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jueves, septiembre 4, 2025

El Moderno celebra al Periférico de Objetos y a cuatro artistas contemporáneos con espíritu teatral

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En el marco de su programa anual “Arte es teatro”, el Museo de Arte Moderno inauguró dos nuevas exposiciones ligadas a lo escénico. En el segundo subsuelo del edificio ya se puede visitar Tramoya, que reúne obras de Ayelén Coccoz, Verónica Gómez, Leila Tschopp y Antonio Villa, cuatro artistas que exploran el cruce entre artes visuales y escénicas. El clima teatral impregna la totalidad de la inmensa sala: cada instalación funciona como una escena individual que juega con la experiencia ceremonial de lo teatral.

Con producciones a gran escala, tejidos que aguardan su ejecución performática y piezas articuladas que duplican la presencia de cuerpos reales, los trabajos exhibidos se confabulan para ensayar o evocar una acción inminente.

Gran escenario

Un gran escenario rodeado de cortinados rojos, que simula un templo dedicado a una deidad inventada, conforma la obra de la artista Verónica Gómez, “Nuestra Señora de las Anginas». El tríptico central sitúa al personaje principal en un espacio que alude a una garganta, mientras que los laterales evocan el amanecer y el ocaso. Con telones y fondos pintados que revelan hilos y uniones, la artista exhibe la construcción escenográfica y recrea la atmósfera de un templo sin reconstruirlo literalmente.

“Los artistas estuvieron un mes y medio trabajando dentro de la sala de exhibición. Y eso me parece algo lindo para contar porque la muestra está cargada de esa enorme energía de trabajo”, cuenta el curador Raúl Flores a Clarín.

Tramoya: Ayelén Coccoz, Verónica Gómez, Leila Tschopp y Antonio Villa se pueden visitar en el Museo de Arte Moderno. Foto: Josefina Tommasi, gentileza.Tramoya: Ayelén Coccoz, Verónica Gómez, Leila Tschopp y Antonio Villa se pueden visitar en el Museo de Arte Moderno. Foto: Josefina Tommasi, gentileza.

Para él, la exposición “celebra la experimentación, el juego, la invención poética y el truco sin disimulo. El título alude al artificio teatral de la ilusión y a los engranajes que sostienen las escenografías; a aquello que, al hacerse visible, nos recuerda que toda puesta en escena es siempre un acto de construcción compartida”.

La rosarina Ayelén Coccoz produce muñecos articulados modelados a imagen y semejanza de personas reales, resultado de un proceso artesanal y colaborativo. Inspirada por el animismo japonés de Oriente y relatos góticos de Occidente, cada figura encarna rasgos físicos y psicológicos de su modelo humano, en un tránsito entre la réplica y el original que indaga en la autonomía del objeto y en los vínculos afectivos y performáticos.

En «El peso del mundo», Leila Tschopp arma una escena en la que un mural dialoga con tres pinturas de caballete, generando un paisaje quebrado, entre falsas paredes y horizontes truncos. Su expansión de la pintura hacia el muro y el espacio real construye una teatralidad que interpela al espectador, como si entrara a un escenario vacío. Arquitecturas modernistas –como el proyecto Tlatelolco de Mario Pani o el Sexto Panteón de Itala Fulvia Villa– aparecen descontextualizadas, convertidas en espacios liminales donde conviven pasado y futuro.

Tramoya: Ayelén Coccoz, Verónica Gómez, Leila Tschopp y Antonio Villa se pueden visitar en el Museo de Arte Moderno. Foto: Josefina Tommasi, gentileza.Tramoya: Ayelén Coccoz, Verónica Gómez, Leila Tschopp y Antonio Villa se pueden visitar en el Museo de Arte Moderno. Foto: Josefina Tommasi, gentileza.

Oriundo de Esquel, Antonio Villa trabaja junto a su mamá, Susana Villa, retomando una tradición familiar. Sus piezas expanden el textil hacia lo performativo: en “Bicho cuero”, performers habitan prendas tubulares tejidas con colores del paisaje andino–patagónico, componiendo imágenes en movimiento.

Aunque aquí la pieza, expandida, toma la pared como si fuera una enredadera, se pueden ver videos de los performers en acción. En “Embalse”, un sombrero–escultura que evoca mitos mapuches y estéticas hippies y celtas reflexiona sobre apropiaciones culturales en el campo artesanal.

En paralelo, en el segundo piso se inauguró la primera retrospectiva dedicada al Periférico de Objetos, grupo que transformó el teatro experimental entre 1990 y 2009. Con obras emblemáticas, documentos inéditos y piezas restauradas, la muestra revive el legado de Ana Alvarado, Emilio García Wehbi, Daniel Veronese y Román Lamas, pioneros del teatro de objetos y de la fusión entre artes escénicas y visuales.

Nacido en el Grupo de Titiriteros del Teatro San Martín, el Periférico debutó en el Parakultural con una propuesta que reinventó los títeres tradicionales. Introdujeron el “teatro de objetos”, donde elementos inanimados se convierten en protagonistas, y cruzaron el teatro con las artes visuales a través de muñecos hiperrealistas, ready–mades y formatos cercanos a la instalación.

Escena de la obra Máquina Hamlet por el grupo Periférico de Objetos en 1999. Archivo Clarín.Escena de la obra Máquina Hamlet por el grupo Periférico de Objetos en 1999. Archivo Clarín.

Sin un programa político explícito, pero atento a la historia reciente, sus obras exploraron el terror estatal y las políticas neoliberales de los 90, logrando resonancia en la prensa y en escenarios internacionales.

La muestra incluye documentos digitalizados, objetos restaurados y reconstrucciones de piezas paradigmáticas. El recorrido acompaña la evolución del grupo: del retablo de sus primeros espectáculos a la monumentalidad de “Monteverdi Método Bélico”, hasta la condensación poética de “Manifiesto de Niños”.

Jimena Ferreiro, una de las curadoras, explicó a Clarín que el Periférico fue un “referente clave de la escena experimental del teatro argentino entre los 90 y los primeros 2000” y que “fue un desafío evocar la densa atmósfera que los caracterizó a través de algunos gestos espaciales y dispositivos de escena que dieron carnadura a su dramaturgia radical”.

El clima del espacio busca replicar aquella atmósfera. Sus puestas en escena podían ser siniestras, cínicas, oníricas o macabras. En el centro de la sala, la museografía replica la cámara Gesell usada en «Manifiesto de Niños», última obra del grupo, estableciendo un doble juego entre la puesta teatral y el “cubo blanco” del arte moderno.

Ambas exposiciones, Máquina Teatro: El Periférico de Objetos (1990–2009). Ana Alvarado, Emilio García Wehbi, Román Lamas y Daniel Veronese y Tramoya: Ayelén Coccoz, Verónica Gómez, Leila Tschopp y Antonio Villa se pueden visitar en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (Avenida San Juan 350), los lunes, miércoles, jueves y viernes de 11 a 19. Sábados, domingos y feriados de 11 a 20 (martes cerrado).

Redacción

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