ACN
Vilanova de Sau
El pantano de Sau, en Osona, recibe este domingo un goteo constante de visitantes. La mayoría son personas curiosas que acuden para ver cómo han impactado las últimas lluvias en el embalse, que han situado el nivel en el 68% de su capacidad.
Es el caso de Jordi Bonich, de Barcelona, que ya fue a ver el embalse cuando estaba prácticamente vacío y ha querido volver para realizar la comparativa. “Es impresionante cómo ha cambiado. Personalmente me gusta mucho más verlo lleno porque el agua es vida”, explica. La mayoría de visitantes quieren inmortalizar el campanario de la iglesia del antiguo pueblo de Sant Romà, que ya prácticamente está cubierto de agua y que, popularmente, se ha conocido como “el termómetro del agua en el país”’.
“Después de tanto tiempo vacío, a la gente le gusta volver a ver el pantano lleno”. Meritxell Font es la encargada de la oficina de información que hay a pie del embalse. Según ha explicado a la ACN, el número de turistas que vienen a visitar el pantano ha crecido “mucho” con las lluvias de marzo y, especialmente, esta semana una vez se ha superado el 60% de las reservas en las cuencas internas. La mayoría de visitantes, explica, vienen para hacer la comparativa con el momento de sequía y asegura que la gente está “muy contenta” de volver a ver el pantano con agua.
Así se encuentra la torre de la Iglesia estos días en el Pantano de Sau
Nia Escolà / ACN
Verlo lleno y seco
Amadeu Creus ha venido desde Roda de Ter con su mujer y su hijo, Pol, de 11 años. “Vinimos hace un tiempo para verlo seco y ahora venimos porque creemos que es importante que nuestro hijo pueda verlo y que sea consciente del cambio climático”, explica.
Gerard Estebànez ha venido con su hermano desde La Garriga. “Es un lugar muy bonito y ver el pantano lleno es un espectáculo después de tanto tiempo de sequía”, subraya.
En el pueblo de Vilanova de Sau los restauradores esperan ansiosos a los turistas. Sin embargo, el alcalde, Jaume Orra, cree que el fenómeno turístico de la sequía atrae a más turistas que cuando el pantano está lleno. “Había el morbo de verlo vacío, pero a mí me gusta más lleno”, subraya.
Este fin de semana, dice, será “el termómetro” para ver cuánta gente viene, pero considera que el aumento de turistas no se alargará más de un mes. “Pronto la gente preferirá ir a la playa”, dice.
Familias se fotografían en el pantano
Nia Escolà / ACN
Jóvenes haciendo fotografías en el pantano de Sau
Nia Escolà / ACN
Por todo ello, Orra no se muestra partidario de aplicar restricciones de acceso al pantano como en otros momentos. “Estoy en contra de poner demasiados controles, pienso que se puede restringir el tiempo de estancia y ya es suficiente”, subraya. Sin embargo, el alcalde pide civismo a los visitantes y recuerda que es un espacio natural y protegido.
