Sabe bien el gobierno de Barcelona que buena parte de lo que pueda blandir de cara a las elecciones de mayo de 2027 será fruto de su capacidad de exprimir tan dilatada minoría. Es decir, en ausencia de grandes pactos, que serán muy escasos, lo que corresponde es sacar partido de todo lo que sí se puede modificar o impulsar sin necesidad de que la oposición lo apruebe. La gestión del Park Güell es uno de estos nichos políticos a los que el equipo de Jaume Collboni destina esfuerzos y cariño. Este lunes, sin ir más lejos, se han anunciado nuevas medidas para mejorar la convivencia entre turistas y vecinos. Entre otras cosas, se permitirá que las bicis puedan entrar en el parque a primera y última hora, una parada de taxis que genera problemas se cambiará de sitio, se reforzará la presencia de agentes cívicos y de Guardia Urbana y se iniciará la expropiación de dos fincas privadas sitas dentro del jardín.
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El plan se ha presentado por la tarde a los vecinos dentro del grupo de impulso y seguimiento del Park Güell. Era la primera reunión centrada en la movilidad, precisamente uno de los puntos de conflicto más expuestos y reiterados por los nativos: falta de transporte público, exceso de taxis, VTC y autocares; volquetes de turistas por las calles del empinado barrio de la Salut, y gentrificación comercial. Laia Bonet, teniente de alcalde de Urbanismo y concejala del distrito de Gràcia, ha detallado la hoja de ruta a la prensa, reiterando que las acciones previstas son el fruto del diálogo con los vecinos. “Pero no es una foto fija, se irá ajustando”, ha sostenido.

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LV
Sobre la mesa está el bienestar de miles de barceloneses que viven en el entorno del jardín de Gaudí. Pero también está la guarda y custodia de un patrimonio único en el mundo, amén de una fuente de ingresos que se ha convertido en una auténtica gallina de huevos de oro hecha de mosaico. Desde que se cerró el perímetro, en octubre de 2013, el Park Güell ya ha recaudado más de 200 millones de euros con la venta de entradas. Todo, reduciendo a la mitad las visitas, de los nueve millones de 2014 a los 4,5 millones de 2024.
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La medida más llamativa quizás sea la decisión de que las bicicletas, a partir de septiembre, puedan circular por el interior del recinto durante las horas reservadas a los vecinos y barceloneses que formen parte del plan gaudir+. Entre las 7 y las 9 horas y entre las 20 y las 22 horas, se podrá pedalear dentro del Park Güell. En el caso de los escolares de la zona, el permiso se amplía al horario de salida de clase. Sobre el bus, Bonet ha anunciado refuerzos en las líneas V19 y 24 y vigilancia en cuatro paradas en las que hay problemas de colas y de poco tacto con los viajeros vulnerables. Y sobre los taxis, en otoño se moverá la parada que usan en la carretera del Carmel. Se les colocará en la plataforma reservada a los autocares. “Ya hemos dicho muchas veces –ha concedido la concejala– que con el turismo hemos tocado techo”. Para los vecinos, sin embargo, el problema no es ir a más. Lo que quieren, precisamente, es ir a menos.