
Barcelona
El jardín de cactus a la salida del metro o la gran área infantil de 2.000 metros cuadrados se han convertido en algunos de los espacios más llamativos entre los visitantes al parque de las Glòries tras su flamante estreno en abril. En esta transformación urbana, todavía no finalizada, hay otros elementos que no acaparan tanto la atención aunque son indispensables para que las personas ciegas puedan moverse de forma autónoma y segura por este lugar.
La primera teniente de alcaldía del área de Urbanismo del Ayuntamiento de Barcelona, Laia Bonet, y la arquitecta jefe municipal, Maria Buhigas, han explicado hoy los cambios introducidos en materia de accesibilidad en una visita que ha contado con la presencia del delegado de la ONCE en Catalunya, Enric Botí, y varios miembros de la organización.

El nuevo parque de las Glòries introduce mejoras para las personas ciegas y con discapacidad visual
Miquel Gonzalez / Shooting / Colaboradores
La primera teniente de alcalde ha detallado que el proyecto original se modificó para facilitar la movilidad de las personas ciegas y con discapacidad visual tras un trabajo conjunto con la ONCE. Los puntos más críticos donde se introdujeron modificaciones fueron sobre todo en la plataforma única en los pasos de peatones por donde circulan el tranvía y los autobuses.
Por ello, se han instalado semáforos acústicos, encaminamientos con un pavimento táctil que ayudan a encontrar los cruces y dirigirse al metro o al tranvía, además de colocarse abotonaduras, las líneas de botones que avisan que a continuación viene el asfalto. El mobiliario urbano, como los bancos y las papeleras, también se ha puesto estratégicamente para indicar el camino a las personas con discapacidad visual.
“Sin estos elementos seguro que no podría salir del metro, ir al museo del diseño que esta aquí o buscar el tranvía”, ha destacado Anaïs García, responsable de la unidad de autonomía personal de la ONCE. Aunque siempre hay cosas por mejorar. Entre algunas cuestiones pendientes, la instalación de unas barandillas en algún punto concreto del parque, así como una señal vertical de advertencia a los usuarios del carril bici de la parte de la Diagonal donde hay un paso para las personas invidentes.
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“Queremos ver el parque de les Glòries sea el espejo de la Barcelona que nos gustaría en el futuro. No solo en términos de vivienda, transporte público y verde, sino también de accesibilidad e inclusividad”, ha remacardo Bonet. “La accesibilidad no es cualquier concepto, es un derecho transversal”, ha añadido Botí.

Enric Botí, delegado de la ONCE en Catalunya, con la primera teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, Laia Bonet
Miquel Gonzalez / Shooting / Colaboradores
El diseño de la nueva la plaza se empezó a configurar hace más de 20 años y en su día Ildefons Cerdà la concibió como el centro de la nueva Barcelona sin murallas al confluir en este espacio las tres grandes avenidas de la ciudad: la Diagonal, la Gran via y la Meridiana. Con esta última remodelación, el parque ganó 4,3 nuevas hectáreas, de los que 9.000 metros cuadrados se destinaron al verde, sumándose otros ámbitos transformados como el de la Clariana, abierto hace cinco años.
De esta manera, la renovada plaza deja atrás aquel pasado en el que era un lugar inhóspito para el viandante y su protagonismo se lo llevaba el vehículo privado, primero con el Scalextric y luego con el anillo viario, derribado en 2014. El nuevo parque de la Glòries también aspira a ser un ejemplo de accesibilidad en Barcelona.