Por Ana Basco (*) y Esteban Actis (**)
La arquitectura del comercio internacional est atravesando un cambio estructural. La creciente politizacin del intercambio, la redefinicin de cadenas de valor y el ascenso de medidas proteccionistas marcan una nueva etapa del sistema econmico global. A diferencia del perodo anterior basado en la lgica de eficiencia y apertura, hoy las decisiones comerciales estn cada vez ms mediadas por la seguridad nacional, la rivalidad estratgica y el clculo geopoltico.
Esta transformacin profunda impone nuevos desafos para Amrica Latina, pero tambin abre espacios para reposicionarse estratgicamente en sectores y cadenas clave.
Una tendencia cada vez ms visible es el aumento del comercio condicionado por decisiones unilaterales: aranceles, prohibiciones de exportacin, subsidios discriminatorios, licencias restrictivas. Hace una dcada, este tipo de medidas representaba solo el 5% del comercio global; hoy alcanza el 25% y sigue creciendo. La globalizacin no ha desaparecido, pero se ha fragmentado. Las cadenas globales de valor se estn reorganizando bajo criterios de resiliencia, alineamiento poltico y autonoma estratgica.
Esto no significa una desglobalizacin completa, sino un cambio en sus fundamentos: ya no se prioriza la eficiencia a cualquier costo, sino la robustez frente a disrupciones y tensiones geopolticas. Estados Unidos y Europa promueven activamente el desacople de sectores estratgicos con China (como semiconductores, tecnologas verdes o insumos crticos), mientras que China responde con restricciones a exportaciones clave como tierras raras o tecnologas sensibles.
En este escenario, las empresas estn adoptando nuevas estrategias para redisear sus cadenas de suministro. El reshoring (relocalizar produccin en el pas de origen) se ha vuelto una prioridad para sectores estratgicos en EE.UU., acompaado de fuertes incentivos estatales. En paralelo, el nearshoring y el friendshoring (trasladar operaciones a pases cercanos o polticamente alineados) ganan terreno.
Sin embargo, la nueva tendencia dominante parece ser el omnishoring: diversificacin amplia y simultnea de proveedores en distintas regiones para reducir la dependencia de un nico pas o zona. Esta estrategia busca aumentar la resiliencia, evitar interrupciones y adaptarse a la volatilidad regulatoria y poltica global.
Pases como Mxico, India y Vietnam ya se han beneficiado de este rediseo global, captando inversiones industriales y tecnolgicas. Amrica Latina, en un mundo atravesado por tensiones, se presenta como una regin con conflictos interestatales limitados, democracia mayoritaria y abundantes recursos naturales estratgicos para la transicin energtica (litio, cobre, hidrgeno verde) y la seguridad alimentaria global. Adems, cuenta con una base industrial importante en pases como Mxico, Brasil y Argentina, y vnculos comerciales diversificados.
En este contexto, la nueva geoeconoma impone exigencias adicionales a las empresas de la regin. Ya no alcanza con competir por precios o eficiencia operativa. Es necesario incorporar la poltica internacional, la gestin del riesgo geopoltico y la capacidad de adaptacin normativa como variables centrales de la estrategia empresarial.
Algunas recomendaciones clave para el sector privado latinoamericano en este nuevo entorno geoeconmico apuntan a adoptar estrategias ms sofisticadas y resilientes. En primer lugar, es fundamental diversificar tanto los mercados de exportacin como de importacin, con el fin de reducir la dependencia excesiva de un nico socio comercial, especialmente cuando se trata de pases envueltos en disputas o expuestos a medidas restrictivas. Adems, las empresas deben fortalecer la trazabilidad de sus productos, cumplir rigurosamente con las regulaciones internacionales y adoptar estndares ESG, lo que resulta esencial para ingresar y mantenerse en mercados altamente exigentes como la Unin Europea o Estados Unidos, donde se imponen crecientes requisitos de debida diligencia y transparencia.
Asimismo, se vuelve clave invertir en inteligencia geoeconmica: esto implica monitorear activamente las polticas comerciales, regulaciones estratgicas y escenarios polticos globales, incorporando equipos especializados o consultoras capaces de integrar el anlisis de riesgo poltico en la toma de decisiones corporativas. Otra dimensin crtica es el impulso al valor agregado y la innovacin, aprovechando en algunos pases, los recursos naturales como plataforma para desarrollar industrias tecnolgicas y servicios asociados, como puede ser el litio para la produccin de bateras, el cobre para la movilidad elctrica o la soja para aplicaciones en biotecnologa. Finalmente, es aconsejable explorar y profundizar alianzas productivas dentro de Amrica Latina, integrando cadenas de valor regionales que no solo permitan ganar escala, reducir costos logsticos y negociar con mayor fuerza frente a grandes mercados internacionales. Ante los cada vez ms frecuentes shocks globales, la regin representa un proveedor confiable de las cadenas de suministros.
En este nuevo contexto, la regin tiene dos caminos posibles. Uno es aprovechar su relativa estabilidad, sus recursos estratgicos y su cercana con Estados Unidos para atraer inversiones, agregar valor a sus ventajas comparativas y ganar espacio en las cadenas de valor emergentes. El otro es quedar al margen de la reorganizacin global, atrapada en la mera exportacin de commodities, con baja innovacin y sin mrgenes de maniobra para resistir presiones externas.
La oportunidad existe, pero no es automtica. Requiere decisiones polticas claras, estrategias empresariales adaptativas y una mayor coordinacin pblico-privada. Lo que est en juego no es solo la competitividad externa, sino la capacidad de la regin para insertarse con autonoma y visin de futuro en un mundo cada vez ms competitivo, fragmentado y exigente.





