Cambios y más cambios
Karina Elizabeth Milei sonríe. Su hermano, el Presidente de la Nación, la quiso reivindicar. Con los cambios aplicados en su Gabinete, Javier Gerardo Milei quiso respaldar a «El Jefe». Para el jefe de Estado, fue un modo de «cerrar» las heridas políticas del caso Spagnuolo y el caso Libra.
Los Milei se sintieron empoderados tras la elección parlamentaria del 26 de octubre. Ganó la idea karinista y de los primos Menem de «pintar de violeta» el país. Pero también ganó el cambio de discurso y ropaje del Presidente. Obediente al libreto de Santiago Caputo -el «asesor estrella» que seguirá siendo «asesor estrella»-, el Presidente se sacó las ganas de tocar con su banda musical pero apuntó a recuperar a todo el núcleo del votante 2023 del mileísmo.
El discurso estuvo despojado de insultos y el día de la victoria electoral, desechó la campera de cuero habitual y se subió, sereno, al estrado del Hotel Libertador de camisa y corbata con los colores nacionales y dio un discurso con modos presidenciales: menos Mandrilandia y más, mirada a los mercados y los portales del día lunes a la mañana.
Milei respetó a sus dos coroneles -Karina y Santiago- con el golpe político a Mauricio Macri. Luego de hablar dos veces con el ex Presidente tras la elección del 26/10, lo recibió en la Residencia Presidencial de Olivos con unas milanesas que pronto se enfriaron. La noticia de la salida de Guilermo Francos -que como se contó en esta columna, hablaba diariamente en los últimos tiempos con Macri- y la entronización de Manuel Adorni en la Jefatura de Gabinete, desacomodaron y enojaron al ex mandatario, quien pensaba que iba a ser una cena de entendimiento y acuerdos.
Es más: en su tuit de «desilusión» del día sábado, Macri nombró a Horacio Marín, el titular de la empresa YPF, como un hombre con el perfil ideal para el rol de ministro coordinador. Pero Marín, quien sabía que su nombre corría en los pasillos como un potencial candidato a la Jefatura de Gabinete, ya había conversado unos días antes con el propio Francos.
«Guillermo, yo no tengo nada que ver con esos rumores, estoy enfocado totalmente en YPF; no estoy empujando nada de eso, respeto tu trabajo y te respeto a vos», le dijo Marín vía telefónicamente al hasta entonces ministro. «Quedate tranquilo Horacio, lo sé», le contestó Francos en una charla sincera, cordial y sin desconfianza pues el expulsado funcionario culpaba a Santiago Caputo de estar «operando» en su contra. Marin además, le envió un mensaje a Manuel Adorni cuando se conoció el tuit de @mauriciomacri tras la reunión con el Presidente y el entonces vocero, lo llamó de inmediato: «A Mauricio lo vi una sola vez en mi vida y fue en un asado donde apenas hablamos dos minutos de fútbol», contó el empresario jefe de la petrolera nacional. «Tranquilo Horacio, sabemos cómo es Mauricio», lo calmó Adorni. Gato y león…
Javier Milei se sacó una foto con Horacio Marína, presidente de YPF, vistiendo un mameluco de la petrolera.
Francos afuera
Pero fue el propio Presidente quien lo marginó a Francos pues, en pleno tramo final hacia las elecciones, estuvo 15 días sin atenderle el teléfono a quien era su jefe de Gabinete. Ahí se entiende el por qué de la presencia de Guillermo Francos el domingo 26 en el anuncio de los primeros datos electorales. El entonces jefe de Gabinete quiso capitalizar la revelación de la victoria electoral libertaria, en un hecho que sorprendió a los propios funcionarios encargados de llevar adelante un escrutinio que resultó ejemplar con el debut de la Boleta Única Papel.
Así, con la salida de Francos y la nominación veloz de Diego Santilli, el Presidente armó su esquema de poder. Está él, luego «El Jefe» (o sea, su hermana) y una mesa política donde deberán convivir Santiago Caputo, el flamante ministro Santilli, Adorni, Martín Menem y Patricia Bullrich.
La electa senadora nacional define por estas horas su futuro. Ingresará al Senado y se enfrentará a otra mujer de carácter: la relegada Victoria Eugenia Villarruel. Bullrich le dijo a sus más cercanos que irá por la Jefatura de bloque y no por la Presidencia Provisional. Así, tendrá una tribuna para cerrar los debates y amplificar su palabra.
Luego de la victoria de LLA en la Ciudad de Buenos Aires, cerca de Patricia Bullrich se habla de sí, en 2027, irá a competir por la Jefatura de Gobierno o por la Vicepresidencia, acompañando a Javier Milei en su reelección. Los que más la conocen la escucharon decir que «un jefe de Gobierno no queda en los libros de historia». Por eso, siente que ha llegado en su carrera política y en su vida donde le tienta la idea de figurar en los registros históricos y en los manuales escolares.
Además, Bullrich ha recuperado la relación con Jorge Macri, el actual alcalde porteño. Luego de fotografiarse juntos pocos días antes de la elección -en un apoyo del jefe de Gobierno a la postulante senatorial-, la ministra nacional mantiene vínculo por el traspaso al Servicio Penitenciario Nacional de los presos con condena firme que están aún en las comisarías porteñas. Y para eso, delegará en su segunda Alejandra Monteoliva (casi seguro su sucesora nacional) el buen lazo con el ministro porteño de Seguridad Horacio Giménez.
Otra de las definiciones que deberá tomar con el tiempo la mesa política del mileísmo es si volverán las PASO para 2027. El mecanismo de Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias podría servir para dirimir candidaturas en el oficialismo, si sigue el amor entre La Libertad Avanza y el PRO.
Patricia Bullrich tiene alfiles que quieren que sea jefa de Gobierno porteña y Jorge Macri ya puso en marcha un ambicioso plan de obras y quiere la reelección. En la provincia de Buenos Aires, Diego Santilli es el candidato más claro para la gobernación, luego de la victoria ante el peronismo en PBA, y que ahora contará con la silla de alta exposición que es el Ministerio del Interior,. y su aceitada relación los Milei.
Pero el eventual regreso de las PASO también podría abrir el camino para Diego Valenzuela, que dejará la intendencia de Tres de Febrero y sí asumirá su banca de senador bonaerense, con la consigna de ser «el senador de la gente».
Las PASO sí resultarían un leve remanso para el peronismo, hoy totalmente tomado por la salvaje interna entre Cristina y Máximo Kirchner, quienes quieren limar al gobernador Axel Kicillof en su camino a la candidatura presidencial.
Más allá del enfrentamiento, sería difícil explicar para los Kirchner -y también para Sergio Tomás Massa y su Frente Renovador- si no apoyan el Presupuesto, el Endeudamiento y los cambios impositivos que formuló el gobernador para que trate la Legislatura bonaerense. Todos unidos perderemos…
Diego Santilli entrando en la Casa de Gobierno. Foto Juano Tesone




