En un contexto donde América Latina enfrenta una alarmante crisis forestal, un país ha emergido como ejemplo de transformación ambiental. Costa Rica ha revertido décadas de deforestación, pasando de contar con apenas un 21% de cobertura forestal en 1987 a casi el 60% en 2020. Esta hazaña se fundamenta en políticas audaces y un modelo de desarrollo sostenible que ha inspirado tanto a la región como al mundo entero.
Mientras países como Brasil, Colombia, Argentina y Paraguay continúan perdiendo vastas áreas de bosques, la deforestación se ha convertido en una crisis sin precedentes en América Latina. La tala ilegal, la expansión agrícola y los incendios forestales han reducido drásticamente ecosistemas esenciales, afectando la biodiversidad y acelerando el cambio climático. En este escenario, la transformación de un país resulta aún más impactante y ofrece lecciones valiosas para el diseño de políticas ambientales a nivel global.
El modelo costarricense de conservación
Costa Rica no siempre fue un referente en materia de medio ambiente. Durante las décadas de 1940 a 1980, políticas de expansión agrícola y ganadera impulsaron una deforestación masiva que llevó al país a perder gran parte de su bosque maduro. La situación alcanzó su punto crítico en 1987, cuando solo el 21% del territorio estaba cubierto por selva. Sin embargo, a partir de los años 90, dos decisiones cruciales marcaron un antes y un después: la aprobación de la Ley Forestal de 1996, que prohibió la tala sin permiso y estableció fuertes sanciones, y la implementación del programa de Pagos por Servicios Ambientales (PSA).
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El programa PSA, financiado en parte con impuestos a los combustibles fósiles, ha incentivado a más de 18,000 familias a conservar y restaurar áreas boscosas, convirtiendo la conservación en una actividad rentable. Gracias a estas medidas, Costa Rica logró triplicar su cobertura forestal en pocas décadas, alcanzando casi el 60% del territorio en 2020. Además, el país ha diversificado su economía apostando por el ecoturismo, que hoy representa más del 8% del PIB y atrae a millones de visitantes cada año. La venta de bonos de carbono y acuerdos internacionales han generado ingresos significativos, posicionando a Costa Rica como un líder mundial en desarrollo sostenible.
Desafíos y estrategias futuras
A pesar de los impresionantes logros, Costa Rica encara nuevos retos en su camino hacia la sostenibilidad total. Con el compromiso de alcanzar la neutralidad de carbono para 2050, el país debe continuar innovando en sus políticas ambientales. Entre las estrategias previstas se encuentra la expansión del PSA a ecosistemas marinos, el desarrollo de sistemas agroforestales y silvopastoriles para regenerar suelos degradados, y la transición hacia vehículos eléctricos y de hidrógeno verde. Estas iniciativas serán clave para mantener el equilibrio entre crecimiento económico y protección ambiental, en un contexto global donde la lucha contra el cambio climático es cada vez más urgente.
El éxito de Costa Rica demuestra que es posible detener e incluso revertir la deforestación sin sacrificar el crecimiento económico. Mediante políticas audaces, incentivos financieros y cooperación internacional, el país ha transformado su paisaje y se ha consolidado como un modelo de desarrollo sostenible. La experiencia costarricense ofrece una valiosa lección para otras naciones, reafirmando que la protección del medio ambiente es esencial para asegurar un futuro próspero y equilibrado para el planeta.
[Fuente: Infobae]