Aun falta casi la mitad del torneo, pero Almirante Brown está deseando que se termine lo antes posible. Porque no da pie con bola. Porque apenas pudo ganar tres partidos de 19 disputados. Y porque termina perdiendo aun los partidos que no merece perder, como sucedió este domingo en Isidro Casanova, donde Estudiantes de Buenos Aires terminó imponiéndose por 1 a 0 sin patear al arco.
Y lo de “no patear al arco” no es una figura. Porque el Pincha de Caseros prácticamente no visitó el área aurinegra. Y hasta convirtió el gol de triunfo casi sin proponérselo. Eso sucedió a los 21 minutos del primer tiempo, cuando Santiago Briñone intentó controlar una pelota, luego de un centro, con la fortuna (y la desgracia para Almirante) de que el balón le rebotó en la cintura y terminó haciendo una extraña parábola que descolocó a Ramiro Martinez para, luego, meterse dentro del arco.
A remar contra la corriente
Con el resultado adverso, al Mirasol no le quedó otra opción que hacerse cargo del manejo de la pelota. Y lo hizo de manera defectuosa, como sucedió a lo largo de todo el torneo. Porque salvo algún buen pase de Diego García (las pidió todas y fue el único que aportó algo de claridad), todos los intentos terminaron afuera del campo de juego o despejados por la defensa del elenco de Caseros.
Así y todo, se las rebuscó para generar alguna chance clara para alcanzar el empate que mereció. En el primer tiempo hubo un cabezazo de Maxi Levi (tras un centro del Gurí García) que se estrelló en el palo. Y en el complemento hubo dos ocasiones más: un disparo desde afuera del área de Tomás Almada dio en el travesaño y otro centro picante del Gurí que no pudo ser desviado por Joaquín Ibáñez y terminó en las manos del arquero Matías Budiño.
Se viene una final
En este escenario tan desalentador, la única buena noticia que recibe Almirante Brown es que los dos equipos del fondo de la tabla (Talleres de Remedios de Escalada y Defensores Unidos de Zárate) siguen sin levantar. Así, al menos, viene zafando de caer en zona de descenso.
Y en ese objetivo de conseguir aire para escaparse de esa indeseada pelea, el Mirasol tendrá un compromiso determinante la fecha que viene, cuando visite a CADU el próximo sábado. Allí, en Zarate, entonces, intentará revertir su pésimo presente y volver a ganar para, al menos, no tener que empezar a usar la calculadora.