Ubicado en el Parque Nacional Los Glaciares, en el extremo sur de Argentina, el Perito Moreno era considerado una excepción: mientras la mayoría de los glaciares de la Patagonia retrocedían, este se mantenía estable. Su espectacular frente de hielo, que desciende desde los Andes hasta las aguas turquesas del Lago Argentino, atraía a unos 700.000 visitantes cada año, fascinados por el espectáculo de enormes bloques desprendiéndose y cayendo al agua.
Sin embargo, los últimos estudios indican que esa estabilidad ha llegado a su fin. Un equipo de científicos de Alemania y Argentina ha documentado un retroceso acelerado y probablemente irreversible, impulsado por inviernos con menos nieve y veranos más cálidos. La investigación, publicada en Communications Earth & Environment, advierte que el glaciar ya no volverá a avanzar hasta la orilla opuesta del lago, como hizo durante siglos.
Un retroceso que se acelera

El Perito Moreno siempre tuvo un comportamiento singular. Al avanzar, a veces bloqueaba un brazo del Lago Argentino, creando una presa natural que se rompía de forma espectacular cada pocos años. Su frente se mantenía estable gracias a que terminaba en aguas poco profundas, lo que lo anclaba contra la orilla.
Ese equilibrio se ha roto. Los datos satelitales y los mapas del lecho del lago muestran que el glaciar se adentra ahora en aguas más profundas, donde el desprendimiento es más rápido. Los expertos prevén que pronto su frente comenzará a flotar, aumentando su inestabilidad y acelerando su colapso.
A corto plazo, los turistas podrán presenciar desprendimientos más dramáticos, pero en realidad estarán viendo el inicio de una desaparición que, con el tiempo, podría dejar la famosa pasarela de observación frente a un lago vacío.
Una señal global del deshielo

La pérdida del Perito Moreno es algo más que un golpe al turismo patagónico. Representa un síntoma claro de lo que está ocurriendo con los glaciares de montaña en todo el mundo. Desde el año 2000, han perdido más de 6.500 mil millones de toneladas de hielo, equivalente a un aumento potencial del nivel del mar de 32 centímetros si todo ese hielo desapareciera.
El retroceso no solo eleva el nivel del mar: también provoca inundaciones repentinas por la ruptura de presas naturales, como la tragedia en mayo de 2025 en Suiza, donde el derrumbe de una montaña sobre un glaciar arrasó la aldea de Blatten.
Los glaciares son, además, reservas vitales de agua dulce para cientos de millones de personas. Su desaparición amenaza el suministro de agua potable, la agricultura y el saneamiento en regiones enteras.
El destino del Perito Moreno no es solo una noticia local: es una advertencia para el planeta de que incluso los gigantes del hielo que parecían inquebrantables pueden ceder ante el cambio climático.
[Fuente: BBC]