En el año 2009, la familia Real Española recibió una herencia valorada en más de 10 millones de euros. Fue Juan Ignacio Balada, un vecino de Ciutadella (Menorca), hijo del propietario de un cine y de la primera mujer farmacéutica de la isla, quien decidió dejar este legado millonario a la Casa Real, de acuerdo con lo publicado en Vanity Fair. Felipe VI, que en 2020 había rechazado la herencia de su padre, aceptó, sin embargo, la del empresario menorquín: había dejado el 50% de su patrimonio al rey, a Leticia, y a los 8 nietos del rey emérito. En caso de que ninguno la hubiese aceptado, el empresario, interesado en la cábala, la masonería y el esoterismo, especificó que el patrimonio fuese a parar a Israel.
También puedes seguirnos en nuestro canal de WhatsApp y en Facebook
De acuerdo con OkDiario, en el testamento, el menorquín dividió su fortuna en dos mitades, donando una de ellas a los actuales reyes, especificando se dedicara a constituir una fundación que abordara asuntos de interés general; y el 50% restante a los ocho nietos de Juan Carlos I.
En esta herencia figuraban diez viviendas, un garaje, un local, un bloque de ocho pisos, y el palacete de Balada, un emblemático edificio de más de 555 metros cuadrados edificados que, en la actualidad, está deshabilitado y en desuso, y que el empresario legó, concretamente, a los 8 nietos de Sofía de Grecia.
Cuando varias personas figuran como titulares herederas de una misma propiedad, tienen que llegar a un acuerdo entre todas a la hora de tomar cualquier decisión sobre la misma, pero para poder hacerlo deben tener la mayoría de edad. Todos los Urdangarin y Borbón (Juan, Pablo, Irene y Miguel) tienen ya la mayoría de edad, al igual que los Marichalar y Borbón (Froilán y Victoria Federica), y aunque Leonor tiene ya 19 años, Sofía seguirá siendo menor de edad hasta este mes de abril. Hasta entonces, el futuro del palacete de Balada seguirá siendo indeterminado.
Realmente, con el consentimiento de los reyes (por padres, no por reyes) y una autorización judicial, Sofía podía haber decidido ya, pero Felipe y Leticia decidieron mantenerse al margen y, tal y como explicó el jefe de Estado al rotativo Menorca, “esperar al próximo año”. De este modo, en apenas dos meses los 8 primos tendrán que ponerse de acuerdo sobre su venta, su uso, o, como se espera, al menos por parte de Leonor y Sofía, la cesión de las dos partes que les corresponden a la Fundación Hesperia, creada por la casa Real de acuerdo con los últimos deseos de Juan Ignacio Balada.
Según su testamento, el objeto de esta fundación debería ser el estudio y apoyo de la monarquía tanto en España como en el extranjero y su fomento a través de las ciencias y las artes; la formación de la juventud para facilitar su mejor acceso al mercado de trabajo; la formación, participación y fomento de proyectos de carácter social; y el fomento de la cultura en sus diversas manifestaciones.
En 2021, el pleno del Ayuntamiento de Ciutadella solicitó a la Casa Real la cesión del edificio para ampliar los servicios sociales en el municipio, en concreto para abrir un centro de día para personas mayores, pero la solicitud no prosperó precisamente porque, en ese momento, varios de los herederos titulares aún eran menores de edad.
