Este sábado, el personaje de Pablo Fabregat hizo su primera función en la icónica Calle Corrientes, y sus compañeros de «La mesa de los galanes» estuvieron presentes y no pasaron desapercibidos.

Fotos: Instagram @lamesa995
Redacción El País
Los últimos fueron días atípicos para el equipo de La mesa de los galanes, el programa de Del Sol FM que se fue a Buenos Aires, e incluso hizo transmisiones desde la vecina ciudad, por un motivo especial: el debut de El Tío Aldo en Calle Corrientes.
El carismático personaje de Pablo Fabregat, que viste traje blanco, usa rulos y reivindica un tiempo pasado a pura gracia, se presentó por primera vez en la célebre calle porteña asociada al teatro. Este sábado mostró El show del Tío Aldo en el Teatro Premiere, y entre el público estuvieron sus compañeros de la radio, que se hicieron notar desde temprano.
Gastón Carbajal, caracterizado como Walde, se encargó de recorrer la zona con afiches y volantes para promocionar el show, mientras que Rafa Cotelo tuvo un llamativo gesto. En la previa a la función del Tío Aldo, cuando el público ya se formaba en fila para entrar a la sala, Cotelo salió a la calle, saludó con un beso a algunas personas y tras preguntar si todos estaban allí para ver a su colega, decidió impulsar un cántico de «¡Soy celeste, soy celeste, celeste soy yo!» que por unos segundos llenó todo el espacio.
Ese espíritu de diversión, risas y camaradería englobó el viaje de La mesa de los galanes a Argentina. El viernes, el equipo transmitió desde los estudios del canal de streaming Olga, y entre otras actividades, el sábado el centro de la agenda fue acompañar a Fabregat.
Antes de este debut en el Premiere, Fabregat contó a Sábado Show cómo se dio su desembarco en la capital argentina. «Nunca en mi vida fue una meta llegar a Buenos Aires. Es una novedad extraña. Surge de un chiste que hice cuando entrevisté a Susana Giménez como Tío Aldo en Punta del Este. Le dije ‘Soy un artista en situación de calle, actúo en pizzerías y es deprimente; decile a Gustavo (Yankelevich) que me saque de la miseria’. Pasaron los días y Yankelevich le dijo a Iñaki (Abadie): ‘Susana quedó impresionada con el personaje ese’. Con el paso del tiempo, un día Iñaki me dijo que fuera a su oficina y ahí estaba Yankelevich, que me dijo: ‘Está cerrado, vas a Calle Corrientes’. Al poco tiempo me llamó una productora para ajustar la fecha».

Foto: difusión
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