Una calle que divide La Matanza (3era sección) de 3 de Febrero (1era), hace que un ciudadano quede de un lado u otro, aun cuando las problemáticas sean similares. Cosas de la política.
Estas dos cuestiones son las que desvelan por estas horas a los dirigentes de los distintos espacios. ¿Cómo hacer para poner candidatos competitivos en cada una de las elecciones? ¿Cómo se va a evaluar quién gana y quién pierde? ¿Cómo hay que hacer la campaña? ¿Quiénes van a ir juntos y quiénes separados?
Estas son las incógnitas
1- ¿Se nacionaliza o se provincializa?
Kicillof decidió desdoblar pensando que si se provincializaba el debate podía ganar la elección y que eso a su vez le iba a permitir proyectar una candidatura presidencial sin la sombra de Cristina Kirchner. El sábado lanzó su propio espacio.
Además, le serviría para mostrar una amplitud de alianzas adentro del peronismo con el apoyo territorial de los intendentes, que en su mayoría lo bancan a Axel en su interna con el kirchnerismo.
Pero la elección de CABA marcó los límites de esa estrategia. Jorge Macri buscaba hacer algo similar y le salió muy mal. “La Provincia es un desastre. La gente nos echa la culpa por la seguridad, por la educación, por la salud… nuestra mejor opción era nacionalizarla para poder debatir el modelo económico de Milei”, se sincera un dirigente kirchnerista en diálogo con A24.com. No le echan la culpa directamente a Axel (¿o sí?) pero creen que los mejores argumentos se van a dar si se nacionaliza.
El problema es que ahora el debate está puesto en lo local. Y por la característica de la elección (son 8 elecciones en simultáneo), lo local va a pesar fuerte. ¿A quién le conviene eso?
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Kicillof decidió desdoblar pensando que eso le iba a permitir proyectar una candidatura presidencial (Foto: archivo).
2. Axel y Cristina: ¿juntos o separados?
La cosa entre el axelismo y el cristinismo/camporismo está muy mal. Tanto que algunos temen que el quiebre pueda ser definitivo.
Cristina Kirchner bajó la orden de que hay que llegar a la unidad como sea. Lo que se busca es no perder por paliza, lo que pasaría si van separados.
Carlos Bianco, jefe de gabinete y mano derecha de Axel, salió a plantear un esquema de acuerdo: «Todos declaman la unidad, pero hoy no hay una mesa de diálogo que permita construirla», dijo en las últimas horas. Y pidió que el gobernador tenga “mayor representación en las listas”. Son las primeras señales en mucho tiempo de que hay voluntad de acordar.
3. ¿Cristina y Massa candidatos?
Fue una idea que se plantó con fuerza en los días en que estaba todo muy mal entre Cristina y Axel. No es que ahora esté mejor, pero parece que todos entienden que sin unidad puede haber paliza.
La propuesta era que CFK sea candidata a legisladora provincial por la tercera sección electoral (La Matanza y todo el sur del conurbano) y Massa por la primera (toda la zona norte, incluyendo Tigre). Era claro que intendentes no iban a poder resistir frente a esos nombres.
Pero a esta hora esa propuesta perdió fuerza. ¿Conviene que Cristina se guarde para la nacional? Su imagen sigue siendo fuerte en el conurbano y podría traccionar para que el peronismo gane en la provincia de Buenos Aires.
A su vez, no hay octubre sin septiembre y también su nombre puede ser piantavotos en la elección nacional. Un recordatorio: el peronismo siempre arrasa en el conurbano y pierde en el interior de la provincia. En promedio, hay un empate técnico con el noperonismo unido y todo se define por uno o dos puntos para un lado o para el otro.
Si Cristina juega en la tercera, garantiza un amplio triunfo y muestra poder de fuego para octubre, con más riesgo de perder.
Es un debate todavía no saldado.
La chance de ver a Cristina Kirchner candidata comenzó a perder fuerza (Foto: archivo).
4. ¿PROpuesta por la Libertad o el PRO Avanza?
En el oficialismo y sus aliados hubo acuerdo. Era un acuerdo que ya existía desde antes de la elección porteña, pero que no se podía terminar de blanquear hasta que pasara esa contienda. Entre otras cosas, porque eso iba a terminar de acomodar los melones y qué lugar tenía cada uno en la alianza.
