Entre el 13 y el 17 de septiembre, Salta fue escenario de la celebración del Milagro, una de las convocatorias masivas más importantes del calendario provincial. Según datos oficiales del Ministerio de Turismo y Deportes, más de 650 mil personas participaron en la procesión central y más de 20 mil turistas recorrieron distintos puntos del territorio, generando un impacto económico estimado en $6.723.416.884. Sin embargo, el consumo fue restringido.
La ciudad de Salta concentró el mayor flujo turístico, con 12.101 visitantes y una ocupación hotelera del 73,9%. Otros municipios también tuvieron niveles significativos: Rosario de la Frontera (69,4%), Coronel Moldes (61,1%), Chicoana (51,7%), Cafayate (43,5%) y La Caldera (43,1%).
El movimiento se vio favorecido por el fin de semana largo, que impulsó la circulación interna y la llegada de visitantes desde provincias vecinas y del extranjero.
La tradicional procesión, que se realiza cada septiembre desde hace más de tres siglos, reunió a personas que llegaron caminando, en bicicleta, a caballo o en colectivos desde distintos puntos de Salta y otras regiones del país. Aunque el evento tiene un componente religioso, su dimensión cultural y turística lo convierte en un fenómeno de alcance nacional.
La ministra de Turismo y Deportes, Manuela Arancibia, destacó: “el Milagro es una manifestación de fe que emociona y moviliza, y al mismo tiempo genera un enorme movimiento turístico y económico para la provincia. Estos números reflejan cómo la cultura y la espiritualidad se transforman también en oportunidades de desarrollo para nuestra gente».
Un «alivio» momentáneo
Desde el sector privado, el presidente de la Cámara Hotelera y Gastronómica de Salta, Juan Chibán, analizó el comportamiento económico de la temporada. En declaraciones a Radio Aries, señaló que si bien hubo gran presencia de fieles y peregrinos, “el consumo estuvo muy restringido” debido a la coyuntura económica. “Nunca hubo un lugar lleno en la plaza 9 de Julio o en el microcentro, como ocurría otros años”, describió.
Respecto al sector gastronómico, Chibán indicó que la festividad religiosa representó “un pequeño alivio”, especialmente por el buen clima que favoreció la ocupación de mesas al aire libre. “Fue como una Coca-Cola en el desierto, una inyección momentánea”, graficó.
En cuanto a la hotelería, el balance fue más favorable: “La ocupación en Salta capital estuvo bastante bien y también en localidades cercanas como Coronel Moldes”, afirmó.
La celebración del Milagro continúa siendo uno de los eventos más convocantes del norte argentino, con impacto directo en sectores como hotelería, gastronomía, transporte y comercio. Aunque el contexto económico condicionó el nivel de consumo, el flujo turístico y la masividad evidencian su peso en la agenda cultural y económica de la provincia.