Ciudad del Vaticano, 3 feb (EFE).- El papa Francisco afirmó este lunes que la infancia negada a muchos niños «es un grito silencioso que denuncia la iniquidad del sistema económico, la criminalidad de las guerras, la falta de atención médica y de educación escolar», en su discurso en la cumbre sobre los derechos de la infancia celebrada en Vaticano con la presencia de varias personalidades.
Francisco deseó que la cumbre, titulada ‘Amémoslos y protegámoslos’ y en la que participan la reina Rania de Jordania, el imán de la mezquita de Al Azhar (Egipto) Ahmed Al Tayeb, el economista Mario Draghi o el filósofo argentino Miguel Benasayag, entre otros, pueda «abrir nuevos caminos para rescatar y proteger a los niños cuyos derechos son pisoteados e ignorados cada día».
Al abrir el encuentro en la sala Clementina del palacio apostólico, el pontífice, sentado junto a la reina Rania, calificó de «inaceptable» lo que «lamentablemente hemos visto casi a diario en los últimos tiempos» con «niños que mueren bajo las bombas, sacrificados a los ídolos del poder, la ideología y los intereses nacionalistas».
«Incluso el individualismo exagerado de los países desarrollados es perjudicial para los más pequeños» donde «a veces son maltratados o incluso reprimidos por quienes deberían protegerlos y nutrirlos», destacó.
Denunció también la muerte de los menores como migrantes en el mar: «¿Cómo es posible que la vida de un niño tenga que terminar así?», lamentó.
«No. No es aceptable y debemos resistir la adicción. Infancia Negada es un grito silencioso que denuncia la iniquidad del sistema económico, la criminalidad de las guerras, la falta de atención médica y de educación escolar. La suma de estas injusticias pesa especialmente sobre los más pequeños y débiles», asevero Francisco.
Y realizó un llamamiento para que esto «no se convierta en la nueva normalidad».
El papa explicó que actualmente «más de 40 millones de niños están desplazados por los conflictos y aproximadamente 100 millones están sin hogar», mientras otros 160 millones «son víctimas de trabajo forzado, trata, abuso y explotación de todo tipo, incluidos matrimonios forzados».
Sin olvidar a los «millones de niños migrantes, a veces con sus familias pero a menudo solos: el fenómeno de los menores no acompañados es cada vez más frecuente y grave».
También destacó «que aproximadamente 150 millones de niños invisibles no tienen existencia legal. Esto supone un obstáculo para el acceso a la educación o a la atención sanitaria, pero sobre todo para ellos no existe protección de la ley y pueden ser fácilmente maltratados o vendidos como esclavos».
Y citó «a los niños indocumentados en la frontera con Estados Unidos, las primeras víctimas de ese éxodo de desesperación y que son la esperanza de los miles que suben desde el sur hacia EE.UU. y a muchos otros».
El papa también aprovechó la ocasión para condenar la que llamó «la práctica asesina del aborto», que acaba con la vida y «corta la fuente de esperanza para toda la sociedad» .
Y concluyó afirmando: «Me da esperanza que estemos aquí, todos juntos, para poner a los niños en el centro, sus derechos, sus sueños, su demanda de futuro».
Tras el discurso del papa comenzarán los paneles de discusión en los que participarán también el presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach; Magnus MacFarlane-Barrow, el fundador de Mary’s Meals, que se ocupa de dar de comer a niños en países con graves problemas de hambruna, o el premio Nobel de la Paz y activista indio Kailash Satyarthi. La cumbre será clausurada con otra reflexión del pontífice argentino. EFE
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