de una salida anticipada de Powell sigue siendo baja, dado que el Congreso sólo puede destituir a un miembro del directorio de la Fed “por causa justificada”, los analistas de ING elaboraron un ejercicio prospectivo sobre las posibles consecuencias si se concretara este movimiento político.
“La probabilidad de que Powell se vaya antes de que expire su mandato en mayo de 2026 sigue siendo muy baja”, advierten Padhraic Garvey, Francesco Pesole y Chris Turner en un informe. Aun así, reconocen que el presidente Trump ha intensificado la presión sobre Powell al “pedir explícitamente su renuncia” por considerar que su postura monetaria es demasiado restrictiva.

Powell bajo presión.El presidente Donald Trump afirmó que despedir a Jerome Powell es “poco probable”, pero reconoció haber planteado la idea con legisladores republicanos. La independencia de la Fed vuelve al centro del debate político.(Photographer: Chip Somodevilla/G/Chip Somodevilla)
El impacto en los bonos del Tesoro
En caso de una renuncia o destitución seguida por el nombramiento de un perfil marcadamente expansivo —un “super-dove”—, ING anticipa una reacción inmediata en los mercados de bonos, divisas y acciones.
“Veríamos una fuerte inclinación de la curva del Tesoro a medida que los mercados descuenten recortes, riesgos inflacionarios y una menor independencia de la Fed”, señala el informe.
Los rendimientos de los bonos a dos años podrían caer por debajo del 3%, mientras que los de 10 años subirían a 5% o más, generando una curva de más de 200 puntos básicos, niveles no vistos desde las décadas de 1980 y 1990.
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El dólar sería el activo más golpeado en este escenario. “La remoción o renuncia de Powell probablemente desencadenaría una nueva ronda de volatilidad bajista severa para el dólar, y el daño sería duradero”, escriben los analistas.
Para ING, “el valor del dólar como moneda de reserva radica fundamentalmente en la independencia de la Fed”, por lo que una intervención política visible podría justificar “grandes salidas desde el dólar”.
El banco advierte que este escenario “parece una combinación aún peor para el billete verde que el ‘Día de la Liberación’”, cuando la volatilidad llevó al EUR/USD a una desviación estándar de casi cuatro veces el promedio semanal.

El dólar, en riesgo.ING advierte que una salida anticipada de Powell generaría “una nueva ronda de volatilidad bajista severa para el dólar”, ante la pérdida de confianza en la autonomía de la Reserva Federal.(Bloomberg/Al Drago)
El efecto en los emergentes
El impacto también se trasladaría a los mercados emergentes. ING prevé un ajuste inicial severo en “amplias franjas de monedas latinoamericanas (Brasil, México y Colombia)”, como parte de una liquidación global de posiciones de carry trade.
La mayor volatilidad provocaría un proceso de desapalancamiento técnico, y solo cuando los rendimientos de los bonos largos de EE.UU. se estabilicen podrían retomarse las inversiones en divisas emergentes, particularmente en aquellas asociadas a materias primas.
El informe incluye una comparación explícita con la experiencia de Turquía en 2021, cuando fue destituido el entonces gobernador del banco central, Naci Agbal.
“En el periodo inmediato, la lira turca cayó cerca de 15%. Pero en los dos años siguientes, cuando la tasa de política bajó de 19,00% a 8,50% en medio de una inflación persistente, la lira se depreció casi 60%”.
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Aunque ING aclara que no espera un colapso similar en los activos estadounidenses, advierte que “la dirección del viaje sería clara, y habría un intenso debate sobre el impacto de tasas reales negativas en el dólar”.
Más allá de la respuesta inicial, el reporte plantea interrogantes sobre la sostenibilidad del sistema financiero en un entorno con tasas artificialmente bajas.
“Este entorno de ‘dejarlo explotar’ presumiblemente estaría respaldado por una abundante liquidez. El riesgo entonces es un recalentamiento, especialmente si los mercados accionarios deciden ignorar los riesgos de mediano plazo”, alertan los estrategas.