El pacto plantea que van a ir juntos «para derrotar al kirchnerismo». En la provincial (septiembre), va a ser con una marca híbrida y con lugares intercalados en las listas, priorizando a aquellos que midan mejor en cada sección electoral.
En la nacional (octubre) La Libertad Avanza va a ir con sello propio, colores violetas y va a elegir a dirigentes del PRO para sumarse a sus listas. Deben ser candidatos que estén comprometidos con las “ideas de la libertad”; es decir, que no se borocoteen a los 3 días.
En la elección nacional, todos caen rendidos a los pies de Karina. En la provincial, todavía no está claro quién o quiénes van a manejar la lapicera. En un momento de exitismo, en el PRO habían soñado en presentar una boleta propia muleta por si los libertarios los traicionaban en el cierre.
Ahora, más realistas, saben que no tienen chances de hacer algo así. Como mucho, podrían exigir que haya alguien propio cofirmando todo. Es a lo que apelan por estas horas.
El gran problema libertario -otra vez- son las 8 elecciones simultáneas. No tienen dirigentes en cada una como para completar tantos casilleros.
Un dato a tener en cuenta: no hace falta ser de la sección para poder ser candidato en ella.
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Javier Milei llegó a un acuerdo con el PRO para ir juntos en las elecciones provinciales (Foto: archivo).
5. ¿Y los radicales?
Son un espacio minoritario, pero con mucha capilaridad, especialmente en el interior de la Provincia. Pueden aportar los votos que faltan para un lado o para el otro. Esta semana hubo una cumbre de intendentes. Circuló un video que el propio Axel Kicillof mandó a algunos correligionarios recordando las barbaridades que Milei decía de ellos.
El Presidente ahora los necesita. Ya se acabaron las palabras hirientes y empezó el operativo seducción. En estos días, algunos radicales de peso en territorio bonaerense circularon por la Casa Rosada. Hay quienes quieren acordar con el Gobierno. Otros creen que hay que ponerse en la vereda de enfrente. Y como siempre, muchos no dicen nada y especulan hasta el final.
“Los intendentes con peluca son unos 10 de 27”, dicen resignados desde un subespacio que considera que hay que sostener una propuesta opositora. La pregunta es si hay lugar para una tercera vía.
6. La tercera vía
Ahí aparecen peronistas anti-K, radicales y algunos independientes que piensan que se debe buscar un camino alternativo. Llegar al 8% y plantar bandera.
Esto va a generar necesariamente complicaciones. Por ejemplo, el radical Pablo Domenichini, de Evolución, fue candidato a intendente en 2023 por Esteban Echeverría compitiendo contra Fernando Gray, peronista enfrentado a Máximo Kirchner. ¿Cómo harían para explicar que ahora van juntos?
Por otro lado, a las terceras vías no les va demasiado bien en la Argentina de los últimos años. ¿Cambió algo ahora para que esta vez sí tengan oportunidad?
7. “No hay plata”
El peronismo se acostumbró a usar la caja pública para hacer campaña, sea para mostrar gestión (inaugurar obra pública o repartir insumos varios) o para lo publicitario en sí.
Esta elección es distinta porque la plaza está seca. Tanto la Provincia como las municipalidades están teniendo que ajustar fuerte. Ese fenómeno pone en jaque a una dirigencia que no tiene entre sus banderas el recorte al gasto público.
En cambio, para el oficialismo es más fácil: su principal bandera es la motosierra. Eso sí: necesita para la campaña que haya cierta estabilidad económica, o apariencia.
8. ¿A quién le importa esta elección?
Ya pasó en CABA. Apenas votó 1 de cada 2 porteños. La participación más baja se dio en el sur de la Ciudad, que tiene un comportamiento más parecido al del conurbano que al de otros barrios porteños.
Para el peronismo eso es un desafío. ¿Cómo hacer que la gente vaya a votar? ¿Cómo convencer a que vayan a las urnas para volver a apostar por “los mismos de siempre”? ¿Cómo financiar a los fiscales, transportistas y otros oficios que empiezan a operar el día de la elección? Por ahora no hay respuesta. Pero es la clave que puede hacer que el resultado vaya para un lado o para el otro.
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