La diferencia de edad, la discapacidad y los estigmas pueden ser algunos de los prejuicios para entablar una relación sentimental o simplemente un encuentro fugaz que nace al calor de las apps de citas. ¿Qué más falta, además de química?
Match for Love, la comedia que Alejandro Awada (63) protagoniza junto a Clara Alonso (35) en el Multiteatro (Corrientes 1232; miércoles, jueves y viernes, a las 20.30; sábados, a las 20 y 22; y domingos, a las 20) bucea las aguas profundas del deseo y esos obstáculos autoimpuestos que impiden encontrar “al amor de tu vida”.
En una charla sincera y sin restricciones, el prestigioso actor abre su (casi blindada) intimidad en diálogo con GENTE.
Match for Love: el desafío teatral que pone a prueba los prejuicios sobre el amor
—¿Cómo estás viviendo este nuevo desafío con una comedia tan exitosa como Match for Love? ¿Qué sorpresas te ha dado hasta ahora?
—Estoy muy contento, muy feliz, disfrutando mucho del trabajo en equipo. Somos un grupo divino: Jorge Dyszel como productor, Miguel Ángel Solá como director y mi preciosísima compañera, Clara Alonso.
Lo estoy pasando muy bien y me enorgullece que al público le guste tanto esta comedia romántica. La adaptación teatral, basada en la novela de Dyszel, la hicieron él y Solá. Es espectacular, y ser dirigido por Miguel Ángel es una bendición.
—¿Ya habías trabajado con Solá?
—Como actor, sí. Pero siendo dirigido por él, creo que es la primera vez. Lo hace maravillosamente bien.
—¿Qué es lo que más te maravilla de su dirección?
—Se mete en los personajes, tanto masculinos como femeninos, y nos muestra cómo los ve. Los actúa, así que tengo la dicha de verlo actuar mientras dirige. Es extraordinario y lo admiro muchísimo.
—¿Qué es lo que más te cautivó del guion de la obra?
—Habla sobre temas muy actuales: el amor en los tiempos de las redes sociales y la vida digital. Tanto Clara como yo pasamos por cinco o seis situaciones distintas, muy bien escritas, graciosas y también emocionantes.
—¿Cuál es una de tus escenas favoritas?
—Me encanta una escena en la que Clara hace de una persona con discapacidad. Es muy fuerte y ayer la aplaudieron de pie. Es gloriosa. Muestra el mundo de los prejuicios: mi personaje se encuentra con esta mujer y al principio está tenso, callado, pero ella empieza a hablar y la comunicación fluye maravillosamente. Es una escena preciosa.
—Claro, porque también trata de cómo lo que parece un impedimento en realidad no lo es…
—Totalmente. Vivimos en un mundo muy prejuicioso, y esta escena habla de eso: del prejuicio y la transformación del pensamiento. Lo que mi personaje pensaba deja de serlo al vivir la situación. Es conmovedora y maravillosa.
La vida en el escenario: su vínculo con el teatro y su hija Nai
—Hablando de teatro, ¿qué compartís con tu hija Naiara en ese sentido?
—Nos encanta el teatro. Nos gusta hacer funciones y luego ir a comer. Nai tiene 31, así que lo disfrutamos mucho desde hace 25 años, mínimo. Desde que era chiquita, ya de pichona me ha acompañado a todas partes. Ambos adoramos el teatro, así que lo compartimos con mucha pasión y amor.
—¿Recordás la última obra que vieron juntos?
—Sí, vimos a Luis Machín haciendo de Freud en El Picadero. Hizo un trabajo extraordinario, grandioso. Lo disfrutamos mucho y nos quedamos charlando sobre la simbología de la obra.
—¿Eso también les pasa con el cine?
—No tanto. Lo que realmente nos gusta es ir a comer algo rico.
Alejandro Awada y el amor en tiempos de apps: ¿las citas digitales mataron el romance?
—Volviendo a la temática de la obra, ¿creés que las redes sociales marcaron el fin del romance?
—No creo. Sigue existiendo el encuentro cara a cara, aunque sí hay muchas personas que buscan el amor en redes.
—Contaste que tenés un amigo que es fanático de conocer gente por redes. ¿Él te consulta sobre las mujeres que conoce a ver qué te parecen?
—Sí, pero se guarda las capturas para él solo. Las atesora.
–¿Es casi un hobby para él?
–Sí, es algo con intenciones antropológicas, pero claramente él acude a las citas para encontrar un amor. Y nuestra obra habla de encontrar un amor. Y de las peripecias en esa búsqueda. Insisto, en encuentros y desencuentros.
–Por supuesto, porque pasa de todo. También hay chascos.
–¡Exacto, chascos incluidos! (Risas)
—¿Alguna vez intentaste usar una app de citas?
—No, nunca. Ni por recomendación de nadie.
—¿Y te han escrito por redes sociales para conocerte?
—Sí, pero no suelo responder.
—O sea, no se te puede escribir un DM porque no lo abrís…
—Es muy probable que no lo abra.
Su fascinación por las mujeres y los encuentros cara a cara
—En el cara a cara, ¿qué tipo de encuentro preferís?
—Sé que puedo parecer aburrido, pero me gusta mucho ir a comer. Y últimamente mis citas surgen por intermedio de amigos que me presentan mujeres.
—¿Y tienen buen tino?
—Sí, muy bueno (despliega una sonrisa). Y acudo gustoso.
–¿Qué estilo de mujer te atrae? Has estado mucho tiempo con la madre de Nai, que es artista y bailarina. ¿Lo artístico suele convocarte a la hora de la seducción?
–Sí, casi siempre. Es muy raro que no sea del mundo artístico. También porque conozco muy poca gente fuera de ese ámbito, excepto mi grupo de amigos. Te soy sincero, me gustan mucho las mujeres, son hermosas. Son lo mejor que hay.
Cine argentino y política: una mirada crítica y amorosa
—¿Sos selectivo en cuanto a los proyectos que aceptás?
—Soy respetuoso, y me tomo el trabajo de leer y responder todo. Lamentablemente, hoy no se está filmando en Argentina. Tenía dos proyectos cinematográficos que no se pudieron realizar.
Espero amorosamente que el INCAA vuelva a ocuparse de subsidiar cine argentino. Un cine que a mí me encanta y es prestigioso en todo el mundo.
—Además, mucha gente cree que el INCAA cubre la totalidad de una película, pero no es así…
—Exacto. Hay mucha desinformación.
—¿Te has visto envuelto en conflictos por tus opiniones políticas?
—Antes hablaba más, pero la respuesta solía ser violenta. La Argentina estuvo y sigue estando dividida. Es difícil hablar sin que te ataquen.
Me impactó porque decía lo que sentía pero del otro lado no comprendían siquiera que por pensar distinto el otro sigue siendo una buena persona.
Juliana Awada, la hermana que admira: “Dejó la vara muy alta como primera dama”
—Has dicho que tenés una relación cercana con Juliana Awada…¿Cómo te llevás con tu hermana?
—La adoro y la admiro mucho. Es muy especial, sensible, inteligente.
–Tal vez mucha gente se queda con su belleza y su estilo, pero también se volcó a la escritura y escribió un libro sobre su vida sostenible y cómo lleva adelante su huerta…
–Su libro sobre huertas es maravilloso. Además, me enorgulleció mucho su rol como primera dama.
–Muchos dicen que no ha habido alguna otra como ella.
–Ciertamente, dejó la vara muy alta.
—¿Y se ven muy seguido?
–No nos vemos muy seguido, pero cuando lo hacemos es como si nos hubiéramos visto el día anterior. Es una persona preciosa.
–¿Con qué gestos te sorprende tanto?
–Es muy cariñosa, amorosa, muy dulce, es inteligente, es atrevida y está muy segura de sí misma, pero todo con suavidad y con belleza. Es una mujer muy bella desde todo punto de vista.
Fotos: Diego García, Cortesía Joynix Media y Agencia Coral,
redes sociales y archivo Grupo Atlántida.
Retoque de fotos: Darío Alvarellos.
